Sabe la Tierra... Ejemplos a imitar

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Sabe la Tierra... Ejemplos a imitar

Gabriel A. Anz
SABE LA TIERRA...

Cómo se gestó Sabe La Tierra, el mercado de productores locales que revolucionó a zona norte

Por Valeria Vera  | Diario LA NACION (Argentina)

En una entrevista con LA NACION, Angie Ferrazini, el alma mater de la iniciativa, revela los secretos que la impulsaron a crear una de las ferias más afianzadas de Buenos Aires; la búsqueda de un estilo de vida que priorice lo orgánico y sustentable, el pilar de su éxito
28.10.2014 | 03:26

Su mente hacía lo que su cuerpo no: pensar tímidamente en un proyecto propio, alejado del esnobismo, los cocktails, el lujo, y el mundo ejecutivo con los que solía codearse (tal vez, simplemente) por ser la cara visible de grandes marcas de retail del rubro bebidas. Le gustaba, sí, pero ya no lo disfrutaba como antes.

Su trabajo anterior en una conocida editoral argentina fue en realidad la culpable de esa idea que repiqueteaba dentro, sin manifestaciones claras, más allá de los meros deseos personales.

Los viajes y el contacto permanente con emprendedores rurales, que nota tras nota compartían con ella las dificultades comunes del sector, como la poca valoración de la tarea, la falta de espacios de comercialización y la distancia a los grandes puntos de venta, se convirtieron en argumentos de otros que recogió y los volvió suyos, tan propios, que sentaron las bases de esa iniciativa que imaginaba.

"Desde siempre me gustaron los mercados. Cada vez que viajo, es lo primero que visito, porque entiendo que es ahí donde pasa la idiosincrasia de un pueblo, la relación humana, el encuentro entre todos; son espacios culturales muy ricos", confiesa a LA NACION Angie Ferrazini, alma mater de Sabe La Tierra, al recordar los inicios del mercado de productores locales que cambió el consumo y la alimentación de un alto porcentaje de los vecinos de zona norte.

En 2002, agotada de la vida ajetreada y empresarial que llevaba, viajó a descansar a Salvador de Bahía, en Brasil. El aura del centro histórico de esa ciudad signó el rumbo e iluminó lo que hasta entonces habían sido proyectos "momentáneos" y "descartables". "Quería dejar de contar historias de otros para poder impactar de otra manera: ponerme en acción, generar el cambio haciendo. Ahí fue cuando pensé en desarrollar una primera manifestación: estaba entre la gran exposición o el mercado de barrio, y me incliné por lo chiquito, lo local, lo barrial", revela.

Brasil le brindó la confianza y también a Paulinho, un músico del lugar, que enseguida se transformó en su pareja y el padre de sus tres hijos. "Mi gran compañero de vida", como le gusta presentarlo.

Estaba entre la gran exposición o el mercado de barrio, y me incliné por lo chiquito, lo barrial

El nacimiento de Lua, la primera hija de ambos, completó el impulso que faltaba. Y lo agudizó. "Necesitaba estar cerca de ella, tener libertad de horarios", justifica. Así, abandonó la relación de dependencia, creó una consultora boutique de comunicación y se inclinó por el homeworking. El apoyo familiar y el escenario profesional estaban garantizados. Sólo había que vencer prejuicios y retar a la incertidumbre.

Despojada de marcas, en el pequeño jardín de su casa del bajo de San Isidro y ya con dos hijos chiquitos, de 4 y 2 años, nació tímidamente el proyecto Sabe La Tierra, integrado por 16 productores de la zona. De ese pequeño primer paso transcurrieron cinco años. Hoy la red está integrada por más de 150 productores y cuatro mercados: San Fernando, Vicente López, Tigre y Pilar. "Aprendí a disfrutar de mi trabajo y de mis hijos, que lo pequeño también impacta, y que el lema piensa global, actúa local, fue mío desde siempre. Ser independiente me permitió crear un proyecto muy puro y coherente, donde el hacer y el decir se unen", expresa, satisfecha, durante la entrevista.


EL PROYECTO, A FONDO

-Si tuvieras que resumir los propósitos que persigue Sabe la Tierra, ¿cuáles destacarías?

- Nos proponemos reeducar hábitos de consumo, generar conciencia, que todos en nuestro rol de consumidores empecemos a preguntarnos si necesitamos lo que vamos a comprar, cómo son sus procesos productivos, a quién estoy apoyando con mi compra, qué impacto medio ambiental tiene el producto (en su producción y en su descarte). Todos somos responsables de lo que consumimos y de la basura que generamos.

Buscamos reeducar hábitos de consumo y generar conciencia de lo que compramos

- ¿Qué filosofía promueve y sobre qué pilares descansa la iniciativa?

