MIERCOLES ,27 SEPTIEMBRE,2006 (http://thearchdruidreport.blogspot.com.es/2006/09/economics-avoiding-y2k-fallacy.html) El fin de la era de la energía fósil barata, es el antecedente de una revolución total en temas económicos a nivel mundial. Durante los últimos trescientos años, la clave de la prosperidad ha radicado en la sustitución de habilidades humanas por energía mecánica. Las fabricas movidas a vapor de la Inglaterra del siglo 18 anunciaron el advenimiento de un orden económico en el que el progreso tecnológico y las ascendentes tasas de extracción de combustible fósil iban de la mano, y el éxito alcanzado por éstas fue el que impuso la mecanización en nuevos sectores económicos - sustituyendo velas por vapor, caballos de granja por tractores, teatros locales por cines y televisión, cultura popular por cultura pop producida en masa, etc. - El pico de Hubbert señala el límite de este proceso. La mecanización depende de cantidades masivas de energía barata y dicha combinación de energía abundante a bajo costo es exactamente lo que no estará disponible en el futuro. Si los pasados trescientos años regaron con un chorro de riqueza a aquellos que pudieron explotar los combustibles fósiles mediante las más completas, centralizadas y tecnológicamente controladas estructuras económicas; los próximos trescientos años verán exactamente lo contrario; el éxito será para aquellos que se adelanten a las curvas de agotamiento mediante la reducción de su dependencia con respecto a los ,combustibles fósiles que los otros y se apoyen en su lugar en habilidades humanas y entradas sostenibles de baja intensidad. Estos cambios no tendrán lugar de la noche a la mañana, sin embargo. El Pico de Hubbertt ocurre cuando aproximadamente la mitad del petróleo accesible en el mundo ha sido extraído, Y así la pendiente descendente de la curva de producción de petróleo será bastante parecida a la pendiente ascendente de la misma. Esto quiere decir que en 2030,por ejemplo, el mundo producirá aproximadamente la misma cantidad de petróleo que la que producía en 1980, y muy significativas cantidades de carbón, gas natural, energía hidroeléctrica y de otras fuentes estarán también disponibles. Toda esa energía estará disponible para mover fábricas, transporte de combustible, y llenar otros papeles económicos. Esta será más cara, menos fiable, y de dispersión menos uniforme entre una creciente población mundial. Así la fantasía survivalista de que el pico de petróleo en la población mundial llevará a un colapso súbito no puede ser justificada. Lo que nosotros tendremos en lugar de eso, tal y como eh afirmado en otro lugar, es un largo periodo de contracción económica y declive tecnológico. Habrá una gran cantidad de badenes y socavones en la carretera descendente para estar seguros. Fallos sistémicos como el que acompañado al Huracán Katrina el año pasado, y ha reducido a grandes porciones de la Luisiana costera y el estado de Mississippi a un nivel del Tercer Mundo ,del que no muestran signos de recuperarse serán probablemente acontecimientos no desusados No obstante – y esto tiene que ser retenido en orden a encontrar algún sentido a todos los acontecimientos futuros- El fallo de sistemas no desencadenará una trayectoria en espiral haca el colapso. Este punto ha estado notablemente ausente en muchas discusiones sobre el impacto económico del cenit del petróleo. Es frecuentemente afirmado por ejemplo que el choque financiero impuesto por los costos de energía creciente causará que la economía global por completo reviente por sus costuras dejando a la gente incapaz de adquirir comida y cubrir otras necesidades y viéndose forzada a integrarse en las hordas saqueadoras de la fantasía supervivencialista. Esto es un clásico efecto de lo que de lo que yo llamo la fantasía del efecto 2000 y del fiasco consecuencia de la misma. Fiasco cuya rememoración proporcionará alguna luz sobre los extremos hasta que las especulaciones actuales en torno al cenit del petróleo se han salido de madre. A finales de los 90 como mis lectores sin duda recuerdan, expertos en computadoras empezaron a advertir sobre que muchas computadoras viejas no iban a poder procesar los números de año que empezaran por 2 en lugar de por 1, y podrían estropearse cuando el