Si a Admin le parece bien propongo un nuevo hilo con los artículos que vayan saliendo en el
webzine 15-15-15.org empezando por el
último artículo de Manuel Casal comentando el libro Los Desposeidos, que se ha comentado o menicionado en el
foro con anterioridad.
No sólo por todo esto nos puede inspirar Los desposeídos a las y los activistas: “Como la hierba, la idea busca la luz, ama las multitudes, las cruza, la enriquecen, crece más vigorosa cuando se la pisa”, nos dice. Y advierte: “La vía más eficaz para destruir las ideas no es reprimirlas sino ignorarlas.” ¿Encontramos algún parecido con lo que sucede con ideas clave para nuestra supervivencia como el Decrecimiento, la Vida Simple o el Buen Vivir? “El cambio es libertad, el cambio es vida”, nos impele uno de los personajes, uno de los principales disidentes y críticos de la imperfecta y sufrida sociedad anarresti. Es la ética del cambio, inseparable del concepto de libertad en esta obra: “Al individuo se le puede exigir un sacrificio, nunca un compromiso: porque aunque la sociedad dé a todos seguridad y estabilidad, sólo el individuo, la persona, es capaz de una elección ética: la capacidad de cambio, la función esencial de la vida” (p. 368). Esa vida simple, esa felicidad en la sencillez, ese no poseer, no desperdiciar (“el lujo es excremento”), es una constante definitoria de la utopía anarresti: “Si tomo lo que no necesito, nunca tendré lo que en realidad necesito” (p. 205). E incluso podemos encontrar ecos gaianos, o al menos biófilos, en alguno de los personajes: “El interés que sentía por los paisajes y las criaturas vivas era apasionado. Ese interés, débilmente expresado por las palabras ‘amor a la naturaleza’, le parecía a Shevek algo mucho más vasto que el amor. Hay almas, pensaba, a las que nunca se les ha cortado el cordón umbilical. Que nunca se desprenden del seno del universo. Esas almas no ven la muerte como a un enemigo; desean pudrirse y transformarse en humus.”