- Como Asociación Civil sin fines de lucro nos orientamos difundir el paradigma de la sustentabilidad y promoverlo a través de diversas acciones, porque creemos en la necesidad de respetar la naturaleza de la que formamos parte y nos alimenta. El consumo de productos naturales y orgánicos crece en el mundo impulsado por la búsqueda de lo saludable y se impone como un camino alternativo para preservar el medio ambiente. Con la presentación del proyecto en formato de mercado, nos proponemos establecer un vínculo entre los pequeños productores y los consumidores, rescatando la relación humana más allá de la compra-venta. Queremos que quienes producen puedan transmitir su filosofía de vida, su historia, sus dificultades, sus sueños y proyectos.

- ¿Por qué es tan necesario volver a lo propio y a lo local en la actualidad?

- Porque donde sucede nuestra vida está tomando protagonismo. Es la tendencia de la vuelta a lo barrial, que en tu barrio tengas todo lo que necesitas para vivir, que puedas trabajar cerca de donde vivís, que no tengamos que recorrer tanta distancia diaria y mejorar la calidad de vida en la que vivimos.

- ¿Existe algún movimiento similar en el mundo que actúe como antecedente o en el cual te hayas inspirado para replicar el modelo en la Argentina?

- Me inspiré en muchos modelos diferentes, como la BIOFACH, el TERRA MADRE, la BIOCULTURA, en España, y los mercados de Perú, Brasil, Bolivia y los nacionales. Ahora, estoy viajando al TERRA MADRE, en Italia, donde espero encontrar experiencias similares para intercambiar, y muy seguramente integremos la Red Internacional de Mercados de la Tierra de Slow Food. También, en Berlín, están los chicos del MARKHALLE NEUN, con quienes tenemos muchas coincidencias. En Chile, está el Mercado Orgánico que nació casi al mismo tiempo que nosotros.

- ¿Hacia dónde se proyecta hoy Sabe La Tierra y de qué manera piensa expandirse?

- Estamos trabajando para instalar una cultura sustentable tanto a través de nuestros mercados como a través de eventos y talleres en empresas y gobiernos, porque entendemos que el trabajo debe ser en conjunto. Todos tenemos que unirnos para el cambio. Además, apuntamos a la apertura de nuevos mercados barriales, y un servicio de catering de pequeño productor donde ofrecemos desayuno, almuerzos y eventos con trazabilidad y km 0 (elegimos al productor más cerca al lugar del evento).

-¿Qué busca la gente al acercarse?

- Por lo general, los objetivos pasan por encontrar una alimentación más saludable, espacios de compras más amigables, conocer al productor y sus procesos productivos, encontrarse con amigos, pasar un día diferente y en armonía con las personas y la naturaleza. También aparecen aprender, animarse al cambio, y a comprar responsablemente productos de cosmética natural, higiene, limpieza, y diseño sustentable.

- ¿Por qué pensás que se volvió popular? ¿Cuál fue el factor que mayor incidencia tuvo en base a tu experiencia?

- Te diría que no tuvo tanta repercusión desde el principio y que nos sigue costando mucho la convocatoria de público. Pero nos sostenemos y vamos abriendo el camino para que otros también se inspiren. Muchos mercados han nacido luego de Sabe la Tierra y celebro eso porque creo que son espacios humanos muy ricos. Nosotros fuimos los primeros en darle a los mercados una vuelta para que resulten espacios que invitan y nos costó mucho. Por un lado, que los municipios entiendan de la importancia de estos espacios y los apoyen y, por otro, que la gente se anime al cambio de hábitos real, que no sea una moda pasajera, sino que sostengan su visita sábado a sábado.

Hay que volver a escuchar a la Tierra, ella sabe; los mercados son la excusa

- ¿Es exagerado interpretar a Sabe la Tierra como un estilo de vida?

- No, porque es lo que nos proponemos. Los mercados son la excusa que encontramos para transmitir una nueva cultura, donde el ser sea más importante que el tener, donde consumidores y productores seamos parte de lo mismo, donde la educación en valores tome protagonismo, que hablemos de inclusión y de sustentabilidad, pero que también hablemos de reducir el consumo innecesario y desmedido. Volver a escuchar a la Tierra, que ella sabe. Conectarnos unos con otros, ser uno. Pasar del pensamiento individual al pensamiento colectivo, promover la cooperación y no la competencia, trabajar por el bien común y poder pensarnos como un todo. El gran desafío es pasar del yo al nosotros. Sabe La Tierra es un estilo de vida que propone conectarnos con la forma de parir, de criar, de educar, de alimentar, de vestir, de relacionarnos y de ver la vida. Es un aprendizaje constante.


LA DINAMICA DEL MERCADO

- Si miramos el interior de la iniciativa.. ¿cómo se organiza la feria en sí misma y el mercado, su máxima estrella?

