Re: RUBIK Infinito
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@ ALU
Krónika de La BATALLA DEL FIN DEL MUNDO
ALU (Blancas) vs. RUBIK (Negras)
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1- P4R , P4R
2- A4AD , C3AR
3- P3D , C3AD
4- C3AD , A5CD
5- C3AR , P3D
6- O-O , A x C
7- P x C , C4TD
8- C5CR , C x A
9- P x C , P3TR
10- ... , ...
Un infante Negro del castillo del Rey RUBIK se aproxima al Caballero Blanco que merodeaba cerca de la fortaleza y azuza a su corcel con una lanza, tratando de alejarlo.
Esos peones triplados propongo llamarlos peones budistas, dado que recuerdan a esos Hare Krishna o lo que sea, con túnicas de color naranja, que cruzan la meseta tibetana en fila india, barriendo el suelo delante de sí para no pisar hormigas o matar cualquier otra forma de vida, por sencilla que sea ...
En este caso, no obstante, el augurio de esa formación es un Futuro un tanto *negro* ... Ja ja ja
Si los peones dobles son una DEBILIDAD ESTRUCTURAL, y los dobles "en isla" más aún, se pregunta uno qué grado de debilidad comportaran peones triples y aislados. En fin.
Genial la frase de Churchill, cómo no. Aunque me extraña que alabe así a los franceses, sobre los cuales tiene citas poco decorosas. En una recuerdo que se refería a ella como "esa extraña raza que hace el amor con la boca y la guerra con los pies [huyendo]". En cuanto a los españoles, tengo entendido que Churchill fue corresponsal en Cuba durante la guerra de 1898, y allí aprendió la costumbre de la "siesta" al ver a los españoles dormitando bajo las palmeras cada día tras la comida principal. Más tarde -he oído-, esa familiaridad con España y un supuesto afecto hacia ella fue lo que hizo que aconsejara invadir la Europa ocupada por los nazis desembarcando en Normandía, en lugar de invadiendo directamente la España de Franco.
El Ajedrez ha sido una pasión que vuelve a mi vida por ciclos, un poco como el Cometa Halley. Hace años, antes de ir a China, frecuenté un club local y encontré a alguien con quien recordaba haber perdido una parrtida durante mi adolescencia, con 16 años: recuerdo nebulosamente aquella partida, y cómo fui totalmente dominado y al final "ejecutado", ja ja ja. En todo caso, mucho más recientemente, antes de ir a China, encontré a esta persona en el club. Jugué una partida y perdí, aunque percibí que había tenido chances y que fue "por poco". Volví el siguiente fin de semana y volví a jugar y perder, otra vez notando que había dejado pasar oportunidades debido a estar "oxidado" y poco alerta. Finalmente, el fin de semana antes de tener que partir hacia China volví a ir, jugué con más inspiración y, tras una partida larguísima y muy luchada, de casi 4 horas, conseguí ganar. Recuerdo que tuve que esforzarme mucho, y pensar a un nivel al que no estaba acostumbrado, haciendo movimientos para molestar su coordinación y cosas por el estilo.
En China me topé con un estudiante francés que era muy aficionado. Ganó a mi compañero de habitacón -otro francés- y a una serie de otros estudiantes. Cuando jugué, mi estilo conservador fue fácilmente superado por el juego rápido y audaz del francés. Sufrí una derrota rápida y diría que *napoleónica*: creo que debí sentir lo mismo que los austríacos y los rusos en Austerlitz, ante el superior timing y despliegue de audacia y precisión de mi adversario. Más tarde supe que el chico venía de una familia muy adinerada, con lo cual su victoria adquirió un tinte aristocrático.
Me preparé en secreto, resolviendo posiciones de mate, bajando libros en PDF de los que reproduje partidas y absorbí ideas (uno de ellos era Fundamentos de Ajedrez, de Capablanca, pero en *portugués*, por raro que parezca; otro muy bueno fue Capablanca´s Chess Endings, altamente instructivo), etc. Llegó una oportunidad de desquite con el francés ... Aguanté mejor que la primera vez, y llegamos a un final en el que cada uno teníamos un alfil, y mi adversario tenía un peón más que yo. Yo recordaba de la teoría que ese tipo de finales son tablas en general SI los alfiles corren sobre casillas de distintos colores. En efecto, conseguí empatar, aunque no sin un muy gran esfuerzo. Mi compañero de habitación (francés también) quedó impresionado por el hecho de que hubiera conseguido empatarle una partida a su compatriota. A partir de ahí, sea como fuere, mi contrincante evitaba más partidas.
Llegó el verano. Aprendí el ajedrez chino, que ellos llaman Xiang Qi (pronunciado "jsiang chi"), o "Elefante-Ajedrez", el Ajedrez del Elefante. Se llama así por su pieza para el Alfil (tanto en árabe como en hebreo, "Fil" significa "elefante", y "Al Fil" es "El Elefante" en árabe). El ajedrez chino es peculiar, pero está claramente relacionado *genéticamente* con nuestro ajedrez europeo.
El objetivo es también dar mate, pero las reglas son "raras" desde nuestro punto de vista. Es evidente que ambos juegos (el chino y el occidental) comparten un antepasado común. Se juega en un tablero de 9x9 *intersecciones* (i.e., ellos no juegan sobre los cuadros, sino sobre puntos de cruce de líneas dibujadas a escuadra. Como si nosotros jugásemos sobre los 9x9 puntos de nuestro tablero tradicional). Cada Rey vive en una ciudadela, un pequeño reducto de creo que 3x3 puntos (¿o eran 4x4 ...?) y del que NO PUEDE SALIR (está como en una jaula).
