Mientras pensaba en regresar al foro, fui poniendo mis ideas por escrito. El resultado es este ladrillo que pego a continuación. Ni que decir tiene que todo el mundo está excusado de leerlo, por su larguísima extensión. Simplemente creo que en estos últimos días, a medida que fui leyendo lo que se ha escrito en el foro en los últimos tiempos, quise hacer un resumen de lo que me sugería.
Aún así, dejo el texto por si alguien desea hacer el esfuerzo masoquista de leerlo y le suscita alguna opinión. ================================================================ Espero, después de estos meses, que todos estéis bien. Han sido y están siendo meses muy duros, que están poniendo a prueba la resistencia física del sistema y psicológica de todos, y si hemos conseguido llegar hasta aquí sin grandes daños, ya es un pequeño gran triunfo. Dentro de lo mucho que puede cambiar la vida en año y medio, y realmente puede cambiar mucho, voy a intentar exponer mis impresiones sobre lo que he leído en estos días que habéis debatido en el foro (que, por otra parte, ha perdido mucha actividad, lo que no sé si es bueno o malo). Hago ya el disclaimer de antemano. Perdonad por el mensaje tan largo. Los que me conocéis sabéis que no soy muy bueno resumiendo, y por otra parte, al que no le apetezca leer todo o parte, está totalmente excusado de hacerlo. Los cuatro jinetes del Apocalipsis Desde que San Juan de Patmos escribió el Apocalipsis a finales del s. I, pocas visiones han representado con tanta fidelidad los padecimientos del género humano como lo hacen los cuatro jinetes del apocalipsis. Y como ya se ha hecho en muchas ocasiones, también en nuestro particular apocalipsis actual podemos reconocerlos. La peste, y el Hades “Miré, ¡y apareció un caballo amarillento! El jinete se llamaba Muerte, y el Infierno lo seguía de cerca” (Revelación 6:8) La pandemia nos cogió de sorpresa. O eso se empeñan en repetirnos, aunque no sea cierto. Recuerdo que, de las últimas cosas, o prácticamente lo último, que aporté en el foro antes de marcharme, fue una advertencia sobre el coronavirus (bueno, lo último, para ser justos, era una protesta al Admin por su afán censor, protesta que sigo manteniendo, y si abandoné el foro fue por su invitación a hacerlo si no estaba conforme con la censura). No es que yo sea particularmente visionario. Es más bien que mientras los medios de comunicación de masas se empleaban a fondo en tener a la población anestesiada, yo me limitaba a mirar las estadísticas con cara de póker. En el momento en el que vi que el virus se había difundido descontroladamente por el norte de Italia, estaba claro lo que iba a ocurrir. No me hizo falta hacer el grandioso esfuerzo de seguimiento que hizo Knownuthing en su blog de Rankia (por cierto Know, se te echa de menos, espero que allá donde estés, estés bien) para comprender que, cuando nos decían que todos tranquilos, era el momento de ir a buscar provisiones porque luego vendrían los lamentos. Alguno aquí en el foro llegó a decir que lo del coronavirus estaba en vías de desaparecer en unas semanas (ya tú sabes ;-), pero no hizo más que hacer caso de los “expertos” bien informados… que nadie se lleve a engaño. No hubo error de cálculo, no hubo fracaso en la detección. Fue negación sistemática para evitar el pánico. La pandemia era algo esperado. No son sólo las teorías de la conspiración (alguna con más sentido que otras). Hay una serie de hechos que hacen que sea fácil ver que es así: · La gripe A en su momento había puesto en marcha un sistema de alerta y respuesta coordinada a futura pandemias · La prevención de la gripe aviar en Asia y · Las epidemias del SARS (2003) y MERS (2012) hicieron que los países asiáticos tuvieran mecanismos de respuesta rápida, y de hecho, dieron la respuesta más efectiva al inicio de la pandemia · El famoso ejercicio de especulación “Evento 201” demostraba hasta qué punto se esperaba la llegada de una pandemia similar a la que estamos sufriendo. Teorías de la conspiración aparte (ahí cada uno que crea lo que quiera), el hecho de que un evento así fuera celebrado y publicitado, da idea de que hasta qué punto era de dominio público que algo así pudiera ocurrir Los errores, cada uno que decida si los achaca a la incompetencia de nuestro elenco dirigente o a algún propósito más siniestro. En el caso de España, los errores fueron tantos y de tal envergadura que cuesta creer que fueran fortuitos, y aunque en general suelo evitar atribuir a la maldad lo que pueda ser atribuido a la mera estupidez, en este caso me siento tentado. En el caso del resto del mundo… en fin, cada uno que juzgue su país, porque ha habido incompetentes de todo calibre y condición. Yo tengo mis propias ideas al respecto, y no pretendo que los demás compartan mi visión del asunto. Lo que tengo claro es que no todo lo que ha ocurrido ha sido accidental, y que, si no ha sido provocado, sí ha sido debidamente aprovechado para facilitar diversas agendas que han visto una oportunidad difícil de rechazar. El hambre “Miré, ¡y apareció un caballo negro! El jinete tenía una balanza en la mano. Y oí como una voz en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: «Un kilo de trigo, o tres kilos de cebada, por el salario de un día; pero no afectes el precio del aceite y del vino»” (Revelación 6:5-6) No hay un buen apocalipsis que se precie sin el jinete del hambre. Durante la pandemia, hemos estado muy anestesiados. Es ahora cuando empezamos, tímidamente todavía, a despertar del letargo de año y medio. Y de repente, resulta que ahí está. Las dinámicas de comercio, los cambios en los patrones de consumo, los cierres de negocios, el parón en las infraestructuras, el exceso de ahorro y liquidez, las políticas de QE de los bancos centrales… póngasele los nombres que se le quiera poner, la inflación, y la crisis mundial… y el hambre, claro. Al hambre todavía no le hemos puesto cara, pero está en camino. Una vez más, se ha dado la tormenta perfecta. En 2019 ya se comentaba (en realidad, desde 2017) que se avecinaban nubes en el horizonte más allá de 2020. Y entonces... todo el mundo quieto, todo el mundo encerradito, todo el mundo quieto en casa y sin moverse. Destrucción de empleo a mansalva, paguitas sociales para todos, suspensión de los desalojos por impago de alquileres, suspensión de las sanciones por impago de facturas, bancos aplazando el cobro de deudas, descalabro absoluto del turismo, imposibilidad casi física de viajar durante un añito largo, al menos de viajar como se hacía antes... La gente, encerrada en sus casas, con los bares, restaurantes, centros comerciales, discotecas, cines, teatros, y todo cerrado a cal y canto… pero con Amazon y toda la venta por catálogo abierta de par en par. No sé cómo lo hayan pasado en otros lugares del mundo, pero en España, aparte de salir a aplaudir a las ocho, los pasatiempos nacionales durante meses fueron ir a saquear la estantería del papel higiénico del supermercado (principalmente papel higiénico, pero en general, comprar como si el mundo fuera a acabar mañana), y por supuesto, comprar la última chorrada por Amazon, o buscar con celeridad qué juguete/juego/chorrada puedo comprarle al crío para que se esté quieto y deje de volverme loco. Tenemos por un lado un consumo sobredimensionado de la electrónica de consumo y objetos de escasa entidad, impulsado por el aburrimiento y el exceso de renta disponible. Por otro lado, unos países occidentales tratando de abastecerse de material higiénico-sanitario por todos los medios… material higiénico-sanitario producido en, o manufacturado con materias primas procedentes de… ¡Bingo! China. La balanza comercial entre China y el resto del mundo, que ya de por sí mostraba un apreciable desequilibrio, ha acabado de tumbar la balanza. El comercio se ha desequilibrado hasta tal punto que, simplemente, nos hemos quedado sin medios logísticos para el comercio. No hay contenedores para barcos. Ni barcos. O más bien, los hay, pero cuesta un ojo de la cara mandarlos de vacío a donde tienen que llegar para volver a traerlos llenos. El endeble equilibrio del sistema-mundo se ha visto seriamente trastocado. Parece que hemos engordado tanto que al