Bentinchan escribió
Siempre me he considerado libertario y se lo que es la diferencia de comunismo y anarquismo y los motivos por los que se rompió la segunda internacional. Así que no me vengas con que defiendo al regimen cubano, ni con el cuento de Orwell y la rebelion en la granja, que quizás me haya leído la mayoría de sus libros y puede que tu no entendieras el verdadero significado de Rebelión en la Granja. Pues, Orwell no dejó nunca de ser comunista o si lo prefieres socialista, con grandes rasgos libertarios y trosquistas.
Te recomiendo Homenaje a Cataluña, pero a lo mejor deja de caerte bien por rojo. Y sí, Orwell apoyó la Revolución y la Segunda Republica Española donde vino a combatir al fascismo. Volió a Inglaterra habiendo combatido al fascismo y el estalinismo.
Los únicos anarquistas que merecen mi respeto son los verdaderos libertarios, y esos también son anarquistas en lo económico. Todos los demás no pasan de ser elementos inadaptados de la izquierda radical, tan inadaptados que ni siquiera entre los suyos los soportan, y por eso acaban en el espectro anarquista. El anarquismo es un universo fascinante en sí mismo. Tengo clarísimo que un intento de imponer la anarquía es la forma más directa de llevar a una sociedad a la extinción, pero no por ello me deja de parecer fascinante esa mezcla de inocencia naïf y salvajismo tribal propio de los anarquistas.
Leí a Orwell por primera vez con 8 años. Entre esas cosas que me veo en necesidad de contar, para que después no me acuses de mentir, aprendí a leer con 3 años, con 6 años mi madre consideró que ya estaba bien de cuentos para niños y me puso entre las manos mi primera lectura adulta. Creo que ya se lo he perdonado, pero supongo que no era fácil lidiar con un niño como yo. Con 8 años leí "Rebelión en la Granja", aunque para "Homenaje a Cataluña" esperé a cumplir los 14 años, cuando me interesé por los sucesos de Barcelona de 1937 mientras investigaba la relación de mi familia con la guerra civil. Para muchas de esas lecturas no estaba preparado en su momento. Pregunté mucho a mi madre y mi padre, así descubrí la historia de mi familia, de paso (como muchas familias españolas, mi familia materna represaliados republicanos en la guerra civil, mi familia paterna, en cambio, nacionalistas de la cornisa cantábrica y católicos hasta el fastidio... aunque les salió un hijo comunista y anticlerical), y desgasté la Larousse Universal que mis padres decidieron pagar a plazos para que los dejara tranquilos un rato. Doy gracias a que todavía no existieran Internet y Google. En mi casa las pasamos muy putas con la(s) crisis económica de los 80, lo único que nunca faltó fueron libros.
Poco me vas a enseñar sobre Orwell. Ni sobre las razones que le llevaron a odiar a Stalin por encima de todas las cosas. Ni sobre las razones por las que escribió "Rebelión en la Granja" y "1984" para advertir a los habitantes de su país -y de otras naciones, deslumbradas por el ejército rojo tras la guerra mundial- de lo que era en realidad el régimen impuesto por los bolcheviques.
Cabe decir que no fue el primero en intentarlo a través de obras alegóricas y de ciencia ficción. El primero del que yo tengo noticia fue Zamiatin, que planteó una deliciosa visión de a dónde se encaminaba el futuro después de lo que había visto en Rusia antes de salir por patas. Leí "Nosotros" con 15 años. Es otra obra que recomiendo encarecidamente a los entusiastas del lado izquierdo, aunque reconozco que es un pelín más pesada de leer que la granja animal.
Y también leí las obras críticas desde el otro lado. Leí "Un mundo feliz" con 12 años, y reconocí en ella el mundo en el que vivimos... y décadas después, lo reconozco todavía mejor. Y "Fahrenheit 451" (con 12 años también), que en aquel momento me pareció una rayada, pero que desde la creación de las redes sociales se me antoja mucho más cercana.
Para leer críticas políticas que serían más de tu gusto tuve que esperar a ser un pelín más adulto (y aún así, "las venas abiertas de América Latina" casi hace que me abra las mías, pero de tedio), y sí, como a todo chaval adolescente, tuve mi época en que la izquierda me sedujo. Y hasta bien adulto. De hecho, como ya he contado, llegué a militar en Izquierda Unida (aunque siempre tuve problemas con la gente del PCE).
Pero de todo se sale, y también del discreto encanto de la izquierda decadente, sobre todo a medida que los vas conociendo. Aún así, te reconozco que yo tenía una idea distinta de Cuba y su revolución, y la seguí teniendo durante muchos años después de irme distanciando de la izquierda.
Pero no hay idea que resista la confrontación con la realidad.
Bentinchan escribió
No solo los comunistas piensan de forma diferente a la gente de extrema derecha como tú.