calendario pasará del año 1999 al año 2000 tempranas evaluaciones del problema mostraron que un número muy grande de sistemas podría ser afectado, especialmente en el sector bancario, de telecomunicaciones y de la Administración. A principios del 1998 o así, estaba claro que un lio mayúsculo se estaba gestando a menos que se hiciera algo. Este real y serio problema ,sin embargo, rápidamente fue inflado desproporcionadamente por el “lobby del apocalipsis” -el no negligible grupo de gente para quienes la fe en el inminente colapso de la civilización es una necesidad emocional .Para el año 1999 las visiones supervivencialistas sobre de un colapso social y una mortandad masiva vía Efecto 2000 se derramó fuera de esta subcultura y difundió a través de la sociedad estadounidense. Yo conocí bastante gente que confiadamente esperaba el fin de la civilización que conocemos en Noche Vieja de 1999, y aquella noche esperaron refugiados en sus sótanos los apagones, fallos de sistemas y los incontrolables tumultos que nunca ocurrieron. Algunos medios de comunicación han empleado estas falsas predicciones como base para afirmar que toda la crisis del Efecto 2000 no fue real desde su principio, pero esto desaprovecha toda la lección de la experiencia. La amenaza era real- el lobby del apocalipsis simplemente olvidó las seis más importantes palabras en la predicción- “a menos que se hiciera algo”. Enfrentada a esta verosímil amenaza, una clara fecha límite, y un claro curso de acción, la gente respondió en la forma previsible haciendo algo al respecto. Ventas del Efecto 2000- computadoras carentes de este problema y software que superaba el problema y los jinetes del software hicieron dinero al encaramarse al negocio de la reprogramación de máquinas viejas. Algunos de nosotros recurrimos a simples apaños; Yo simplemente ajusté el calendario de mi viejo y no adaptable ordenador a la fecha de 31 de diciembre de 1940, y éste cambió al 1 de enero de 1950 sin ningún problema. La falacia que encandiló a los supervivencialistas era la creencia de que el Estado, las empresas, y la gente corriente enfrentados frente a una inminente amenaza y pudiendo dar obvias respuestas a la misma, se quedarían de brazos cruzados hasta que la catástrofe los desbordara. Está misma extraña creencia puede ser encontrada a través de las discusiones sobre el cenit del petróleo. Una vez que la producción de petróleo alcance la meseta y luego decline, los precios de la energía se incrementarán fuertemente; esta es la amenaza. La respuesta obvia que triunfó de manera brillante en la década de los 70 fue reducir el uso de energía mediante medidas de ahorro .Este factor ya está ayudando a atenuar subidas en los precios de la energía, motivando que las demandas de petróleo y gas natural defrauden las expectativas de los especuladores. La colisión entre producción declinante de combustible fósil y demanda creciente de hecho, es mucho más propensa a dar lugar a serpenteantes fluctuaciones en el precio de la energía que al tipo de subida continuada imaginada por algunos teóricos del cenit del petróleo. Cuando los precios de la energía aumentan, los especuladores penetran en el Mercado, provocando el alza de los precios más allá de la medida en que los verdaderos cambios en la capacidad de producción puedan justificarlo. Muchos consumidores responden reduciendo su consumo de energía mediante cambios en su estilo de vida y la aplicación de tecnologías de ahorro energético, mientras otros simplemente quedan expulsados del mercado. El resultado es que la demanda cae, las reservas aumentan, y los precios empiezan a deslizarse cuesta abajo. Los especuladores abandonan el Mercado, haciendo que bajen los precios por debajo de lo que los descensos reales en la demanda deberían justificar, y el ciclo comienza de nuevo. Los resultantes movimientos de montaña rusa en los precios de la energía pueden causar abundantes daños económicos por ellos mismos, pero de nuevo es posible responder a esta volatilidad constructivamente -por ejemplo, almacenando combustible cuando este es barato y poniendo en el Mercado estos stocks cuando los precios alcancen un máximo- La misma lógica necesita ser aplicada a otros aspectos de nuestra situación económica. Los Estados Unidos, como mucha