traje le están empezando a reventar las costuras. Y como a perro flaco todo son pulgas, habrá que sumarle el efecto de los cierres sobre la industria, y el efecto devastador de la impresora de billetes funcionando a toda máquina. Y naturalmente, las particularidades del comercio de la energía, que es nuestro negociado, y de lo que debería ocuparme, pero lo abordaré abajo con más detalle. Todo ello está haciendo que la economía se recaliente, en la terminología que le gusta usar a las páginas salmón de los diarios. O dicho en román paladino, el monstruo de la estanflación ha salido a pasear y se nos va a merendar los ahorros de primero, el crecimiento económico de segundo y el empleo de postre. Pero no todo van a ser malas noticias, los estados van a pagar menos por la deuda… ¿Estamos seguros de que todo esto es accidental? La inflación -el impuesto de los pobres- tiene muchos efectos perversos, pero, sin embargo, es una forma mágica de solucionar el endeudamiento. Solucionar el endeudamiento de esa manera es una masacre para los ahorros de las clases trabajadoras, un sacrificio mucho menor para los que tienen inversiones (las inversiones pueden resistir mejor la inflación), y un gran alivio para los endeudados tesoros públicos. Que los mismos tíos que tienen que decidir sobre el pago de la mayor deuda de la historia (la multibillonaria deuda denominada en dólares y también euros y otras divisas de reserva), sean también los que controlan la impresora de billetes, es una gran imprudencia, que mucho me equivoco, o vamos a pagar muy cara. La guerra “En eso salió otro caballo, de color rojo encendido. Al jinete se le entregó una gran espada; se le permitió quitar la paz de la tierra y hacer que sus habitantes se mataran unos a otros” (Revelación 6:4) El jinete de la guerra no ha llegado todavía, pero los tambores que le preceden están empezando ya a escucharse. En Europa no ha sentado para nada bien la maniobra del emperador americano de crear una alianza con Australia y Reino unido contra China (el cacareado AUKUS), sin comunicar su implicaciones a los socios de la OTAN. A Francia le ha sentado particularmente mal por el doble golpe de la falta de información en la alianza, y la pérdida del negocio de los submarinos apalabrados con Australia. A Australia, la ha venido Dios a ver con el trato. Lo que no terminamos de entender es qué gana Reino Unido con el trato, poniéndose en primera línea de fuego en un enfrentamiento con China, con dos socios que le pillan lejos y enemistándose con sus aliados europeos del otro lado del canal de la Mancha. Pero es de suponer que Johnson estaba muy necesitado de que alguien le hiciera caso. Lo que ha quedado claro es que tanto despotricar el anterior emperador, pero parece que el nuevo, más allá de la retórica, tiene una línea de acción bastante similar. Y no es de extrañar. Con estas “sutiles” maniobras, lo que parece que ha pasado más desapercibido es que China, aparte de merendarse la autonomía de Hong Kong, y lanzar patrióticas amenazas a Taiwán para que vayan recogiendo cable en eso de proclamar la independencia formal, no sólo ha convertido Sinkiang en un gigantesco campo de concentración, sino que ha empezado a tocar (metafóricamente o no tanto) los cojones a sus vecinos Nepalíes y Butaneses, lo que no augura nada bueno en sus, ya de por sí, tensas relaciones con India. China, que ahora empieza a verse acosada por la enorme crisis económica que se avecina, y que amenaza con sepultar sus éxitos, necesita asegurar sus recursos económicos y energéticos como sea, y empieza a mostrar una cara diferente de la que nos había mostrado hasta ahora. Ya no se manifiesta únicamente como un poder económico y capaz de mostrar su influencia mediante la sutileza y el comercio. Ahora por fin se revela como un poder militar, con aspiraciones hegemónicas y un colmillo muy retorcido para las relaciones internacionales. En este tinglado falta por ver qué papel adoptarán algunos actores que por el momento están manteniéndose en un discreto segundo plano. Vladimir Putin, por más que hablar de discreción y Putin en la misma frase sea un contrasentido, está más por la diplomacia del veneno que por apuntarse a una alianza militar, y África cada vez parece menos un continente y más un teatro de operaciones de la nueva guerra fría. Pero no nos llevemos a engaño: de esta sólo vamos a salir con un reordenamiento de los polos económicos del planeta, y no parece muy probable que un cambio de la magnitud que se tiene que dar sobrevenga por medios pacíficos. El salvador del mundo “Miré, ¡y apareció un caballo blanco! El jinete llevaba un arco; se le dio una corona, y salió como vencedor, para seguir venciendo” (Revelación 6:2) Si algo no nos va a faltar en los tiempos que están por venir van a ser salvadores. Los vamos a tener -los estamos teniendo- en todas las instancias posibles, y van a llegar desde todas las ideologías posibles. Y podemos estar seguros de que lo que se nos viene encima va a ser muy proclive a sus (mezquinos) intereses. Y me da igual que el salvapatrias/salvapueblos venga desde la izquierda o desde la derecha, será abominable seguro. A este respecto, y siendo que en este foro gusta mucho el estudio de la historia antigua, los que ya me han leído anteriormente saben que soy un entusiasta de la teoría de la anaciclosis, esbozada por Platón y Aristóteles, y expuesta en toda su gloria por Polibio. Toda oclocracia termina engullida por su propia demagogia, entregando el poder absoluto a un demagogo populista que vuelve a instaurar la tiranía. En Europa y EE.UU. nos venimos salvando porque la inercia y unos sistemas robustos nos han permitido esquivar el golpe hasta ahora (en otros países no han tenido tanta suerte). Pero no hay sistema, por robusto que sea, que pueda resistir durante demasiado tiempo la estupidez y la desidia de la muchedumbre. Y lo mismo, por cierto, si en vez de hablar de la política (estrictamente, porque en realidad, todo es política) hablamos de la economía, la religión o la propia ciencia… y el que no me crea, que piense si era peor someterse a la atroz dictadura de las publicaciones revisadas por pares o al populismo científico que nos han traído los servidores de preprint, en los que ya se puede publicar prácticamente cualquier cosa… una auténtica (y a veces aberrante) wikipedia paracientífica que ya nos ha dejado algún disgusto que otro. Paseando por el pico del petróleo Después de más de diez años debatiendo sobre el pico del petróleo, en este foro no se reconocería el pico del petróleo ni aunque viniera cabalgando a lomos de un barril de petróleo escoltado por Laherrère y Turiel, anunciándolo con fanfarrias. Señores, no estamos en el 16º año triunfal del pico del petróleo. El pico del petróleo no llegó durante el siglo XX, ni llegó en 2003, ni en 2007, ni en 2012, 2014 o 2017. En cada una de esas ocasiones, la realidad que es terca se ha encargado de ponernos en nuestro sitio. Por más que Jean Laherrère no haya faltado puntualmente a su cita cada lustro desde los años 90 para anunciar el pico del petróleo. Por más que Art Berman nos lleve bombardeando desde 2008 con los días contados del fracking. Por más que Antonio Turiel nos machaca todos los años por las entrañables fechas navideñas que el pico del petróleo llegó en 2007 aunque no nos hayamos enterado. En 2019 la producción petrolera marcó máximos históricos (como todos los años desde la crisis de 2008). En 2020, evidentemente, la cosa se torció. No sé qué de que se desplomó la demanda y tal. En la vida pensé yo que volvería a echar gasolina por debajo de un euro el litro. Y es que, con todo Dios metido en casa y sin poder salir, los únicos que todavía usaban combustibles eran los repartidores de Amazon y similares, que esos sí que trabajaban a destajo. Quiero con esto decir que de verdad hubo una caída en la demanda, no es un invento del malvado lobby petrolero. Según las estadísticas de la Agencia Americana de la energía, hubo un exceso promedio de casi 3 mbpd (oferta respecto a demanda), y eso pese a que la producción disminuyó casi un 7% (lo que significa que la demanda debió de bajar entre un 10 y un 11%). Con el consiguiente descalabro