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Bihor on
Mayo 10, 2016; 6:03am
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Mi experiencia en este tema es que el aumento de las zonas arboladas y de bosque bajo o matorral se debe más al abandono de los campos que al aumento del CO2 o al incremento de las temperaturas.
Así tengo que en el pueblo de mis padres (meseta castellana) continúan como pastizales los valles y eras, que ahora son campos abonados para los incendios pues no hay ganado para ir comiendo la hierba según va creciendo un poco. Por otro lado se van viendo cada vez más viñas abandonadas, en las que los zarzales y malas hierbas medran espectacularmente. Con respecto a las fincas en las que no hace veinte años se cultivaba todo tipo de cereal, hoy son campos llenos de tomillo, espliego, retama, aulagas y matorrales jóvenes de encinas, es decir el ambiente propicio para que en un verano seco, pase a ser un infierno en la tierra.
Con respecto a la aldea en la que vivo (Asturias), me encuentro con que al igual que en Castilla, hay numerosísimas fincas abandonadas, y el monte va ganando año a año terreno a los pastizales en los que antaño había ganado alimentándose. Hace años que desapareció el ganado (ya sólo quedan unas pocas explotaciones que tienen las vacas estabuladas o en algunos prados muy concretos), se acabó el que cada aldeano tenía sus tres o cuatro vacas y su docena de ovejas, y así inicialmente los prados más alejados se fueron abandonando y fueron reclamados por el monte. Según esos aldeanos dejaron el ganado, se encontraron con que la tarea de mantener los campos se multiplicaba, y según esos aldeanos fueron haciéndose mayores y no pudiendo llevar a cabo esas tareas, o se fueron marchando a las ciudades, el monte, siempre presente, dio un paso al frente.
Es algo inevitable, lógico; en Asturias llevamos perdiendo población desde comienzos de los años 80, y no he encontrado los datos, pero seguro que la concentración de ésta en las grandes ciudades y pueblos ha continuado, y si a todo esto le sumamos el envejecimiento de la población y el cambio de la actividad económica de ésta desde el sector de la agricultura y ganadería al sector servicios, nos encontramos con el cóctel ideal para que los campos se encuentren abandonados y sea una partida ganada por el monte.
En fin, es ley de vida y creo que lo preferible es dejar que ésta siga adelante. Si llega el momento en el que haya que volver a pelear por esos terrenos ocupados hoy en día por la naturaleza, se hará, se volverán a reconquistar esos campos, pero hoy por hoy nos encontramos que la situación favorece más a esa ardua tarea que tiene la madre naturaleza de repoblar con sus propios hijos los campos de estos dos pueblos que yo conozco (ambos se encuentran en la periferia de las zonas de alta intensidad agrícola/ganadera, no en el corazón de la Tierra de campos o en los fértiles valles asturianos).
Un saludo a todos.
Regla de oro:
trata a los demás como querrías que te trataran a ti