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Re: Dioscórides - Plantas medicinales

Posted by Bihor on Oct 23, 2015; 6:43am
URL: http://foro-crashoil.109.s1.nabble.com/Dioscorides-Plantas-medicinales-tp24736p24856.html

Bueno, parece que llegamos en nuestra conversación a un acuerdo, de lo cual me alegro enormemente.

Tenemos claro que hablando del intento de utilizar la salud como medio para enriquecerse no nos gusta a nadie y nadie lo consideramos como algo positivo.

Por lo que se sigue conversando es más sobre el tema de la inocuidad y sobre si soluciones vegetales o químicas.

Habéis dejado claro que absolutamente nada es inocuo, lo cual es totalmente cierto (ni tan siquiera el amor lo es ). Demóstenes ha indicado algo esencial, que es la eliminación del elemento tóxico del cuerpo de los seres vivos, mucho más sencilla en los productos elaborados por los propios seres vivos.

Convivimos diariamente con muchísimos productos tóxicos, y no hablamos ya de plantas como el perejil o el laurel, sino algo muchísimo más básico como la sal y el azúcar (no en vano cualquier conservante es simplemente un sistema para evitar o al menos dificultar el crecimiento de seres vivos como los hongos y las bacterias (ambos básicos para la vida de cualquier otro ser vivo)).

Tenemos meridianamente claro que en la naturaleza se han ido tanto las plantas como los animales adaptándose a un entorno. Las plantas han ido generando sistemas de defensa ante las agresiones de otras plantas y sobretodo ante las agresiones de los animales. Así tenemos que muchas plantas han utilizado sistemas "mecánicos", léase espinas, cortezas coriáceas, etc... y otras han utilizado sistemas "químicos", léase ácidos, venenos, etc... y otras han utilizado sistemas mixtos.

El hombre, como cualquier otro animal, en su intento de aprovechar su entorno, ha ido poco a poco conociendo las plantas y viendo cómo podía mejorar su vida gracias a ellas. No somos los únicos, recuerdo en un documental que mencionaba que había algunos terraplenes de caolín en sudamérica que estaban repletos de guacamayos y papagayos comiendo esta sustancia. Era un comportamiento inusual, y al final se percataron que los frutos que estos animales comían tenían una sustancia tóxica que podía ser neutralizada con la ingesta del caolín. Los animales lo habían aprendido "a las bravas", como lo ha hecho el hombre a lo largo de milenios, a base de ensayo y error.

Así, en todas las culturas, desde China hasta la Patagonia, pasando por centroeuropa y África, en todas las partes los hombres han ido conociendo las utilidades de las plantas que los rodeaban y haciendo uso de ellas. Esos conocimientos pasaban de generación en generación, y en todas partes, cada cierto tiempo, nos hemos encontrado con que alguien se tomó, muchas veces, su vida entera, a glosar esos conocimientos y dejarlos plasmados para que fuera muchísimo más sencilla la transmisión de ese saber. Así se ha de agradecer infinítamente a Galeno, Avicena, Dioscórides, Linneo y tantos y tantos otros que han dedicado su vida a la transmisión de esta información.

Con esta información, tantas veces arrinconada por amplia y compleja, se comenzó a desarrollar una industria a su alrededor, que consiguió extraer los principios activos con una eficacia y precisión muy notables, y así consiguió que esos principios activos estuviesen a disposición del público en general.

Hasta aquí, genial, ningún problema. Para mí, el problema es cuando esta industria comenzó a intentar demonizar sus propias raices, para que ese conocimiento y el uso de los principios activos que se encuentran por doquier en la naturaleza fuesen prohibidos. Como muy bien decía Alb, el ideal es que la investigación y el desarrollo de fármacos se llevase a cabo de forma institucionalizada, pero esto no deja de ser una utopía más.

Se ha mencionado ya en muchas ocasiones que el veneno está en la dosis. Es cierto, pero de la misma manera que uno puede pasarse en la cantidad de, por ejemplo valeriana (ignoro si puede llegar a ser tóxica), uno puede muy bien pasarse en la cantidad de pastillas de un medicamento que ingiere (incluso aunque no intente emular a Marilyn), y así en todos y cada uno de los frascos de medicamentos se pone el cartelito "manténgase fuera del alcance de los niños".

Personalmente tengo claro que me ofrece más garantías una solución química, que ha pasado por una serie de comprobaciones y así es muy difícil que llegue a intoxicarme. Por otro lado, tengo claro que soluciones vegetales las utilizaré, pero sólo aquéllas que han probado su efectividad a lo largo de los siglos, y en caso de tomar alguna con posibles implicaciones mayores, lo haré únicamente a través de un profesional que tenga toda mi confianza.

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Voy a contar una batallita de Abuelo Cebolleta sobre los remedios tradicionales. En mi viaje de novios fuimos a Perú, pues tenía muchísimas ganas de conocer ese país. En ese viaje fuimos de Arequipa a Chivay, en el valle del Colca. Fuimos en lo que llamaban “movilidad”, una especie de furgoneta muy bien equipada, pues no hay otra vía. La carretera pasaba a una considerable altitud, por encima de los 5.000 metros. Algo antes de llegar a la cota superior, en una parada que hicimos, el guía nos dio a mascar una hoja seca de coca con un trocito de una especie de tiza gris que envolvía con la hoja. Nos dijo que era para evitar el “mal de altura”. Seguimos sus indicaciones, y llegamos a Chivay sin contratiempos. Al día siguiente mi esposa se levantó con un terrible dolor de cabeza, y nos dijeron que fuéramos a la farmacia del pueblo y pidiéramos unas “sorochipil”. Nosotros así lo hicimos, y nos dimos cuenta que su nombre era Soroche Pills, es decir, píldoras contra el Soroche o mal de altura. Ella las tomó según las indicaciones y el dolor de cabeza desapareció.

Bueno, cuento esta batallita para reflejar que tanto el remedio tradicional, como el químico de la empresa farmacéutica eran perfectamente válidos. Ambos eran unos vasodilatadores que permitían un mayor bombeo de sangre y hacían que el cerebro oxigenara mejor. La empresa farmacéutica se había limitado a extraer el principio activo de la hoja de coca y lo había  manipulado para una gran conservación, fácil manipulación y correcta dosificación.

Personalmente me parece un sistema genial, lo que odiaría es que la empresa que fabrica esas píldoras tan efectivas, en su afán de “ganar cuota de mercado”, trapicheara con el gobierno para prohibir el consumo de la hoja de coca más tiza, remedio que utilizan los campesinos por ser muchísimo más económico e igual de eficiente. Por supuesto que puede ser que si uno mastica una docena de hojas tenga efectos secundarios adversos, pero también los habría si uno ingiere tres o cuatro píldoras del concentrado, ahí está la decisión de cada uno.

Un saludo a todos y espero no haberos aburrido.
Regla de oro: trata a los demás como querrías que te trataran a ti