de precios. Si mis fuentes no andan erradas, debemos andar en este momento rozando los 99 mbpd, 200k barriles arriba o abajo. Desde el máximo de 2019, que estuvo alrededor de 101 mbpd. Es una recuperación apreciable. La previsión es que el año que viene volvamos a estar sobre los 100-101 mbpd, o sea, como si el bache de 2020 no hubiera ocurrido nunca. Bueno, eso prevé la agencia americana de la energía, naturalmente la realidad puede tener planes distintos… Lo cierto es que tenemos en ciernes la que amenaza con ser la madre de todas las crisis económicas. Una crisis motivada por una tormenta perfecta de escasez de recursos, inflación desatada, rotura en las cadenas de suministros, exceso de deuda… una bomba de relojería que está esperando para estallar en el momento menos adecuado. Y lo mejor es que sabemos que va a estallar, con independencia de que los estados y sus bancos centrales hagan algo o no hagan nada. De hecho, ni siquiera estamos seguros de si sería mejor que intervinieran o no… Si las peores previsiones se materializan, vamos a entrar en un nuevo ciclo de destrucción de empleo - destrucción de la demanda - destrucción de la oferta. O sea, suponiendo que la agencia americana de la energía tenga razón, y el año que viene volvamos a los 100-101 mbpd (que es mucho suponer), probablemente lo que veamos en los años siguientes sea otro tirón a la baja motivado por la crisis. Parece bastante probable que la cifra de producción de 2019 marcase el máximo para unos cuantos años, o en todo caso, si ese máximo se supera, será por poco y durante no demasiado tiempo. Aunque, realmente, y viendo cómo se están poniendo las cosas por China y Europa, parece bastante probable que, de cara al invierno, la industria empiece a tener graves problemas para pagar la factura energética. En China ya empieza a haber fábricas que echan el cierre por los problemas de energía (y cuotas de CO2, pero eso es otro tema). Se han suspendido líneas de transporte, e incluso se ha apagado el alumbrado público de amplias zonas en algunas ciudades. De continuar así las cosas, veo bastante probable que la crisis que se avizora en el horizonte se nos adelante un poco. En realidad, la crisis ya está aquí, solo que aún no la vemos porque la habitual falta de transparencia del gobierno chino nos la intenta ocultar lo mejor que puede (salvo en la parte en que no hay modo de ocultarla, como lo de Evergrande y el banco Shengjing). Nada nuevo, tampoco en esto, para qué mentir... Ahora sí, podemos decir, que a esto se le está empezando a poner toda la cara de peak-oil. Quizás no es el pico geológico (no me cabe duda de que todavía no hemos alcanzado el límite geológico), pero sí es el pico de lo que económicamente el sistema está dispuesto a tolerar. Parece que, esta vez sí, estamos más o menos alrededor de la meseta de producción. A partir de aquí, cuando no sea por la pandemia, será por la crisis económica, o por la lucha contra el presunto cambio climático… me atrevería a decir que no vamos a ver nuevos incrementos significativos en la producción. Y a medida que se vayan asentando los nuevos hábitos de consumo, ya voluntariamente adquiridos, ya porque no haya opciones, empezaremos a ver una caída en la demanda. La pregunta es la misma de siempre ¿cuánto petróleo queda en el fondo del barril? Y la respuesta, como siempre, es que no lo sabemos. Sin embargo, en cuanto a cantidad queda bastante (posiblemente algo menos de la mitad). Tal vez la suficiente, o tal vez no. Eso también lo discutiré debajo. Naturalmente, no estamos quitados de que llegue otro cisne negro, como fue la pandemia. Y si hay algún cisne negro, esta vez yo apostaría a que será la guerra la que altere el equilibrio. Y aunque de todo corazón deseo que eso no vaya a ocurrir, la guerra es la forma “natural” de regulación de la población humana a lo largo de la historia. Aunque, bien mirado, también la guerra ha mudado el rostro en las últimas décadas. Las guerras que vienen En el resumen de nuestro apocalipsis particular (el Petrocalipsis según San Antonio Turiel y sus apóstoles), la escasez energética es un factor más. Uno muy importante, uno capaz de cambiar la situación radicalmente. Pero no perdamos el foco: es UN factor, no el ÚNICO factor. La energía, en el bonito sistema-mundo que se nos está quedando, va a ser fundamental por cuanto va a decidir las posibilidades de cada uno de los actores en este jodido escenario mundial de llevar a cabo sus agendas. No obstante, si algo nos queda claro es que tener abundancia de recursos no garantiza en absoluto una posición de poder, y las estrategias políticas cuentan a menudo mucho más que el capricho de la geología. En el bonito escenario de estos tiempos interesantes que nos ha tocado vivir, tenemos distintos teatros que van a animar el espectáculo. Los fundamentales van a ser el teatro africano y la región de Asia-Pacífico. Aunque no por ello vayamos a creer que Europa y América nos vamos a quedar al margen... El teatro africano: El Magreb Por lo que a África se refiere, hay un teatro que tiene unas implicaciones particularmente inquietantes para los Españoles. Y es la situación de tensión absoluta entre Argelia y Marruecos. Me acuerdo que hace unos años, Turiel se preguntaba en un artículo si (los españoles) vamos a invadir Argelia. La respuesta corta sería no, la larga sería depende. Me explico. Argelia y Marruecos tienen una guerra fría que dura ya seis décadas, desde tiempos de la descolonización, por el control de la zona noroccidental del Magreb. Argelia, como todos sabemos, es el principal productor de hidrocarburos de la zona, especialmente gas natural. Marruecos, en cambio, caprichos de la geología, no parece haber sido agraciado en el sorteo de los combustibles fósiles. Seis décadas de zurrarse la badana el uno al otro, los han convertido en expertos en el arte de apuñalarse la entrepierna sosegada y elegantemente. Si Marruecos reclama la región de Tinduf a Argelia, y aquello acaba en una guerra por un pedazo de desierto, no pasa nada. Cuando Marruecos invade el Sáhara Occidental, Argelia acoge al frente Polisario en Tinduf para que pueda seguir amargando la vida al sátrapa de Rabat. Que la violencia integrista estalla en Argelia, Marruecos, aunque formalmente la condena, pues mira un poco hacia otro lado y si pasan por su territorio, qué se le va a hacer, es que son muchos kilómetros de frontera… Así hasta que, un buen día, Argelia pide a España que acoja “con propósitos humanitarios” a uno de los mandamases del Polisario para darle tratamiento (y el gobierno de España, en un clarísimo acto de irresponsabilidad, traga), Marruecos decide sacudirle una patada a los argelinos en el culo de España, y manda una horda de 10.000 “inmigrantes irregulares” a cruzar la frontera por Ceuta, sumiendo la ciudad (de menos de 70.000 habitantes) en el caos. El último capítulo de este sainete moruno lo estamos disfrutando con el anuncio de Argelia de que dejará de exportar su gas a la península ibérica a través del gasoducto del Magreb, y lo hará a través del gasoducto del Mediterráneo. Este hecho supone que el gas natural no llegará a la punta de Tarifa a través de Marruecos, sino que lo hará directamente a Almería cruzando el Mediterráneo. Y con ello, Marruecos dejará de percibir el peaje habitual (7-10% del gas que pasaba por el gasoducto), lo que le supone un enorme quebranto económico. Una ruina para su industria. Marruecos ya ha pedido a España que le revenda parte del gas argelino a través del gasoducto del Magreb, y Pedrito Sánchez le ha dicho que ya luego si eso hablamos (teniendo en cuenta los problemas que tenemos aquí ahora con el recibo de la luz, eso viene a ser un “no nos llame usted, nosotros le llamaremos”). Marruecos necesita energía. Marruecos lleva desde 1975 intentando que el mundo reconozca su soberanía sobre el Sáhara. En ambos casos, el principal obstáculo es un país con el comparte una frontera de unos 1800 kilómetros de desierto. Y su principal aliado militar es el emperador del mundo, al que le mosquean mucho los juegos de manos con hidrocarburos. Y cuyas bases militares estratégicas más cercanas, por cierto, están en territorio español. ¿Invadirá