Seguimos el caso. A esta altura debemos tener un hilo para ver como va cayendo proyecto por proyecto: este para Keystone, tenemos el del Fracking, el de las renovables, el del ultrapesado de Venezuela, etc. Podríamos tener uno para la desinversión de las grandes (Shell, Exxon, etc.)
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Naoimi Klein (Canadiense) sobre el oleoducto Keystone XL que llevaría el petróleo de las zonas de Alberta (Canadá) a la costa este de EEUU. A la vez sobre el estado de producción de las bituminosas.
Cuatro razones por las cuales Keystone realmente importaHasta hace poco, el auge de las arenas bituminosas sí parecía imparable. La industria proyectaba con regularidad que la producción pronto se duplicaría, luego se triplicaría, y los inversionistas extranjeros corrieron a construir enormes minas nuevas. Pero estos días, el pánico está en el aire en la antes arrogante Calgary. En menos de un año, Shell, Statoil y la francesa Total han guardado en el cajón importantes proyectos nuevos de arenas bituminosas. Y un gran signo de interrogación ahora cuelga sobre uno de los más enormes –y más sucios– depósitos de carbono en el mundo.
1. Los precios del petróleo están bajos. (...) Esto importa, sobre todo, para las arenas bituminosas, donde el betún semisólido es muy costoso de extraer; el sector realmente comenzó a prosperar cuando parecía que ahora un barril de 100 dólares era lo normal. Los precios podrían volver a subir, pero la caída fue un recordatorio del riesgo inherente de apostar a lo grande, a un método de extracción con altos costos.
2. Los oleoductos de arenas bituminosas son imanes de protestas. (...) Desde el 20 de noviembre, más de 60 personas han sido arrestadas afuera de Vancouver, cuando intentaban bloquear la ampliación del oleoducto de arenas bituminosas pertenecientes a Kinder Morgan. Más al norte, el oleoducto Northern Gateway, propuesto por Enbridge, otra posible ruta de escape de las arenas bituminosas, enfrenta aún más rechazo. De hecho, la oposición al incremento del tráfico de embarcaciones petroleras a lo largo de su amada costa ha unificado a la población de British Columbia.
3. Los derechos indígenas siguen ganando en los tribunales. (...) Las empresas de oleoductos no tienen el consentimiento de las Primeras Naciones. Al contrario, docenas de comunidades indígenas enérgicamente se han opuesto. Los tribunales canadienses ya están repletos de casos contra los oleoductos, incluyendo casi una docena que tienen como blanco a Northern Gateway.
4. La acción climática está de regreso. (...) El primer ministro canadiense, Stephen Harper, se tomó a broma los compromisos internacionales de su país y la libró cuando otros gobiernos hacían lo mismo. Pero ahora que Estados Unidos, China y la Unión Europea al menos aparentan tomar en serio el cambio climático, el desafío de Canadá se ve inequívocamente canalla.
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