gente ha señalado ,es una nación despilfarradora y endeudada, pidiendo prestados al exterior más de dos millardos de dólares al día , para pagar importaciones que exceden con mucho sus exportaciones y un estándar de vida que no puede ser soportado por su anémicas bases manufacturera y productora de materias primas. Esta situación es insostenible, y cambios importantes en el orden económico mundial son inevitables a medida que los resultantes desequilibrios tienden a exceder cualquier margen. Aquellos que afirman que el resultado será un colapso inevitable y un futuro tipo Mad Max, no han puesto atención en cómo funciona la economía mundial. En los últimos cincuenta años, no pocas naciones han pedido y gastado siguiendo su propio camino hacia la crisis fiscal. Algunas han respondido con austeridad y periodos de recesión, otras han inflacionado sus tipos monetarios, fueron a la hiperinflación y salieron de ella; algunas repudiaron sus deudas con el extranjero y capearon la reacción internacional; otras simplemente atravesaron el follón. Todas ellas superaron la crisis y se rehicieron después de esta, tal y como lo harán los Estados Unidos. Es necesario hacer constar que mucha gente hoy en día, subestima la resiliencia de un estado nación moderno. Un gobierno de Estados Unidos enfrentado con una crisis económica severa tiene una buena cantidad de opciones. Puede responder a un crash de mercado inundando la economía con crédito prácticamente gratis, tal y como hizo Japón tras la debacle bursátil de los 90. Puede responder a un colapso de su moneda, abandonándola y adaptando una nueva con un fuerte respaldo, como hizo Alemania en los años 20 para terminar con su hiperinflación. Puede manipular mercados, nacionalizar industrias, imponer controles en salarios y precios, decretar impuestos punitivos y embargos, subsidiar las necesidades básicas de la población, e imponer el racionamiento de combustible y comida. Si es necesario puede declarar la ley marcial e imponer el uso del Ejército y la Guardia Nacional para imponer el orden civil. Todas estas cosas han ocurrido en muchos otros países en el último medio siglo o así, cuando los gobiernos han plantado cara a la posibilidad de caos. Cualquiera de estas puede ocurrir con facilidad aquí- y de hecho, algunas ya lo están aplicando. Tenemos tiempos difíciles por delante, podemos estar seguros. Tras un cuarto de siglo de temerario endeudamiento y despilfarro alimentados por un absurdamente extravagante uso de las reservas finitas de energía mundial. Los Estados Unidos probablemente van a enfrentarse a un periodo de contracción tan malo como la Gran Depresión, y una quiebra económica de la escala de la que sufrió Rusia tras el colapso de la Unión Soviética no puede darse por imposible. Sin embargo los Estados Unidos continuaron existiendo tras la gran depresión, Rusia continua existiendo hoy y millones de personas atravesaron estas crisis económicas con sus vidas, familias, casa y medios de vida intactos. Así nosotros podemos esperar durante las próximas pocas décadas el ver una gran cantidad de volatilidad económica y desgarrador cambio. Y muy probablemente unos malos tiempos para mucha gente. Los costos de la energía serán impredecibles a medida que los precios alcancen sus máximos y se hundan, lentamente y con pocas fluctuaciones ascendentes y aquellos sectores económicos que dependan de un acceso estable a la energía se encontrarán con un trayecto verdaderamente difícil. Por término medio aquellas personas e industrias que requieran más energía lo pasarán peor que aquellas que no precisen tanta. Y aquellas profesiones que atienden a la satisfacción de necesidades reales lo tendrán mucho mejor que aquellas dedicadas a la producción masiva de lo innecesario. Dentro de dos semanas haré algunas sugerencias sobre como los individuos pueden prepararse a tratar con el Nuevo mundo económico del futuro des industrial. Pero antes de eso, sin embargo, es necesario echar un segundo vistazo a la economía para resaltar algunas raramente percibidas distinciones existentes entre la economía real de bienes y servicios y la economía ficticia que actualmente gobierna la forma en la que los bienes y servicios son producidos, distribuidos y vendidos. |
Guau!, qué lindo artículo.