España Argelia? Diría que no le conviene en lo más mínimo. Ahora bien ¿tendría España, llegado el caso, el cuajo de no permitir que se ataque a Argelia desde su territorio? Me gustaría creer que no, pero ninguna seguridad. Lo que sí es seguro es que ni a Francia ni a la UE les haría ninguna gracia una intromisión americana de ese calibre en su patio trasero. Y menos después de la maniobra del AUKUS. Yo diría que si hay ataque sobre Argelia, Marruecos se las tendrá que apañar solo (para eso ya los americanos los han armado hasta los dientes). Y tal vez no llegue la sangre al río. Pero no pondría la mano en el fuego. El teatro africano: Libia y Egipto Poco que decir que no sepamos sobre estos dos. Libia por fin parecía haber conseguido superar la división, pero el país se halla inmerso en una crisis institucional de difícil salida. Parece al borde de una nueva guerra civil. Egipto había prometido retirar sus tropas de Libia, y evidentemente, nadie cree que con las cosas como están sea una decisión prudente. Si finalmente la crisis institucional encuentra una salida, todos respiraremos tranquilos. Si Libia se vuelve a enfrascar en una guerra civil, preparémonos para una nueva oleada de refugiados llegando a las costas italianas… La UE está ilusionadísima con la perspectiva, como se puede suponer. El teatro africano: El Sahel Ocho años de intervención francesa en el Sahel. Ocho años durante los cuales ha contado con la inestimable ayuda de algunos socios europeos (EUCAP) y de varios otros países del mundo (MINUSMA). Ahora empiezan a recoger cable (reorganizar la presencia francesa en el Sahel, lo llaman, por no gritar aquello de “maricón el último”, que en los tiempos que corren no sería políticamente correcto), y lo cierto es que nadie sabe muy bien qué fueron -fuimos- a hacer allí, que se ha conseguido después de 8 años, y por no saber, no se sabe ni qué se pretendía conseguir. Pero ha sido un gran éxito… eso sí, seguirá habiendo soldados allí hasta, por lo menos, 2023, y a lo mejor no tiene nada que ver, o a lo mejor sí, pero el Sahel es la puerta de acceso a los estados del golfo de Guinea, una de las grandes zonas de producción petrolera... El teatro africano: Sudáfrica y el cuerno de África Si hay un país de contrastes en África, ese es, ha sido y será la República de Sudáfrica. Y es que el país que fue el orgullo de África en los años 90, que estaba llamado a ser una de las economías emergentes del siglo XXI (aquellos célebres BRICS), se nos está yendo por el camino opuesto al que le suponíamos. Va caminito de convertirse en un estado fallido. Los disturbios del pasado julio (350 y tantos muertos) han sido la última putada en un país dividido por tensiones étnicas de todo tipo, más allá de la idea romántica de los tiempos de Nelson Mandela. Casi 900K blancos han hecho las maletas rumbo a Europa, América y Australia, dejando la población blanca por primera vez por debajo del 10%. Pese a las tonterías que se oyen por ahí, buena parte de esa población blanca son descendientes africanos hasta en quinta o sexta generación, y habían llegado a Sudáfrica incluso antes que otros pueblos que emigraron posteriormente. Parece que las heridas del apartheid no terminan de cerrar. Aparte de los conflictos entre blancos y negros (y coloured e indios), ahora se añaden los conflictos entre zulúes, sesotho, xosa… y los inmigrantes procedentes de otros países del entorno (no hay día sin su correspondiente ración de asesinatos de inmigrantes de fuera que vienen a robar el trabajo, no sé de qué me suena eso…). Súmese a eso un clima de violencia generalizado (tiene una de las tasas más altas del mundo de delitos violentos, especialmente sexuales y asesinatos), y una corrupción política rampante, y se obtendrán todos los ingredientes para acabar teniendo un estado fallido. En una zona del mundo de gran interés geoestratégico, ya que, no sólo es una zona importante de cara a las rutas de comercio mundial, sino que se halla muy cerca de países productores o con reservas de gas y petróleo (Angola, Namibia, Mozambique). Y similar es el caso del cuerno de África, donde a la sempiterna crisis somalí, se le están agregando nuevas tensiones en el cuerno de África, derivadas de la región secesionista de Tigray, que está ahí, en un cruce de caminos, nada más y nada menos que entre Etiopía, Sudán, Sudán del sur, Eritrea y Somalia. Y todos esos países parece que han metido mano en el coño de la Bernarda en que se ha convertido Tigray. Asia-Pacífico: Australia Decíamos antes, cuando mentamos al jinete de la guerra, que a Australia la ha venido Dios a ver con la alianza AUKUS. Ya desde la II Guerra Mundial, Australia se había ido revelando como la potencia regional indiscutida en la zona del pacífico sur. Ahora ya queda claro que no es sólo una potencia económica o demográfica, es también una potencia militar en ascenso, y va a ser uno de los ejes sobre los que pivote la estrategia del imperio norteamericano para contrarrestar la influencia China en la región. Sin embargo, Australia, tan alejada en apariencia de las grandes rutas comerciales, tiene una dependencia exagerada de las energías fósiles, y en particular del petróleo para el transporte, y del carbón para exportaciones y producción eléctrica. La alianza AUKUS no sólo va a beneficiar a Australia desde el punto de vista militar, también va a incrementar los intercambios comerciales y las posibilidades de abastecimiento… Asia-Pacífico: Japón Japón va por su tercer gobierno en poco más de un año. Cuando el nuevo (todavía no oficialmente en ejercicio) primer ministro, Kishida, dijo que la democracia japonesa estaba en crisis, no lo decía por decir. Aunque bueno, teniendo en cuenta que la política japonesa suele cambiar de primer ministro cada pocos meses, igual habría que concluir que lo raro ha sido la estabilidad del periodo de gobierno de Shinzo Abe (7 años!!). La política japonesa lleva unos años (todos los que ha gobernado Abe y un poquito más) girando hacia posiciones cada vez más nacionalistas. Esto tampoco es una novedad, cualquiera que conozca un poco la historia de Japón sabe que sus ciclos históricos oscilan entre el nacionalismo y el aperturismo, en la misma medida en que oscilan entre el aislacionismo y el expansionismo. Esa curiosa idiosincrasia oriental (no exclusivamente japonesa) de quien pasa de mirarse el ombligo a repartir hostias a mano abierta por el mundo, nos podría extrañar quizás a los europeos Y es que en Europa no hay manera de ser aislacionista, al menos si quieres sobrevivir como estado, con las honrosas excepciones de Suiza, Liechstentein, Andorra y San Marino, que son casos raros de ombliguismo financiado con cargo a la evasión fiscal de otros. Sin embargo en occidente tampoco es un caso tan raro, si nos fijamos en los EE.UU. Y más o menos eso va a ser lo que presida las relaciones futuras de Japón con el resto del mundo. Un frío retraimiento, con unas relaciones comerciales estrechas y respetuosas pero no cordiales con China. Unas relaciones militares intensas con los EE.UU. y Corea del Sur. Y una absoluta retracción sobre sí mismos en todo lo demás. Ah, sí, y un decidido retorno a la energía nuclear, porque empiezan a verle las orejas al lobo. Asia-Pacífico: La península de Corea Tampoco aquí hay muchas novedades. Corea “la buena” sigue basando su riqueza en la producción de electrónica, con la consiguiente hostia económica que va a resultar el encarecimiento de la energía, la ralentización del comercio mundial y todo el etcétera de problemas derivados de la futura crisis económica. Corea “la mala”, por su parte, sigue con su particular religión Juche, su procesiones devocionales al líder, sus fanfarronadas nucleares y su mala baba en Internet, sembrando el caos cuando le parece en comandita con China, Rusia y su chupipandi. Aunque un poco a regañadientes, China sigue sacándoles las castañas del fuego porque siguen siendo un estado tapón interesante. Y ya se sabe, que tener en una de las puertas de la casa un perro que ladre mucho y parezca rabioso, ayuda a mantener las buenas vecindades. Salvo que al gordito le dé por estirar la pata (viendo la cara de amargada que se gasta la