¿Crees de verdad que soy de extrema derecha? No sé si sonreírme por tu inocencia o sonrojarme por tu ignorancia.
Bentinchan escribió
He estado en Cuba y se como funciona Cuba, sus problemas y sus miseria y como desde la caída de la URSS se quedo aislada y colapso en 1992. He estado en las ciudades y en los campos. Hable con mucha gente, universitarios y obreros. Por supuesto también se me acercaron buscavidas, que en mi opinión, el propio regimen lo ve como una fuente extra de ingreso de divisas
No, corazón, tú no has estado en Cuba, tú has paseado por Cuba. Y no tienes ni puta idea de cómo funciona Cuba, a ti te han contado una milonga, y te la has creído.
Estar en Cuba es irte allí, guardar la tarjeta de crédito y el pasaporte europeo en un cajón, arremangarte, y hacer vida como uno más de ellos. Estar en Cuba es olvidarte de ir en taxi, y subirte a la guagua, como cualquiera de tus vecinos -cuando llegue la guagua, que no será ni remotamente cuando se supone que tiene que llegar- y avanzar hasta el fondo, entre otras doscientas personas. Estar en Cuba es irte a hacer dos horas de cola para el arroz, mientras tu suegra intenta encontrar algo de pollo en alguna tienda de algún sitio, para que vuelva desesperada, se quede ella haciendo cola, y te vayas tú a ver si con tu piel blanca y tu pinta de guiri estúpido consigues que algún restaurante del régimen te venda cerdo o pollo por la puerta de atrás, pagando el preceptivo soborno, por supuesto. Estar en cuba es darle al pinrel recorriendo la Habana vieja, intentando encontrar agua embotellada porque no la encuentras ni en las tiendas MLC, y llevas dos semanas cagándote por la pata abajo, porque el agua del grifo te va a matar, se te han acabado los antidiarréicos que trajiste de España y en las farmacias cubanas es imposible encontrar nada. Y rendirte al final a la evidencia, sacar la tarjeta de crédito del cajón y el fajo de billetes que guardabas para dejárselos a la familia en reserva antes de irte, y decidir que ya has conocido suficientemente las bondades del sistema cubano, que es hora de disfrutar de las horrorosas desventajas del capitalismo.
Tú no estuviste en Cuba, muchacho, tú anduviste de visita por allí.
Por cierto, que no es necesario estar en Cuba. Hay un cuarto de millón de cubanos viviendo en España, podrías intentar conocer su realidad de primera mano. Hay decenas de miles de horas de filmaciones en YouTube, millones de artículos en la red, blogs y demás que muestran la realidad del día a día de esa gente. No te digo que te vayas a propaganda, ni de los unos, ni de los otros, sino a los testimonios de primera mano.
Y tampoco puedes conocer la realidad de los cubanos si no has dejado a tu pareja en el aeropuerto, llorando como un niño, porque tú te vas a Cuba a ver a la familia a la que él no puede visitar, porque se escapó del país y tiene prohibida la entrada durante 8 años so pena de cárcel y no poder volver a salir del país. No sabrás lo que es la realidad del cubano hasta que tengas que consolar a la persona que tengas al lado porque no puede ni acudir al entierro del marido de su madre, que fue como un padre para él, ni al entierro de la hermana de su madre que lo cuidaba cuando siendo niño su madre tenía que trabajar como una mula y sin poder siquiera ver a su hijo. Todo ello porque hay un gobierno que ha decidido que los seres humanos que habitan en ese territorio son de su propiedad, y si perteneces a una profesión "regulada" no puedes salir del país.
Decididamente, no, no tienes ni puta idea de cómo funciona aquello. De verdad que no.
Bentinchan escribió
Pero no he estado solo en Cuba. También en la R. Dominicana, con la que podemos comparar
directamente y algo huele a podrido en la Española. También en Perú donde tu también conoces a gente.
Te vuelvo a repetir que las comparaciones son odiosas. Dominicana está fatal, lo sé, pero mira, en este viaje de septiembre, ya que no pudo venir mi pareja, me acompañó mi mejor amigo. Él había estado en República Dominicana cinco meses antes como cooperante. También ha estado como cooperante en Ghana y en Túnez, en proyectos organizados por la Universidad Politécnica de Valencia. En su opinión (y no tengo por qué no creerle), el único aspecto en el que sintió que la situación en Cuba era mejor que en República Dominicana fue en el aspecto de la seguridad -eso hay que reconocerlo, Cuba es un país muy seguro- pero en todo lo demás, los dominicanos vivían mejor y con muchos menos problemas. De hecho, cuando visitamos lo que queda de los cafetales en la provincia de Artemisa, dice que el estado de toda la infraestructura lo encuentra más parecido a Ghana, o a alguno de los países africanos que ha recorrido, que a una zona de América Latina. En esto último creo que exagera -he estado en Chiapas, y aquello no estaba mucho mejor- pero en la comparación del nivel de vida de los cubanos con lo que se puede esperar en otros lugares del mundo, no puedo más que estar de acuerdo.