Una vez más, agradecerte Anselmo por el trabajo que te tomas. Excelente traducción. Lo que tienen los autores es que, una vez que te has enterado de cuál es su postura -lo que a veces te lleva a leerlos por largo tiempo-, al final ya sabes lo que van a decir. Uno de los dilemas del autor -justamente- es "qué decir" una vez que ha dicho todo. En general el problema se resuelve repitiendo siempre lo mismo vestido con diferente ropaje. La ventaja del Druida es que lo dice tan bonito, que no cansa leerlo una y otra vez, dicho de mil modos diferentes. Este artículo está en la línea de su pensamiento que, bueno es señalarlo, difiere de la postura de Gail Tverberg -por ejemplo- porque aquella considera que la crisis financiera puede ser "terminal" en tanto que el Druida, es más pausado y la ve sólo como parte de un proceso de largo plazo y aliento que, en esta época y por las décadas venideras será siempre un "cuesta abajo" con valles y picos de diferente magnitud. En mi caso me muevo en un camino que está, 75% cercano al Druida y 25% en la línea de Gail... creo que bajaremos catabólicamente pero, siempre está abierta la puerta a un derrumbe más intenso. En cualquier caso eso está muy matizado por "el barrio" donde te toque estar porque, si tienes la mala suerte de vivir en uno de los "canarios en la mina" tus posibilidades de pasarla MUY MAL son elevadas. Y no es lo mismo pasarla "mal" que "muy mal"... hay diferencias ! |
En mi caso particular, estoy en un 85 por ciento con Greer, claro que los baches van a ser profundos.
Pienso que algunas de las sorpresas que aún no podemos imaginar y que nos deparará el futuro, consistirán en formas de adaptación al peak que hoy consideramos imposibles o utópicas. |
Una vez más muchas gracias Anselmo. Un gustazo poder leerlo
|
En respuesta a este mensaje publicado por Anselmo
Personalmente no entiendo cómo, ateniéndonos a los datos mil veces comentados aquí sobre las estimaciones de la evolución en la producción de crudo, los cuales avanzan que para el 2030 (pasadomañana) habrá alrededor del 50% del crudo actual saliendo de los pozos de petróleo (de forma bruta), puede preverse una descenso catabólico de décadas.
Ese 50% de energía bruta, bien puede ser un 30%-40% de energía neta frente a la producción actual. Eso sólo ya de por sí genera un montón de interferencias en la producción de todo tipo de bienes incluida la propia extracción de otras fuentes fósiles. Y ésto es sin considerar las previsiones de Tverberg, es decir, sin tener en cuenta el lado financiero del meollo, que como atestigua ésta aceleraría todo el proceso y mucho. |
El lunes, navegando por páginas de tipo peakoil.com, peakoil.net (me gusta echarles un vistazo de vez en cuando) leí 2 previsiones:
- En una hablaban de que el consumo de petróleo subirá a 120 mill b/d en 2040. - En otra de que en 2017 habría serios problemas. En los comentarios gente hablaba incluso del año que viene. ¿Cómo va a tomarse en serio la gente este peliagudo tema con opiniones tan dispares? Yo por mi parte, empecé a interesarme por este tema hace 6 años. Y he moderado bastante mi opinión. Al principio absorbes todo como una esponja y dan ganas de salir corriendo. Pero poco a poco te das cuenta de que las cosas no suceden tan rapidamente. Las 2 predicciones de antes me parecen exageradas. No me creo que en 2-3 años la cosa varie mucho. Ni mucho menos que dentro de 26 años se produzcan 120 mill b/d desde los 90 actuales. Es que eso supondría extraer 900.000 millones de barriles en ese periodo. Yo soy de la opinión de una meseta con ligeras oscilaciones durante unos cuantos años...y luego...un descenso moderado, al que deberemos ir reajustándonos no sin problemas. Y, como dijo nosequien...dejaremos el petróleo antes de que nos deje él (supongo que por el coste de su extracción). Viendo esto, me compré un coche semi-nuevo (con solo 11 meses), diesel, esta primavera. No es un capricho: por mi trabajo tengo que hacer 150 km al día (35.000 al año) y el antiguo estaba cascadísimo (tenía 16 años). Espero amortizarlo sin problemas durante mas de 10 años. ¿Cómo será mi siguiente coche? ¿será impulsado 100% por fósiles? Sinceramente...no lo se. |
En respuesta a este mensaje publicado por javi
javi (y vale para jaimeaguada también).