hermana y previsible sucesora, más nos vale que no), yo no esperaría muchas novedades por este lado. 70 añitos de tensa normalidad guerrera crean hábito... Asia-Pacífico: Rusia En los últimos años, Rusia ha pasado de las típicas baladronadas de Vladimir Putin a la política del Novichok. El tío Vladi (epitome de la insidia) ha puesto un negocio de siembra de cizaña, y parece que le va de putísima madre, y ha convertido a Rusia en el perejil de todas las salsas en materia de propaganda e inestabilidad. Y aunque en esto parece que va en comandita con la chupipandi (ya sabéis, China, Corea la mala, Irán, Cuba, Venezuela y Angela Channing), en todo lo demás, no parece que se sientan muy cómodos teniendo un potencial problema de varios miles de millones de seres humanos por debajo de su principal fuente de recursos (Siberia). Me atrevería a decir que, llegado el momento, Rusia no querrá problemas que puedan salpicarles… Eso sí, como los ucranianos sigan resistiéndose a los manejos del Kremlin, igual a algún político ucraniano lo invitan a un chupito de Novichok a palo seco. Asia-Pacífico: China Cómo resistirse a hablar del elefante en la habitación. China, con sus 1400 millones de habitantes, con su poderío industrial, con sus nuevas y flamantes armas de última generación, su particular versión del comunismo -ejem- y su retorcida visión de la política internacional. China, que está llamada a ser el nuevo poder del siglo XXI. China, que empieza a imponer su garra de hierro en guante de seda por el mundo. China, sin embargo, tiene tantos problemas dentro y fuera que no tiene muchas más opciones que seguir por el camino del enfrentamiento. Ya se ha mencionado que tras convertir el Tíbet en un parque temático en el que los tibetanos son una exigua minoría, y transformar Sinkiang en un gigantesco campo de concentración, China ha decidido afianzar posiciones en los territorios en disputa con Nepal, Bután e India. A la vez, intenta una política de acercamiento amistoso al nuevo gobierno talibán de Afganistán (no sea que los talibanes decidan abrir sucursal entre los uigures), para mayor horror de tayikos, uzbekos, turcomanos y demás flora y fauna de Asia central. No se está granjeando grandes simpatías en la zona, ni al sur, donde una India cada vez más nacionalista está afilando los cuchillos, ni en el norte donde Putin se acuerda por momentos de las escaramuzas de los años 60 y mira con recelo a los chinos, ni en el oeste, donde los variopintos “estanes” le tienen ganas, ni en el este, donde Japón le hace una fría reverencia mientras sueña con ver a China arrodillada cometiendo seppuku. Quiero con esto decir, que si algún día en China las cosas les vienen mal dadas, no creo que pueda esperar mucha compasión de sus vecinos. Algo que ya saben, por otra parte. Para mantener en marcha su gigantesca industria, China necesita un continuo flujo de materias primas y exportaciones… hemos dicho ya que hay una tremenda parálisis del comercio internacional ¿verdad? ¿Qué podría salir mal? A China parece que se le ha empezado a atragantar la situación. Una gigantesca empresa inmobiliaria parece ser el disparo de salida en la crisis que se les viene encima (algo así como fue Lehman Brothers para los occidentales en 2007). De repente parece que la broma implica ya a algún que otro banco privado, y un montón de puestos de trabajo. Súmese a ello que los costes de la energía, y supuestamente la reducción de emisiones, han hecho que miles de hogares y fábricas se queden sin energía. En muchas ciudades no han apagado a ratos el alumbrado público y los semáforos… y algunas estimaciones dicen que más del 40% de la industria del país ha sufrido cortes, parones o restricciones. Y en estas el partido "comunista" chino ha tomado la calle de enmedio. Parece que aprovechando para arrimar el ascua a su sardina, han empezado una campaña para revertir el capitalismo chino (que ellos justifican como universalización del bienestar y represión del egoísmo capitalista). Según se comenta, las acusaciones de corrupción y malversación y las condenas sumarias se extienden como mancha de aceite entre la acojonada casta empresarial mandarina. No quiero ni imaginarme lo que puede suceder en un país con 1400 millones de habitantes si llega a materializarse una escasez generalizada. La China de hoy en día no es la China de antes de los sucesos de Tiananmen. Y por ello mismo, no parece que puedan permitirse una crisis como la que les viene encima. Asia-Pacífico: El mar del sur de China Aquí es donde los nuevos y los viejos imperios se van a poner de largo para mostrar sus habilidades de baile. Donde los actores de este precioso mundo “multipolar” nos van a mostrar todo su flow y sabrosura. Hagamos un ejercicio simple. Cojamos un mapa, y, con centro en la ciudad de Taipei, marquemos en el mapa una circunferencia de 2000 kms. Dentro de esa circunferencia estarán, prácticamente, todas las fábricas de semiconductores y microelectrónica, gran parte de las fábricas de bienes de consumo y buena cantidad de la industria médica, además de casi un tercio de la población DEL MUNDO. Y el mayor foco de tensión de la zona, en estos momentos, se halla justamente en Taiwán y en las cercanías de las islas Spratly, en el mar de China meridional. Una zona que es de importancia absolutamente vital para el comercio y la protección de los intereses de China. No hay que ser un lince para imaginar que la alianza AUKUS responde a un interés por bloquear la expansión china en la zona. Muy pronto veremos si los temores se concretan en algo más que un mero intercambio de fanfarronadas, pero este teatro se perfila como un punto caliente en los próximos meses/años. Europa Mi querida y vieja Europa, cuna de nuestra civilización global. Mi querida y vieja Europa, a la que, por el camino que va, le quedan dos telediarios. Dejando a un lado otras consideraciones accesorias, como el hecho de que seamos de largo el continente más envejecido y aturdido del planeta -somos prácticamente un asilo de ancianos si se nos compara con nuestros vecinos del sur- y si nos centramos sólo en la situación inmediata, se nos plantea una situación muy jodida y con cierta sensación de déjà vu. Tenemos que aceptar el hecho de que la OTAN es un cadáver al que sólo falta el certificado de defunción. Parece que los EE.UU. consideran que el teatro europeo les aporta pocas ventajas (ahora que los rusos ya no son ni sombra de lo que fueron, aunque nos lo jure tito Vladimir), y andan más seducidos por otros teatros mundiales. Esto nos deja a los europeos en una situación ligeramente incómoda, ya que formalmente seguimos encadenados a la la Alianza Atlántica, con unos socios americanos que nos atienden a desgana (ya Trump nos hizo saber que empezaban a hartarse de la OTAN, y no diré que en parte no tuviera razón) cuando no con desprecio, y con unos socios británicos que son un grano en el culo de la UE y que parecen cualquier cosa menos aliados. Rusia, evidentemente, no está muy contenta de tener la OTAN a las puertas de su casa, por mucho que teóricamente ya no seamos enemigos, aunque la situación en Ucrania sigue emponzoñando nuestras buenas relaciones. Y luego está el tema de Turquía, claro, que teóricamente es miembro de la alianza, pero en la práctica va por libre. Resulta que los europeos no tenemos ejército común por aquello de que todos estamos en la OTAN y por tanto es innecesario. Pero de repente nos hemos dado cuenta de que la OTAN se nos ha apolillado un poco, como un traje de otra época que lleva demasiado tiempo guardado en el armario. Y ahora nos vienen las prisas por decidir qué vamos a hacer: reformar la alianza, crear un ejército europeo, un mando único, dos ejércitos, al norte y al sur, dos ejércitos, al este y al oeste, una alianza asimétrica… como todo en este viejo continente, para cuando acabemos de ponernos de acuerdo ya no hará falta. La pregunta que, al parecer, no se están planteando es si, muerta la URSS y acabada la primera guerra fría, de verdad en Europa tenemos unos intereses comunes desde la frontera con Rusia hasta la frontera con Marruecos. Porque está claro que los que preocupan a alemanes y polacos probablemente lleven