“un periodo de transición”

[MERCADAL]

Estamos en crisis , la relación coste-beneficio se ha acortado. En los curriculums nunca se emplea la palabra fracaso. La palabra fracaso está fuera del lenguaje en nuestra sociedad. Así hablamos de un perído de transición para evitar palabras como pérdida, crisis, fiasco, revés o cualquier otra.

Pero la transición energética es un fiasco.  

La idea de que la actual crisis económica no es un drama sino una oportunidad, ha sido el detonante de éste nuevo tema del foro. Y tiene que ver con cómo Antonio Turiel asegura que desde el decrecentismo podremos vivir mejor. Eso dice al menos en un vídeo promocionado por el BBVA, cuando el BBVA se ha dedicado a tapar con dinero la escasez.

Mucha información "sensible" está embadurnada de frases motivacionales. Por un mundo mejor, o el clima lo merece. y cosas así. Lo renovable es contaminante, lo verde es rojo y es peor de lo que nos está a punto de abandonar.

La economía funciona con motivación. Las empresas motivan a los empleados y les dan charlas de como incentivar las ventas. Una de las claves es sonreir, pensar positivo y mostrar interés con el cliente, así como ser muy cortés. En 2004 empezaron a ser visibles los primeros despidos, en 2008 los trabajadores despedidos, ya les costaba encontrar nuevo empleo, entonces la motivación para encontrar trabajo fue incrementar la motivación a los desemplados y con ésto dar a entender que lo que les pasa es  problema suyo, que lo que necesitan es una actitud diferente.

Los humanos somos expertos en manipularnos los unos a los otros. Para no tener que dar cuentas de nuestras decisiones inventámos las jerarquías. El que está arriba pide al mando intermedio que realice una labor y dado que el mando intermedio tiene menos "peso" debe hacerlo. Es una sociedad de empleados y subordinados, y llega a nuestra familia y nuestro propio cuerpo. Tratamos nuestro cuerpo como si fuera algo que pudiéramos moldear, haciendo ejercicios, corriendo , haciendo dieta y cuando ya nada surte efecto recurrimos a medicinas, vitaminas, aditivos saciantes y después ya a la cirugía. Así que la escala de manipulación va del empresario a sus trabajadores y del padre a la madre hasta los hijos y tiene su final en el grano que tenemos en la frente o la barriga que queremos eliminar. Entonces  lo que hacemos es hostigar cada miembro de nuestra sociedad hasta conseguir nuestros propósitos, de una manera que consideramos "natural".

Decía Mark Fisher que es más sencillo imaginar el fin del mundo o el colapso que imaginar el mundo sin capitalismo.

Para ello nos basamos en ser optimistas. Pensar positivo para ir deshaciendo los inconvenientes sociales adversos, como nuestro "status", para lograr ascender socialmente y conseguir mandar sobre los demás. Para Bárbara  Ehrenreich el pensamiento positivo va ligado al capitalismo y a la cultura que hemos heredado los europeos del Calvinismo.  

El tecnooptimismo se creó para cohesionar a la sociedad recreando un ambiente que facilite la llegada de mejoras sociales por medio de la sugestión.

 La publicidad, los artículos de opinión, la formación de una opinión pública dirigida por los medios de comunicación de masas. pero también la educación han conformado valores en los que nuestro país es el protagonista de una narración en la que somos conquistadores y liberadores de las conciencias de otros pueblos y nuestro éxito es dado gracias a nuestros conocimientos científicos y el uso de tecnologías que otros pueblos desconocían.

Así el abandono del campo por la ciudad no fue una liberación para los campesinos, porque la ciudad era la que gobernaba el campo. Tosco, es la palabra a la que se referían los Romanos acerca de la personas sin refinamiento. Tosco hace referencia a Etrusco y los Etruscos eran muy refinados y con ésto se puede ver como se discrimina de una sociedad a otra. Lo Romanos tampoco eran amigos de los que vivían en las afueras de Roma, a los que se ordenaban en villas y los llamaban " villanos" . ësta discriminación sigue hasta nuestros días. pues villano es símil de malvado.  Al igual del uso del término "rústico" que se refiere a algo también sin refinar, propio de las gentes del campo.

El tecnooptimismo surge como una venda para nuestros ojos. Hace posible la multiplicación de los panes y los peces.  Para ello se nos inculca que la actitud positiva mejora la vida.  Y que vivimos en un desarrollo acelerado de cosas desde la antiguedad.

Paralelo al tecnooptimismose ha desarrollado una sociedad de control social. " Necesitamos " control . El estado habla de mi como si fuéramos un matrimonio: Necesitamos.

Más guerras, menos beneficios, el hundimiento de la economía a nivel global.

