Gracias por el artículo, lo he añadido en favoritos. Cuando veía las manifestaciones que suceden últimamente, no terminaba de convencerme que eso sirviera para algo. Incluso los actos violentos los veía completamente contraproducentes por darles carnaza y argumentos a los lobos para devorarnos (el que fuera provocados o no dichos actos es otro tema discutible).
Pero de alguna manera intuía que había que hacer algo ante esta situación, y este artículo explica muy bien cómo no confundir la fuerza de la violencia, dos conceptos que muchas veces de forma errónea tendemos confundir. La solución a la que llega al final me parece bastante instructiva, utópica, pero puede servir de referente.
Curiosamente la solución propuesta por este artículo me recuerda a una escena de la película "El club de la lucha":
http://www.youtube.com/watch?v=YLjBuYOnI1w