sonoros nombres tipo Vladimir, Boris o Mijail, y en cambio los que preocupan a los españoles, por ejemplo, tienen nombres más parecidos a Hasán, Mohamed o Abdul. Alemania puede no ver un gran peligro en Turquía, que sin embargo es la bestia parda de los griegos, y a los irlandeses quizás la situación en Libia les preocupa un poquito menos que a los italianos. Mientras nos ponemos de acuerdo en ponerle cara al enemigo interior y exterior, y decidimos cómo apañamos el tema de la seguridad y defensa común, y hacemos estudios, y comisiones, y designamos delegados, y hacemos informes, y todas esas cosas que a la burocracia europea tanto les gusta, lo cierto es que nuestra población, hastiada y envejecida, ha acogido una cantidad no pequeña de población inmigrante (en cantidad variable, en Alemania casi el 16% de la población, en cambio en las repúblicas bálticas no llega ni al 1%), con su correspondiente carga en los sistemas sociales, que en muchos casos comienzan a dar muestras de sobrecarga. Por ello, y por las crisis económicas previas, aparte de por ciertas circunstancias endémicas, en Europa se están generando bolsas de pobreza y marginalidad que no son el mejor precedente con el que encarar lo que nos está llegando. En cuanto a la energía se refiere, Europa tiene poco gas, algo de petróleo (no demasiado, al menos en lo que al ámbito de la UE se refiere) y algo de carbón (de bastante mala calidad). Tiene pocos recursos propios, y sí tiene una cierta industria nuclear y potencia renovable instalada. No obstante, como decían en Juego de Tronos, se acerca el invierno, y en los países del centro y norte de Europa el invierno es muy frío, y con escasez de combustibles fósiles, se pasa muy mal allí. Me temo que la subida en los precios de las materias primas y la energía va a hacer que en Europa veamos escenas que creíamos tener superadas hace décadas. América Ya se sabe que hay dos Américas: los Estados Unidos y su patio de recreo (bueno, y Cuba, o lo que queda de ella). En Estados Unidos la inflación se está desbocando, de una forma que a los europeos y latinoamericanos nos acojona vivos (quizás porque en nuestra historia reciente tenemos ejemplos de a dónde conduce la inflación desbocada). Unido al resto del panorama socioeconómico que el país viene arrastrando desde principios de siglo, deja unos mimbres con los que no se puede tejer ninguna canasta bonita. Después de los disturbios raciales del año pasado, las elecciones de noviembre -con su consecuente espectáculo lamentable posterior- y el susto del asalto al Capitolio (una fantochada, pero que es síntoma de muchas cosas y ninguna buena), el país parece relativamente tranquilo y calmado. Dice el viejo refrán que del toro manso Dios me guarde, que del bravo me guardo yo. La degeneración de los estándares de vida en los Estados Unidos está muy lejos de detenerse. El populismo se ha instalado en el discurso político, no sólo en Estados Unidos, en el mundo en general, pero Estados Unidos, como capital del imperio global, preocupa especialmente. Súmese a estos hechos, ya conocidos y relativamente familiares, el hecho adicional de la retirada militar progresiva de los ejércitos norteamericanos de distintos escenarios bélicos (Irak, Afganistán, Siria, Libia,...). El retorno de los veteranos de guerra a la patria siempre es un tema complicado. Y más complicado todavía si se produce en un contexto de crisis energética y económica. No es que la experiencia europea tenga necesariamente que ser extensiva al resto del mundo, pero los precedentes que nos deja nuestra historia no invitan al optimismo. Y en el contexto político americano actual, mucho menos todavía. No llega el imperio en las mejores condiciones a esta cita con el pico del petróleo. Cabe pensar en si la estrategia de repatriación de las tropas responde únicamente al abandono de ciertos teatros bélicos, o responde también a una voluntad de contar con la capacidad de controlar mejor el escenario doméstico y áreas recreativas anexas... En cuanto al resto del continente americano, bueno, oscilan entre el populismo de izquierda y el populismo de derecha, pero no parece haber ningún país que mantenga un alto grado de estabilidad política -dentro de que la situación general de la política latinoamericana es infinitamente mejor ahora que hace treinta o cuarenta años-. El continente americano está lo suficientemente alejado del resto como para poder contemplar sus problemas desde una óptica relativamente independiente, y en cuanto a amenazas militares, no parece un teatro particularmente inquietante (salvo por lo que a los conflictos con origen en la propia América se refiere). Peak oil sí, pero ¿Colapso? Cuando se menciona el pico del petróleo, en cualquiera de los lugares en los que se habla del tema, siempre hay dos posturas irreconciliables: el “peak-oil va a acabar con la humanidad y vamos a morir todos” o “circulen, que aquí no hay nada que ver”. Este foro tampoco en eso es una excepción. La caída del imperio romano Si hay un tema que atrae el debate de este foro es el imperio romano. Como dijo, creo que fue Fleischman (o puede que Darío), este es un foro de romanos en el que de vez en cuando se habla de energía. El hecho de que la historia del imperio romano y su caída nos suscite tanto interés no deja de reflejar el profundo trauma que el hundimiento del imperio romano dejó en la cultura occidental y, por extensión, global. Los historiadores, por esa afición que tenemos los humanos a buscar un dato concreto y clasificarlo todo, llegaron al consenso, más o menos aceptado, de situar la caída del imperio romano el 4 de septiembre del año 476, cuando después de la batalla de Ravena, el último emperador, Rómulo Augustulo, se vio forzado a abdicar de sus funciones en Flavio Odoacro, y este envió las insignias imperiales (no hay un consenso de qué eran, probablemente la corona, el cetro, el manto imperial, espadas y lanzas rituales junto al estandarte imperial, aunque varían según la fuente) a Constantinopla, terminando con el imperio romano de occidente. Sólo que, ni existió un imperio romano de occidente, ni Rómulo Augústulo fue el último emperador romano, ni el imperio romano terminó en ese momento, ni un romano de la época hubiera podido notar diferencia entre los años 475 y 477. Entonces ¿por qué esa fecha? Pues supongo que quedaría muy oportuno que el primer y el último monarca de Roma llevasen el mismo nombre, le daría un aspecto de ciclo cerrado, y, sobre todo, permite poner una fecha a algo tan complejo como el inicio de la edad media. Pero es un puro invento, y sólo con perspectiva histórica se puede advertir que, de forma gradual, en un cierto momento se está en un periodo histórico diferente, aunque no sepamos decir muy bien por qué. Antes he dicho que no reconoceríamos el peak-oil ni aunque nos lo anunciaran. No sé si algún día podremos señalar una fecha concreta y decir “el día tal del año 2XXX se produjo el pico del petróleo”. Y en realidad, tampoco creo que la fecha concreta, suponiendo que fuera determinable, tuviera una gran relevancia. Lo que tendrá relevancia será la naturaleza del pico del petróleo, y cómo el pico del petróleo haya afectado a la sociedad. En este foro, salvo alguna excepción trolesca, nadie duda de que el pico del petróleo es una realidad cercana. Algunos piensan que ya hemos pasado el pico hace tiempo(como Turiel insiste en afirmar), otros pensamos que estamos en este momento cruzando el pico, y algunos piensan que todavía lo tenemos por delante, pero en general, todos damos por seguro que se ha producido o se producirá. En lo que no coincidimos es en la visión de qué acarreará ese hecho. Hay quien piensa que nos enfrentamos al final de la civilización tal y como la conocemos y hay quien piensa que simplemente viraremos con alegría de los combustibles fósiles a las energías renovables en una transición suave y prácticamente indolora, posturas cuyos máximos representantes podrían ser respectivamente Antonio Turiel y Alb. Y luego estamos todos los que pensamos, cada uno con sus matices, que esto no va a ser fácil de superar, pero que a la civilización humana todavía le queda partido que jugar. Juguemos. D.