Bentinchan escribió
La mierda la encuentras donde la buscas, quizás ibas buscando en Cuba algo y lo encontastre en abundancia. Pero eso mismo incluso más lo encuentras en la R. Dominicana. Yo te recuerdo que para miserias, las miserias de Perú. De sus escuadrones de la muerte, de la prostitución infantil, de sus esclavos de su racismo y clasismo.
Que sí, lo que tú quieras, y el tema de la violencia no te lo voy a discutir. Pero ¿quieres hablar de prostitución infantil? Hablemos.
En una bocacalle del Paseo del Prado de la Habana (no hablamos de una zona marginal) intentó jinetearme una muchacha de unos trece o catorce años. Hombre, vale que no soy un hombre del todo mal parecido, pero teniendo edad para ser su padre -con mi edad alguno ya es abuelo- no creo que lo hiciera seducida por mi atractivo. Aquella niña me impactó, porque me ocurrió a mí, que no buscaba ni por remoto nada, por lo joven, y porque se la veía ya completamente resabiada a una edad tan temprana. Pero no es ni mucho menos lo peor que he visto en Habana de la mano de algún turista que casi podría ser mi padre.
Entre los conocidos cubanos de aquí donde vivo está el hermano de un amigo de la infancia de mi pareja. Yo lo conocía desde hace muchos años, mucho antes de conocer a mi pareja. Lo conocía porque esta ciudad no es muy grande, y en los noventa, en una ciudad tan provinciana como esta, era escandaloso que un empresario recién enviudado se trajera a un muchacho cubano -y menor de edad- a vivir a su casa como "su protegido" (palabra por lo demás decimonónica a más no poder). Como la gente de cierta edad aquí se conoce toda, fue la comidilla de todo el mundo durante años. Cuando lo conocí (llamémosle
Jose, aunque no sea su nombre real), y para escándalo de mi yo heterosexual de entonces, Jose me contó que la primera vez que se prostituyó fue en Miramar, con ocho años, en la tercera avenida, cuando se la chupó a un señor -cubano, por cierto, no turista- a cambio de una botella de aceite de oliva. Hablamos de 1990.
Uno de los que tanto criticó al empresario pinturero que se trajo al crío cubano y le puso un piso, fue un pintor de brocha gorda que le compraba las pinturas, y que era conocido de mis padres, y venía de vez en cuando a tomar café. Resulta que este cabrón con pintas era otro de los que iba a Cuba, de hecho, algún viaje habían hecho juntos. Dejó de venir a tomar café el día que le dije que me parecía asqueroso que presumiera de haberse follado a una muchacha que tenía edad para ser su nieta a cambio de un vestido de gasa y una pastilla de turrón. Aquello me costó una discusión con mis padrastro... en público, porque en privado me dio las gracias por decir lo que él no podía decirle. Mi madre simplemente no le volvió a dirigir la palabra.
¿De verdad quieres hablar de prostitución infantil? ¿tengo que contarte más? Hay mucho más...
Bentinchan escribió
Gracia me haces cuando insinúas que sabes por que estoy en el foro, como el bueno de Faxhanadu, que entre algunos de sus delirios decía que era un agente cubano-venezolano-venusiano
No, hombre, no. Las pelis de espías me aburren. No todo el que vende propaganda y vierte mierda lo hace porque le paguen...
Bentinchan escribió
Mis ideas serán distintas a las tuyas, pero quizás no deberías entrar ha descalificarlas comentando "si no tengo ni puta idea", si digo "tontearías o gilipolleces". Creo que en otras ocasiones también te lo han dicho otros compañeros de foro, y yo también, eso es provocar.
No, Bentinchán, yo no descalifico tus ideas. A mí que seas libertario, comunista, socialista, centroliberal, liberal, fascista, nazi o mediopensionista, eso me da igual. Tus ideas valen tanto como las mías, y yo no creo estar en posesión de la verdad absoluta.
Lo que no tolero es que me vengas explicar tu versión edulcorada y llena de propaganda de la realidad de lo que yo he vivido, y de lo que han sufrido las personas a las que amo en carne propia durante décadas. Quien habla así es porque no tiene ni puta idea de la realidad del cubano de a pie. Incluso los cubanos convencidos del comunismo -que los hay, y he hablado con ellos, muchas veces- tienen la vergüenza torera de callar ante la magnitud de la tragedia en la que viven. Aunque sólo sea porque no pueden negarla.
Panta rei kai oudén ménei
Cerrado
