La culpa no es del regetón ese ni de los jóvenes haciendo el hostias con el coche... ¿Por qué lo hacen? Para impresionar a las chicas. ¡La culpa es de las mujeres!
Las tías buenas ya podían ir a por los empollones, pero no, les gustan los macarras...
La noche es oscura y alberga horrores.