- Los mercados se organizan con una coordinadora, un equipo de armado, productores, y consumidores. Al ser en espacios abiertos, armamos y desarmamos cada vez. Cada mercado tiene su manual, su equipo, sus productores y su idiosincrasia.

- ¿De qué manera contactan a los productores de cada barrio o zona?

- Para ser parte hoy de alguno de nuestros mercados, los interesados tienen que enviar un formulario a través de nuestra página www.sabelatierra.com Si cumple con los requisitos básicos y su producto aún no está representado en el mercado, lo convocamos a una entrevista de admisión con el comité curador. Para nosotros es tan importante el producto como la persona, creamos mercados de productores y promovemos la solidaridad, el respeto, el cuidado, y la buena convivencia.


- ¿Hay un staff fijo e "invitados" itinerantes?

- Los productores de cada mercado son fijos, pero también tienen un ciclo dentro de cada espacio. Feriar es un gran esfuerzo semanal y los productores soportan el frío, el calor, las lluvias...Tenemos listas de espera en nuestros mercados y cuando algún productor decide irse, se le da oportunidad a uno nuevo. También recibimos invitados, sobre todo de Córdoba, donde hay muy bueno productores.

- ¿Cuáles son los productos o platos que más se consumen?

- Los productos que más traccionan al mercado son las frutas, las hortalizas, los pollos, huevos y los panificados. Y a la hora de comer la oferta es muy amplia: pizzas veganas, empanadas integrales vegetarianas, ñoquis de espinaca, arepas, sushi, tapeo, sandwiches naturales, jugos, licuados, comida raw, entre otros platos.

- ¿Qué tipo de público congrega y resulta más fiel al proyecto?

- Vecinos, familias, parejas, niños y también gente mayor que encuentra en Sabe la Tierra la alegría de volver al mercado.


AGENDA

San Fernando: Estación San Fernando del Tren de la Costa (altura Libertador al 1000), Madero y Arias. Horario: Sábados, de 10 a 17 hs.

Florida, Vicente López: Plaza Amigos de Florida (San Martín al 2400 y Juan B. Justo). Horario: Sábados, de 10 a 17 hs.

Tortuguitas, Pilar: km 38,5 Las Moradas, frente a la Iglesia Santa Teresita. Horario: Domingos, de 10 a 18 hs.
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Re: Sabe la Tierra... Ejemplos a imitar

Dario Ruarte
Tengo un problema con los "eco-yupies".

Por un lado, creo que son un paso adelante en este proceso de toma de conciencia y de cambio cultural que estamos -o tenemos- que vivir. Por ese lado, los respeto y valoro.

Pero, por el otro, son un fenómeno tan "revolucionario" como las camisetas de con la cara del Che que se venden a 150 euros en las boutiques pijas y de lujo en Milán.

Es el "modo BAU" de enfrentar el problema desde las plazas de San Isidro (barrio pijo de Buenos Aires) sin hacer nada "real" que cambie al mundo en definitiva.

No en vano esta señora se dedica al "marketing" (in house con homeworking tal como indica) y la entrevistan en LA NACION.

- Lo bueno ?... usan la "cara del Che".
- Lo malo ?... no la usan para "hacer la revolución" sino para vender camisetas de 150 euros a "yupies" urbanos en las tardes del domingo.

Esta gente, si se corta la electricidad en Buenos Aires, durará menos que una gota de agua sobre el pavimento caliente.

- Cambio "real" ? ... casi "0"

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Re: Sabe la Tierra... Ejemplos a imitar

Gabriel A. Anz
Jajaja! Básicamente estamos de acuerdo Darío. Mi esposa dijo más o menos lo mismo.

De todas maneras creo que lo rescatable es el concepto y creo que las ferias de este estilo y como las que se ven mucho en Chile, he visto en Alemania, México y Australia (siempre recuerdo una en particular en Hobart, Tasmania),  serían un eslabón importante para la colocación de los productos en el mercado local y estímulo para promover granjeros.

No deja ser una oportunidad laboral y económica, para quien no quiera ni pueda ser productor y que se quede sin trabajo en rubros que estén "camino al cielo".

Es gestar una nueva red de oportunidades.
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Re: Sabe la Tierra... Ejemplos a imitar

pablo de argentina
En respuesta a este mensaje publicado por Dario Ruarte
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Re: Sabe la Tierra... Ejemplos a imitar

demián
En este punto hay que separar las partes. Hace muchos años le vengo dando la vuelta a la custión del "comercio justo", "consumo responsable", "soberanía alimentaria" y todo aplicado a la alimentación en la ciudad.
En ese sentido lo pongo como pregunta ¿cuál sería la forma ideal? ¿a qué deberíamos tender antes de abandonar las ciudades?