Sin embargo hay un optimismo que viene de la Iustración, según el parecer de voltaire, en el que todo sucede para bien. Creo que se encuentra en el libro Cándido.  Dentro de Voltaire ya se masca la corrupción del sistema educativo. Tal como decía al principio a la introducción de éste tema, todos nos obligamos y la sociedad está formada como una coacción latente en el que todos nos miramos. La masa significa hacer añicos toda autonomía individual e integrarla en el grupo. En cándido se desarrolla esa idea del pensamiento positivo aún cuando el contexto es tan malo que es imposible verle algo bueno. Es casi como hoy en día. El ataque a los gobiernos que "no hacen nada" y el descontento de la ciudadanía esconden como éstos gobiernos ayudan a la empresas privadas en las que más del 70 % de los
 2 billones de dólares de inversión anual en energía del mundo —en todas las actividades y sectores— lo
 llevan a cabo entidades gestionadas por los Gobiernos u otras cuyos ingresos están respaldados
 y garantizados por una regulación pública.

El estado toma dos caminos. Una es la intervención para agilizar la economía, la otra es la protección de determinados sectores privados en detrimento de la competitividad económica.

Éste segundo camino, es el que se empezó a transitar con los aranceles a productos rusos en 2014 y con  Trump a los aranceles a productos europeos y Chinos.

—a finales de la década
de 1870— la luz incandescente, esta tenía un coste cuatro veces superior al de la luz de
gas. Hoy la luz cuesta 200 veces menos que en aquella fecha, aunque durante
mucho tiempo fue más barato iluminarnos con candiles y candilejas de aceite. Estos
dos ejemplos de reducción drástica de los precios de las fuentes de energía podrían
hacer creer que cambios tecnológicos de esta naturaleza deben conllevar verdaderas
transiciones energéticas. Sin embargo, a continuación veremos que no es verdad.
Los economistas suelen pensar que no siempre parece una buena idea extender la
vida de las viejas tecnologías, en mercados regulados, con el propósito de dificultar
la entrada de las tecnologías del futuro. Pero esto es lo que está sucediendo. Parece
más lógico proponer que las nuevas tecnologías sean las que reemplacen a las
viejas. Es entonces cuando se produce una verdadera transición

El mundo nunca ha experimentado una verdadera transición energética. Lo que
realmente ha sucedido es que las nuevas fuentes de energía se han sumado a las ya
existentes. Nunca las han sustituido. Y esta ha sido la realidad de los últimos 200
años, que, por otra parte, se refleja de forma indubitable en los registros de
concentración de GEI en la atmósfera y en sus tasas de variación anuales.

No sé si el ejemplo puede ser bueno pero Jaime Terceiro Lomba lo expresa así:

En realidad, nunca ha disminuido el consumo de biomasa ni el de carbón. Desde
1800 hasta hoy, el consumo de biomasa ha aumentado, aproximadamente, en un
275 % y sigue siendo la fuente principal de energía para miles de millones de
personas. Desde 1900, el uso del carbón ha aumentado más de ocho veces; y, a
partir del año 2000, en más del 60 %. Tampoco ha disminuido nunca el consumo de
petróleo y de gas, puesto que, aproximadamente, se ha duplicado desde 1973.
Vemos, entonces, que la aparición de nuevos combustibles nunca ha desplazado a
los antiguos, ya que estos han seguido creciendo a tasas muy considerables. En
BANCO DE ESPAÑA 60 REVISTA DE ESTABILIDAD FINANCIERA, NÚM. 37
lugar de desplazar a los combustibles antiguos, el petróleo y el gas natural, luego la
energía nuclear y, más recientemente, la energía eólica y la solar, se han agregado
a las ya existentes. No ha habido un proceso de sustitución, sino, simplemente, de
adición.
Esta intransición energética, o no transición, es todavía más preocupante cuando se
observan las recientes cifras de inversión en una clase de energía y otra, las viejas y
las nuevas. En efecto, de acuerdo con el último informe de la Agencia Internacional
de la Energía [véase IEA (2019b)], en 2018 las inversiones en energía renovable
ascendieron a 304.000 millones de dólares, que, siendo una cifra respetable, queda
muy lejos de las correspondientes a las inversiones en energías fósiles, que ascienden
a 933.000 millones de dólares. Dicho más concretamente, en energías renovables se
ha invertido el pasado año la tercera parte de lo que se hizo en energías fósiles. Para
una verdadera transición energética, se necesita un proceso de sustitución de las
energías fósiles, y no una simple adición de energías renovables.


No hay período de transición. La transición energética no es fácil que suceda por cambios súbitos en el uso de energía y las nuevas políticas proteccionistas de los países productores de energías fósiles, tanto gas, como petróleo o Uranio

Las empresas expuestas al uso intensivo de hidrocarburos como el diésel  son carácterizados por la banca como «riesgos de transición» y ya no son simplemente riesgos financieros.

La banca era la que sustentaba la extracción y exploración de recursos petroleros por todo el planeta