Si repasan los datos -y los hemos discutido bastante en el tema donde hablamos del informe ruso-, lo que va a bajar cada vez más es el petróleo CONVENCIONAL pero, al menos por un tiempo y parcialmente, su baja se compensará con más gas, fracking, petróleos pesados, carbón, etc. Además, ha bajado mucho el CONSUMO y, también eso compensa la baja en la producción. De hecho hoy día países como Irak, Irán, Libia o Siria -aunque su aporte sea menor- tienen la producción casi frenada y, si volvieran al mercado hasta habría "excedentes" (al menos hoy día). Así que, por algunos años -no muchos pero tampoco es "mañana"- la producción de "todos los líquidos" se mantendrá bastante estable y, circunstancialmente, hasta podría subir un poco y todo. Otra cosa... recuerden que hoy día parte de la demanda la sostiene Japón !. Si se le diera a los japoneses por reabrir sus centrales atómicas, hasta se daría la paradoja que "sobraría" petróleo en el mercado. Pero, este proceso no se mide en HORAS sino en LUSTROS y, los puntos más conflictivos podemos esperar verlos en torno al 2020-2025. Conste que a escala humana "5 años más" parece una eternidad pero, en términos de civilización es un suspiro. |
En respuesta a este mensaje publicado por jaimeguada
Pues mira tu por dónde, yo sí que espero problemas para entre finales del año que viene, y principios de 2017.
Pero escasamente relacionados con el petróleo. Nominalmente, el estallido de la burbuja del fráking (puede durar tranquilamente aún un par de años), reventará la esfera financiera USAna. Y será peor que la inmobiliaria. Otro que se superpone y converge. La ruptura del petrodólar, que le está costando el cargo a la Lagarde, parecido a lo que sucedio a DSK. Con la misma producción, el precio del petróleo en dólares se puede disparar, dadas las circunstancias y la cada vez menor credibilidad de la moneda americana. Esto puede llevar a USA al Default, casi más directamente que el caso anterior. En ambos casos, se trata de una crisis económico-financiera que dejará en ridículo a la de 2008. Lo cual bajará aún más la demanda (y el precio) del crudo. Y eso destrozará la economía de Rusia... Bah, nada. Cuatro revoluciones, un poco de guerra por aquí, otro por allá, algunas epidemias, naaah. Tenemos para largo. Aún hay que reducir mucho más la población... Coincido en que las cosas todavía no se pondrán feas de verdad hasta 2030 o más adelante. Esta crisis que espero que venga aún no será la más gorda. Lo dicho: iremos a escalones. En 2008, bajamos el primero, 'suave', en poco vendrá otro, algo más duro, pero suave también, pero aún habrá más, y más altos. |
En respuesta a este mensaje publicado por Dario Ruarte
Darío, en relación a tu post, éste reafirma mi comentario: no veo una bajada de décadas, creo que sería más apropiado hablar de lustros dada la significativa caída de la producción en apenas 15 años. Caída que no será la total, pero sí una porción significativa de la misma y a buen seguro de gravísimas consecuencias.
Al fracking le quedan dos telediarios, y el pico del gas y el carbón vienen poco después. |
Free forum by Nabble | Edit this page |