1) Que la comida sea alimento. O sea, de la mejor calidad posible: orgánica y fresca, o si es preparada, sin aditivos, sin pasteurizados, etc.
2) Que haya el mínimo de intermediarios entre el comprador y el que trabaja la tierra o prepara el alimento.
3) Que provenga de lo más cerca posible (evitando transporte, refrigeración y sabiendo que las semillas son aptas para reusarlas en el terreno)
4) Que entre productores se tejan redes sociales cooperativas.
5) Que sean accesibles económicamente y geográficamente a todos los estratos sociales.

Podemos enumerar otros deseos, pero creo que ese mercado, como el de La Chacarita o Palermo en Buenos Aires, como el de mi ciudad suelen tener los cuatro primeros puntos bien afilados y el quinto NO. Pero los primeros cuatro realmente vale la pena festejarlos (y tacharlos de eco-yuppies al lado del 99% de empresarios y microemprendedores que nos puede llegar a dar Buenos Aires no es justo).

La otra manera, es la que ha armado la comunidad boliviana en el Valle del Río Chubut.
1) Producen familiarmente
2) Producen variedad (frutas, verduras de hoja, hortalizas, huevos, etc.)
3) Tejen redes entre productores y consumidores de la comunidad boliviana y con verdulerías cuyos dueños son también de la comunidad boliviana: que son a los que yo les compro.
4) Venden a mejor precio que lo que viene de otras zonas.

¿qué les falta?
Producir de manera orgánica, usan todos los agroquímicos que están a su alcance y si no los usan es por cuestión de costos.

Los dos caminos se deberían cruzar... si no a unos o los otros los absorve una gran empresa.
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Re: Sabe la Tierra... Ejemplos a imitar

magriver
En respuesta a este mensaje publicado por pablo de argentina

Efectivamente, estos pijomovimientos no resilientes ayudarán a repartir recursos hacia aquellos que en el campo si lo serán.

Si las distancias y los lazos fuesen más cercanos, en el ámplio sentido, los actuales proveedores podrían seguir siéndolo en momentos más duros. Yo te ayudo hoy tu lo haces por mi mañana.

La cuestión esta en la cercanía
El límite en el que estamos inmersos nos va a acorralar ante la necesidad de elegir entre suicidio o consciencia.
El colapso no es el problema, es la solución.
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Re: Sabe la Tierra... Ejemplos a imitar

Dario Ruarte
Se me hace complicado opinar en el tema porque, si bien estoy de acuerdo en lo básico, deja un montón de flecos abiertos que habría que analizar.

Les voy a dar un ejemplo:

- Gracias a sus habilidades superiores de marketing y a ciertos contactos -que les permiten vender SIN licencia EN EL CENTRO-, estos habilidosos "eco-yupies" consiguen vender manzanas "orgánicas" (a saber si lo son) a dólar la pieza.

- Otros "eco-yupies", que viven en el centro, van y compran sus manzanas "orgánicas" a Felicia, la 'eco-yupie'.

- Todos regresan a sus hogares contentos, unos porque son "orgánicos" y otros porque vendieron a dólar la pieza.

Y resulta que el pobre indio que se desloma en los manzanares y no tiene "marketing" se pierde ahora hasta ese mercado cuando a él, le pagan a diez centavos la pieza.

Dejamos un montón de "eco-yupies" felices y hundimos al indio que ahora es más pobre que antes.

- Y quién era el que VIVIA en la tierra realmente ?... el indio que ahora se empobrece más porque los "eco-yupies" le quitan la plaza.

Yo aplaudiría un sistema para que el pobre indio gane más que antes, no para que "Felicitas", la eco-yupie que hace "homeworking" se gane unos pesos.

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Re: Sabe la Tierra... Ejemplos a imitar

pablo de argentina
En respuesta a este mensaje publicado por magriver
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Re: Sabe la Tierra... Ejemplos a imitar

demián
Creo Darío que es más complejo que eso. En los dos mercados que he visitado en Buenos Aires de orgánicos venden varias marcas que encontrarás en la "dietética" o herboristería más especializada de tu ciudad: Campo claro, Naturaleza viva, PRAMA, Del campo (esta hasta la venden en los supermercados), las yerbas mate orgánicas (hay varias marcas, la más conocida es Titraijú -TIerra TRAabajo y JUsticia) y cada una tiene su filosofía, manera de trabajo, etc. Lo mismo sucede con las marcas de los pescadores artesanales o de los movimientos campesinos. Los que llamarías "el indio" en muchos casos se han agrupado y junto al INTI han desarrollado marca y venden en esos mercados -El MOCASE de Santiago del Estero con sus quesos es un ejemplo-.

Los intermediarios (los que salen en La Nación) sólo organizan el mercado, pero los productores venden en muchos otros lugares, incluso, esas marcas que nombré, están en mi ciudad en dos Almacenes naturales.

Lo importante es ampliar la red...

De postre dejo esta canción que hicimos en la escuela contra los kioscos escolares basura...