|
Interesante artículo de José Pedro Pascual. El título del post es engañoso pues parece que no hubiera Peak Oil pero en las conclusiones José Pedro no ve tan claro el futuro y se afilia a las tesis y preocupaciones de los peakoilers.
Según el post el incremento de petróleo pasó de 83,576 mbd a 86,152 mbd del 2011 al 2012 un aumento que se explica en parte por el boom efímero de los combustibles no convencionales en EE.UU. Los incrementos en la extracción de petróleo convencional de Arabia Saudita como de Rusia compensan la disminución en otros países como México, Gran Bretaña, Brasil, etc. Desde el 2006 aproximadamente la extracción de petróleo convencional se encuentra estancada en una meseta de 76 a 77 mbd. El petróleo restante proviene de fuentes no convencionales como los biocombustibles, los esquistos, arenas bituminosas y petróleo en aguas profundas.
Las reservas de Rusia sólo representan el 8% del total de las reservas mundiales a a pesar de ser el segundo extractor a nivel global.
Ya sólo queda extraer el petróleo de más difícil acceso, mas pobre energeticamente y más contaminante. Por cada seis barriles que se consumen únicamente se extrae uno nuevo. Efectivamente puede existir bastante petróleo en la litosfera, la cuestión es, cuánto de ese petróleo se puede extraer con una TRE mayor que uno. Es ruinoso extraer un barril de petróleo gastando la energía equivalente a más de un barril de petróleo, pero hacia allí vamos ineludiblemente. En las profundidades de la tierra en donde se originan los volcanes con temperaturas extremas también se forman una innumerable cantidad de diamantes de gran pureza, sin embargo, tecnicamente es imposible bajar hacia esas honduras y si fuera posible no sería rentable extraerlos. Seguramente esta analogía deje claro que aunque existan ciertos elementos muy valiosos para nuestra civilización, éstos se encuentran dispersos y volverlos a su estado original requiere una cantidad de energía inasumible en términos de beneficio (ver entropía).
Todavía no hemos llegado a los límites del crecimiento pero cada vez estamos más cerca. Las necesidades de la globalización neoliberal crecen a un ritmo exponencial mientras los recursos no pueden seguir esta curva por mucho más tiempo. La única opción que tiene el BAU es continuar exprimiendo el planeta como un limón hasta sacarle la última gota de jugo que la tecnolgía permita.
En esta década tal vez, se enciendan más luces de alarma. Tal vez el BAU ya no pueda ocultar por más tiempo la imposibilidad del crecimiento perpetuo. Tal vez más personas se vayan dando cuenta que algo no funciona bien en el sistema, que Matrix comienza a fallar. Esta década tendrá que despejarnos muchas dudas.
Un cordial saludo
|