Una nueva entrada de Ugo Bardi:
Bardi_(28-09-2015).pdfBardi_(28-09-2015).docEste post ha sido bastante complicado de traducir, porque mi formación está muy lejos del asunto tratado.
Dejando claro desde el principio que cualquier opinión que yo pueda tener es por ello muy aventurada, realmente pienso que la interpretación de Bardi es muy poco consistente, y lo que es peor, se trata de un intento muy evidente de arrimar el ascua a su sardina.
Yo veo una interpretación bastante diferente: como un accidente minero, enmarcado en una época de conflicto religioso. Aunque hay indicios de uso del hierro, cuatro milenios antes de Cristo por parte de los sumerios y egipcios, es en el segundo y tercer milenio cuando van apareciendo cada vez más frecuentemente objetos de hierro (que se distingue del hierro procedente de meteoritos por la ausencia de níquel) en Mesopotamia, Anatolia y Egipto. Sin embargo, su uso parece ser ceremonial, siendo un metal muy caro, más que el oro. Algunas fuentes sugieren que tal vez se obtuviera como subproducto de la obtención de cobre.
Al tiempo que se desarrolla el hierro, se produce un cambio religioso y social fundamental, pasándose de representaciones de Diosas Lunares (la Diosa Blanca, madre y protectora de la tierra), a la preponderancia de dioses masculinos, lo que se traduce en sociedades guerreras, patriarcales, dominadas por los varones, diluyéndose el matriarcado. Estos guerreros van utilizando, cada vez más con más frecuencia, armas de hierro, mucho más efectivas en la batalla que las de bronce.
Los dioses masculinos son utilitarios. Leemos en el Génesis (1.26) que Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra”. Esta es una mentalidad extractiva (exhaustiva) heredada de babilonios e hititas.
Irán e Iraq tienen grandes depósitos de mineral de hierro. No me cuesta imaginar una mina a cielo abierto en cualquier montaña de la zona. No me cuesta imaginar un período de fuertes lluvias que originase un alud de lodo que enterrase un gran número de mineros e incluso guerreros vigilantes. No me cuesta imaginar que se atribuyese a una Diosa Madre (sobre todo una como Istar/Inanna caracterizada por dos cosas, la primera un fortísimo carácter, cuyos enfados llevaban terribles consecuencias, y la segunda, un carácter sexualmente libérrimo, que chocaría con la moral machista impuesta que subyugaba a la mujer) la destrucción de las minas.
El gran fallo de esta teoría es que parece ser que el poema se escribió antes de que la tecnología de extracción y fundición del hierro se extendiese, pero quién sabe, el hierro puede que esté mal datado o que su tecnología se descubriese localmente antes de lo que se piensa, o puede que este accidente inicial retrasara durante algunos siglos el desarrollo de la minería del hierro.
Saludos.
Cerrado
.