Panta rei kai oudén ménei
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Buen análisis David, a pesar de la extensión, al menos con esto uno se puede dar una idea más o menos precisa de tus apreciaciones personales respecto a estos diversas temas de actualidad, y no solo de aquellos de temática energética. Sería mucho más interesante de ver que opinan el resto de los foreros. Ojala tuviera más tiempo, pero solo voy a señalar la última parte, vos decís: Yo la verdad no estoy de acuerdo está deriva narrativa que ahora empiezan a predicar algunos picoleros, estirando los plazos. Más absurdo, si pensamos que el año pasado, a raíz de todo el contexto pandémico, más de uno quiso encontrar una relación directa entre la pandemia y la "inminente" escasez de energía, vinculando todos los eventos que pasamos durante 2020. Pero al final, la pandemia empezó a perder fuerza, y lentamente volvió la "vieja normalidad". Que por cierto, no he vuelto a escuchar más esto de la "Nueva Normalidad" , al menos no en mi país, esto en los mass media , claro, que siempre suelen tener sincronizados las mismas propagandas e ingeniería social, lees uno conoces a todas. Tal vez la sociedad rechazo esa "nueva normalidad" no. Es que vamos, somos animales de costumbres, no podemos cambiar de un día al otro, aunque por lo visto ni siquiera con 2 años de propaganda fueron suficiente para cambiar los hábitos sociales ya adquiridos en toda una vida. Por eso , para mi es toda una incógnita como es que los gobiernos, el estado, o el mismo poder global piensa que se va encarar las "transformaciones" necesarias de las que tanto se habla hoy en día. Aunque nunca se nombran literal, pero podemos darnos cuenta a que refieren: menos coche, menos carne, menos salario, menos viajes, menos ropa, menos todo. Tanto de las transformaciones que plantean la Elite, los medios, la misma Greta; Claro que enfocadas contra el "Cambio Climático" ; pero que en los hechos sirve para lo mismo, reducir consumo energético. Como viene repitiendo la misma Greta desde hace unas semanas, mucha "blablablá, pero yo no veo todavía ninguna transformación de estas que no están prometiendo pero de las que no se ve nada. No se si allá, ustedes como afortunados primer mundistas, podéis estar viendo que ya se están iniciando o planificado estas "transformaciones radicales", o la estáis sufriendo en carne. Al menos ya ven un cambio social en la mentalidad de sus congéneres? esta concientizada la gente respecto a la escasez de recursos ? del calentamiento global? Está dispuesta a perder materialismo a cambio del futuro del planeta? Coméis menos carne? Digo ven esto a nivel de calle ? O solo la ven en la tele , en la misma propaganda de los mass media, que en general , la mayoría de la población sigue rechazando. Y no es de menos tener que aceptar una pobreza "material" voluntaria. Yo con respecto a todo lo anterior, no tengo la más mínima idea de como se irán a llevar a cabo, porque incluso acá mismo seguimos en la etapa de la teoría de lo que hay que hacer, de como se debe hacer, etc. Pero en el fondo , no veo que ese discurso este cuajando en la cabeza de la población. No se si me explico, no veo que la percepción general este por consumir menos, viajar menos, gastar menos; Ahora mismo, saliendo de la pandemia, vemos todo lo contrario. Continuo con lo de más arriba, el peak oil es un evento geológico, y como concepto tiene que tener una "fecha", así como todos los campos y países que pasaron su peak oil. Como podes decir que la "fecha" ahora no es importante?? O que no tiene "relevancia"? Y todo lo anterior lo expreso, recordando que la comunidad se ha pasado décadas lanzando predicciones para el futuro , y como siempre a veces pasa, ese "futuro" llega. Y no eres al primero que dice esto, ya lo vi otros comentarios similares, también a Turiel, ya va estirando sus predicciones más "apocalípticas" para pasado los 2040. En fin, no digo más nada, que cada uno juzgue la realidad como quiera y crea en la narrativa que más crea conveniente para explicar la realidad. Personalmente pienso que la escases de recursos, así como el peak oil, son sin dudas factores de suma importancia para nuestros sistema mundial. Pero así y todo, no explican el 100% de todo lo que pasa en nuestro planeta. Y me parece que este es un error muy grande en el que mucha gente( y no solo picoleros) terminan cayendo, tratar de vincular todo a la energía. Al menos hablo de aquellos que caen en este foro por un genuino interés buscando la verdadera realidad del mundo , y no derivados por otros causas, por ejemplo, por la temática supervivencialista o apocaliptica (que por cierto en otros tiempos llegaron a tener mucho peso en el ambiente picolero, imagino estarán ahora en sus "fuertes" bien apertrechados muriendo de aburrimiento esperando el apocalipsis que no termina de llegar). En fin, 2022 va a ser un año decisivo para ver que es lo que no espera, por el momento la F1 sigue quemando precioso combustible. Pero si creó que estamos viviendo tiempo más que interesante, no quedan dudas y de grandes transformaciones en todos los niveles de vida. Pero como decís, estoy de acuerdo en que no parece ser el "fin del mundo" que teníamos en mente, ni tal vez vaya a ser como lo teníamos en mente. A esta altura, tal vez incluso invertir en un plan B suvervivencialista sea una estupidez en el largo plazo. Me explico, Por ejemplo, antes pensaba que con el "descenso energético" vendría acompañado de una descentralización de los sistemas dominantes (mundial, estatal, local), una señal clara que podríamos interpretar con esa percepción tan popular de "que todo va a menos", de que el sistema o modelo "está jodido" y toca salirse. Y ya que hablabas de romanos así colapsaron, aunque ya más que sabemos que duro siglos, pero imagino que la percepción general del ciudadano de a pie era de que todo venia a menos, no más circo, no más acueductos, no más carreteras, al menos para aquellos más lucidos. Y hoy día, en realidad, vemos todo lo contrario, un control ciudadano cada vez más orwelliano/1984. Lo de los móviles es ya vergonzoso el robo de datos y de la privacidad que llevan a cabo usando nuestras cámaras y micrófonos sin ningún pudor, me choca bastante pero crees que a la mayoría de la gente le importa?,no. Así que no estoy viendo esa "descentralización" en ningún lado, que por cierto era uno de los pasos de un colapso social según el ruso Orlov, tan famoso acá en su momento. Y en otro hilo hablas de "desglobalización", y tampoco la estoy viendo, creéis en serio que ciertas industrias podrían retornar a occidente? Esta dispuesto un español a currar en fabrica con salario de pongamos 400/500 dólares máximo? o menos? No era lo que quería el tito Trump y era imposible de hacer? También, no será que cada vez más gente le empieza dar mucho valor a su trabajo, y ya no es posible volver a salarios de esclavo? Que paso con la RBU? no era la gran y esperada solución al desempleo del futuro? En otro hilo, un forero habla sobre el temor al estallido social; No me imagino mejor caldo para un estallido de violencia, que por ejemplo, tener altos porcentajes de población (masculina en especial) sujeta a un alto grado de marginalidad y frustración, sin trabajo o sin poder forma parte del circulo de consumo, no es que los jóvenes no tengan presente, es que tampoco tendrán futuro, bah, ya no lo tienen. Cierto es que no por tener estas condiciones estás sujeto a sufrir un estallido, pero si que forman ingredientes principales para estos, con un apagón de unos días podríamos ver que tan jodida y frustrada están grandes sectores de nuestra sociedad actual. Tantos temas y tan poco tiempo, saludos y bienvenido de nuevo
Porque á cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
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Ante semejantes exposiciones, da respeto incluso intervenir.