Hay un "río" que parte el tablero en dos mitades: blanca y negra. El Elefante (alfil) se mueve lento, creo que de punto a punto, o en saltos de dos puntos, no recuerdo bien, Y NO PUEDE CRUZAR EL RÍO. Es decir, los elefantes sólo pueden "trabajar" en territorio propio. Ese "Alfil" chino recuerda al alfil europeo de la Edad Media, que también se movía en diagonal pero sólo una casilla a la vez. Eso es una de las cosas que cambiaron durante el Renacimiento, quizá en Valencia, y que, junto con los superpoderes otorgados de la dama, dinamizaron el ajedrez occidental.
El caballo chino se mueve como el nuestro PERO NO PUEDE SALTAR: La forma de moverlos es avanzar una casilla (intersección) recto y luego una en diagonal (a efectos prácticos es como nuestra L). Si hay alguna pieza propia o enemiga en ese camino, entonces no puede hacerse el movimiento (queda bloqueado), excepto si es una captura, claro.
Los peones (hay 9, creo) pueden moverse recto y también lateralmente hasta que atraviesan el río, punto a partir del cual ya no pueden ir de lado (o era al revés, no recuerdo). En todo caso y al igual que los nuestros, no pueden retroceder.
Hay una Torre (dos por bando) que se mueve exactamente como la nuestra. Ellos la llaman "carro" [de guerra] (como lo que nosotros llamábamos "roque" antiguamente).
Otra pieza, ésta muy rara, es el "Cañón" ... Se mueve exactamente como una torre PERO tiene una manera rara de capturar: para capturar una pieza adversaria que se halle en la misma columna o fila, TIENE QUE HABER otra pieza situada enmedio, no importa si nuestra o enemiga. Es como si una torre nuestra "viera" que tiene un caballo enemigo a tiro pero no pudiera tomarlo. Para tomarlo, tiene que ponerse algo enmedio, del mismo color o del otro. Esa pieza intermedia puede estar incluso pegada a nuestra torre o pegada al caballo objetivo. Al realizar la captura, el "cañon" salta por encima de la pieza intermedia y atrapa el objetivo. Esta forma de funcionar produce sorprendentes efectos tácticos, combinaciones rarísimas y amenazas que recuerdan a nuestras clavadas y descubiertas, pero con un sabor distinto, quizá más dinámico.
Además, está el hecho de que los Reyes NO PUEDEN VERSE CARA A CARA ... Se odian tanto que, atrapados cada uno en su castillo/jaula no pueden estar en la misma columna si no hay alguna pieza intermedia. Para que estén en la misma columna, tiene que haber lo que sea, enmedio, que interrumpa la "visual". Es como si se aborrecieran tanto que no puede suceder que se asomen a las ventanas de sus castillos y se vean cara a cara, ni siquiera en la distancia.
Todo este sistema de reglas produce un juego que me pareció "lento", pero estimulante. Supongo que debe parecerse un poco a lo que fue el Ajedrez de la Europa medieval: aquel era "lento" y rara vez acababa en mate (alfiles y reinas con movilidad muy inferior). Estaba adaptado al tedio de la vida en el castillo, y podía absorber horas y horas.
Mi primera partida fue contra una amiga japonesa-americana, observados ambos por un amigo chino-español. Tras errores iniciales que cometí, ganó la japonesa en el final, con la ayuda del chino y la mía propia. Pero a partir de ahí empecé a ganar todas las partidas que jugaba: contra estos dos y también contra estudiantes chinos. Durante semanas no perdí ni una partida ... Hasta que un día me crucé en la calle con un chino que jugaba en el suelo, sobre un tablero dibujado en el asfalto. Desafiaba a los transeúntes, por el simple placer de jugar. Como me vio mirando, me desafió. Jugué dos partidas, y en ambas fui desarbolado con enorme rapidez.
Creo que las dos partidas juntas no debieron durar más de cinco minutos. El juego que yo consideraba "lento", tedioso y difícil de rematar, fue "otra cosa" en manos de esta persona. Caí en múltiples celadas que tendía con gran rapidez y habilidad, sin casi pararse a pensar, y tuve que volver a poner los pies en tierra tras ser aplastado. No hubo color. Más tarde ese día, mandé un sms a mi amiga japonesa-americana y la informé de que el West overpowers East que ella había pronunciado tras ver mi racha ininterrumpida de victorias al Xiang Qi contra nuestro común amigo chino-español y contra numerosos estudiantes chinos, había acabado destrozado sobre el asfalto de una calle de Pekín. Se restableció el equilibrio.
Semanas más tarde, mi contrincante francés volvió de unas vacaciones por China (era verano). Me contó que él y otro francés habían coincidido durante el viaje con un militar israelí, contra el que habían jugado (y ganado) muchas docenas de partidas. Hallándose pletórico de confianza, esta vez el francés me desafió en lugar de evitarme. Pero él no sabía que yo había jugado y que, sobre todo, había aprendido y practicado el ajedrez chino (Xiang Qi). Yo notaba que ese otro juego me había dado un "no-sé-qué" dinámico, y también más flexibilidad imaginativa. Tomando las blancas, salí impetuosamente con una apertura escocesa (mi favorita). En menos de 25 jugadas mi rival abandonaba, en una posición muy inferior.
El marcador quedó formalmente "empatado" así con una victoria para cada bando y un empate, aunque sé que objetivamente el francés era perceptiblemente más fuerte que yo. Quedó en el aire que algún día nos encontraríamos de nuevo (sé que sucederá antes o después) y desempataríamos. Tengo eso presente cada vez que juego al Ajedrez o leo sobre el tema. Aquello fue una lucha de nacionalidades (francés contra el apátrida RUBIK), e incluso de clases (aristócrata francés contra el proletario RUBIK). La próxima vez espero estar más a la altura.