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Re: POST: Mi Colapso y Yo (Antonio Turiel)

Posted by Parroquiano on Ago 09, 2016; 9:38pm
URL: http://foro-crashoil.109.s1.nabble.com/POST-Mi-Colapso-y-Yo-Antonio-Turiel-tp32369p32416.html

Siempre que parece que nada sucede es cuando está todo sucediendo. La disgregación atómica de procesos, estructuras y redes se produce en el silencio...como el cadáver de un perro atropellado a la vera del camino, que se descompone indiferente al sol, el frío o la lluvia, que le sirven de climática mortaja.

De este relato, en que Antonio cuenta sus penurias en el CSiC -admito que me fue difícil entender el entramado laboral administrativo que permite desarrollar los modelos de investigación de alto vuelo- me quedo con el hecho que parece que él mismo está en mucho mejor pie que otros colegas, que siga así. Fuerza y templanza.

Pero desde este post  engancho con el anterior The Oíl Crash llega a los siete millones de paginas vistas, porque creo en algún modo se conectan. Tengo una teoría, que mas bien es moraleja y cuento:

Un meteorólogo avisa con un año de anticipación que viene una gran tormenta. El asunto es que el dato es creíble, entonces todos los días llegaba gente del pueblo a su estación  y el cortésmente les explicaba como había llegado a tal conclusión. Y como el tipo era un capo un parte del pueblo entendió y creyó lo que el meteorólogo anunciaba. Así, los (por llamarlos de algún modo ) enterados, se reunían en las afueras de la estación meteorológica que estaba en un faro al lado de un acantilado que miraba el mar (me gusta ese paisaje) y se fumaban un cigarro mientras discutían de modelos matemáticos , de si la previsión era creíble , del tamaño de la tormenta eventual , de cuanto demoraría en llegar , de si estaban equivocados o no. El grupo de enterados, que era pequeño, creció de a poco, e incluso en algún momento se pensó, que era la voluntad bienhechora del meteorólogo, se podría poner en sobre aviso a  la comarca  y de esa manera mitigar las funestas consecuencias que se avecinaban.

Ahora  bien , resulta que una de las cosas que había pronosticado el meteorólogo es que antes que las lluvias y los vientos, vendría primero el frío, aunque por esos días, el pueblo atendía a una hermosa temperatura primaveral y el sol se dejaba ver diáfano en el cielo.  Solo el meteorólogo y los enterados, que miraban el horizonte discutían y revisaban noticias y modelos y concluían una cosa y luego volvían a concluir otras mas, apostaban ala verosimilitud del pronostico. No me detendré en la mofa que hacían de ellos el alcalde y sus secuacillos que lo único que querían era seguir vendiendo boletos para el gran carnaval de primavera.

Un día en la estación fallo un barómetro , así es que el meteorólogo se puso manos a la obra y ensimismado paso los siguientes tres días arreglando el instrumento; cuando termino le llamo la atención que había menos enterados en las afuera de la oficina discutiendo, como siempre, sobre la tormenta que se avecinaba. No alcanzó a hilvanar la reflexión cuando la misma fue interrumpida por el resorte, de un pluviómetro, que había saltado. Se sintió algo descorazonado, los enterados- la gran esperanza de que la comarca pudiera aguantar bien la tormenta que el aseguraba se avecinaba- parece volvían a sus casas y ahora , mas encima, sus instrumentos fallaban.

Nadie lo sabia, porque estaban demasiado encima del problema para poder verlo , pero había llegado el frío que antecedía la tormenta.    

     


No seremos mas que los que somos , tampoco seremos menos; lo que sucede es que están llegando los malos tiempos y ya no es necesario estar afuera de la estación meteorológica para convencerse que la tormenta viene el camino. Estamos sintiendo frío. Nos estamos yendo a casa a tapiar puertas y ventanas, a apuntar techos, a  guardar los animales.

El mensaje ha llegado a todos aquellos que pudo llegar, y si hoy parecemos menos, la ilusión de cantidad oculta la confirmación de lo que viene. Nos veremos menos, escribiremos menos , leeremos  menos tal vez, pero ello es porque la tormenta está cada vez asomándose mas cerca por el horizonte. La tarea de Antonio está mas que cumplida, y él, como nosotros, debemos atender a las señales: entre mas se acerca la tormenta mas se escuchará el silencio. La meseta antes de la bajada vertiginosa.

No nos engañemos ni nos descorazonemos , eramos  y somos bichos raros que no detendrán el devenir del mundo, no escucharon antes , no lo hacen ahora, ni lo harán en el futuro. Ni siquiera podremos decir "se los dijimos" sin correr el albur de ser la victima propiciatoria del sacrificio que pretenda aplacar la ira de los dioses.

Miro el diario de mi país , el del país de al lado y el de mas allá del charco y siento el frío y el silencio  y en la meseta antes de derrapar cayendo en acantilados, necesito tomar la mano de los míos para darme calor, tranquilidad y fuerza.      
Ahora tiro yo , porque me toca. (El Indio Solari)