Yo me ceñiré a "mi mundo" a lo que veo en el día a día. El resumen es que hemos vuelto a 2019. Lo expondré con el ejemplo fas fácil, y que es bastante apropiado con la situación actual, tanto de la energía como del medio ambiente. Cuando llegó la pandemia, pareció que nada volvería a ser igual, que iba a cambiar la forma de pensar de la gente y lo que es mas importante, de las grandes empresas. Se instauró a matacaballo un teletrabajo masivo que vació las carreteras y limpió los cielos. A toddo el mundo se le llenó la boca diciendo "el teletrabajo ha llegado para quedarse", "hay un antes y después de la pandemia", "La cultura de ir como borregos en coche no volverá a ser como antes". Pues bien, estamos en noviembre de 2019 y todas esas "bonitas palabras" se las ha llevado el viento. Los que viváis en una gran ciudad sabéis a que me refiero. El tráfico está a niveles mínimo iguales a prepandemia. El tema es que la pandemia continúa aunque mas suavizada y siguen implementadas medidas de restricciones, además de que en países con menos vacunación se suceden las olas sin remedio y a nivel turismo y sobre todo, tráfico aéreo no hemos recuperado el nivel de hace 2 años. Pero se empieza a leer que el consumo está ya muy cerca de los 100 millones de barriles diarios. ¿Qué está pasando? Qué lo único que ha cambiado en los hábitos del ciudadano de a pie ha sido "a peor": ha abandonado el transporte público. Todavía quedan empresas con formatos mixtos de teletrabajo (la mía por ejemplo, en la que vamos a oficina una semana si y otra no mientras siga la situación pandémica). Con esto lo que quiero indicar es que puede pasar una pandemia u otra cosa, pero al final las aguas vuelven a su cauce mientras haya cauce. Lo único que podría hacer que el mundo cambiase es directamente que se vayan agotando los recursos fósiles económicamente recuperables y su precio fuese prohibitivo. El diesel está mas caro que nunca en la historia. Bien que lo sé con los 150 km diarios que tengo que tragarme (por suerte solo el 50% de los días como mencioné por ahora). El viernes pasado llené el coche a las 21 horas, había 4 surtidores y 2 coches por surtidor. Por muy caro que esté, mientras se pueda pagar todo seguirá igual. Somos la banda de música del Titanic. Y si, yo también creo que estamos en pleno peakoil, aunque no se puede determinar el punto exacto. Para mi, el peakoil es una meseta. Quedan aún meses de recuperar la demanda (y puede que batir el record) pero que en esta década estará el punto de consumo mas alto de la historia para mi no ofrece dudas. Y mientras tanto...a seguir dándome el madrugón, a comerme la hora de coche de ida y otra de vuelta (si salgo mas tarde sería hora y media o mas), a seguir maldiciendo cuando reposte, a ver la boina de contaminación cuando en los días libres salgo con mi MTB y desde algún monte miro hacia Madrid, y poco mas. |
Sin percatarte describes perfectamente lo que es un declive progresivo. Ergo el peakoil ya ha pasado. Todo sigue igual que la última dècada (años arriba años a bajo) pero ese igual no es igual al periodo de crecimiento en el que muchos de nosotros crecimos. Ahora solamente queda por saber si el declive seguirá por su camino actual, lenta pérdida de toda esa grasa sobrante en el primer mundo y incremento de las tensiones en el resto del mundo, mayores cuanto menor es el volumen de grasa a rascar, o se producirá algun (o algunos) escalones abruptos en el descenso. Creo que la duda que queda mayoritariamente es esa y la esperanza de muchos, como dijo Dario en su día, es que no les toque lo peor a ellos, lo que desde otro punto de vista no es más que un intento desesperado por continuar en esa "normalidad" que solamente provocará un futuro más intestable al no afrontado la necesidad de realizar algun cambio "real" en el modelo de vida actual. Todo el mundo intenta continuar igual, aunque sepa en el fondo que cada vez és más dificil, o imposible, o si se para a pensar sepa que ya ha entrao a formar parte de aquella masa creciente de población que tendrá un poco menos cada día. Eso es el peakoil en la actualidad y en la realidad. Hace ya mucho que abandonamos aquella sociedad en la muchos crecieron, que con un solo sueldo la gente podía subir a toda una familia, con más de 2 hijos, comprarse una segunda residencia, coche (o coches) y viajar por todo el mundo. Parece que hace mucho... pero solamente han pasado 3 o 4 décadas. 3 o 4 décadas que diferencian el pre peakoil del post peakoil. Saluuuud |
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Hola Rafael Romero
Me gusta como te expresas, David gs. Es muy buena tu entrada. Hay que intentar debatir y mostrar nuestras dudas, claro que sí. Hay que intentar ser visionario. No lo seremos y alguien nos mostrará cosas que no habíamos pensado. Esa es la clave. Escribes y rompes los escritos para volver a comenzar. Memoria y olvido. Yo lo hago y no doy importancia a mis propias palabras. Habré errado. Pero es un foro. No venimos a elogiarnos los unos a otros. Nuestra percepción de lo que es el mundo y el paso del tiempo en la humanidad es circunstancial a nuestra posición social y además no viviremos lo suficiente como para ver los grandes cambios. Como explica Nietzsche, tan apropiado es conocer y dejar memoria de algo como olvidar. Incluso hoy en día muchos hechos no sabemos de su existencia porque forman parte de ese olvido. En Grecia descubren la importancia que puede tener saber algo que condicione el futuro. Los magos lo pueden llamar el porvenir. El porvenir depende de los Dioses. Pero incluso no todos los Dioses no conocen el porvenir pues dependía de Cronos o de Kairós. Queremos saber lo que sucederá mañana, queremos conocer lo que hay en el centro de la tierra y si habrá petróleo ( hidrocarburos) durante muchos años y a qué coste. Queremos saber si habrá un cambio climático y qué pasa con la capa de ozono. Pues bien... Cuando hacemos esas preguntas, ya las hemos formulado mal. Hay un aspecto negativo de la memoria. No tendremos paz mientras deseemos saber sobre el futuro y pensando que el pasado puede dar información sobre lo que sucederá en el futuro. El pasado es lo que está enfrente de todos nosotros. La montaña que vemos es el resultado del paso de miles de años. Si bien el pasado, pasado es. Ha sufrido alteraciones. Nunca ha sido tal y como aparece en los libros de historia. Los dirigentes recuerdan unos hechos para olvidar otros. Herodoto y Pausanias fueron los padres de la historia y relatan unos hechos muy distintos a los que los gobernantes dejaron memoria en Grecia. La memoria es en cualquier caso, un obstáculo que no permite el pleno crecimiento de la vida presente, pues nos atrapa y nos lleva a la memoria del pasado. Qué recordamos, David ? las cosas bonitas o las trágicas ? Seguramente le dedicamos más tiempo a recordar cosas agradables y eso tiene un sentido. Cuando sufrimos traumas , nuestro cerebro modifica el dolor, dándole un sentido menos doloroso. Es posible que lo olvide de forma deliberada para evitar el daño. Tenemos muchos recuerdos de la época dorada de Roma. hay multitud de estatuas que conmemoran victorias militares, pero con el declive, no se incorporaban nuevas esculturas, ni es fácil encontrar fuentes fidedignas. Qué significa memorial? Memorial significa monumento, pero viene del latín " memorialis" que es un acto público en la que se le hacía un recuerdo colectivo ( social ) a una persona para preservarla del paso del tiempo. La muerte nos puede venir a todos. Los romanos pensaban que los muertos morían solamente cuando no eran recordados. Morir era el damnatio memoriae que significa literalmente 'condena de la memoria'. Posteriormente venía la abolitio nominis,que era una práctica de la antigua Roma que consistía en borrar la memoria, suprimir las inscripciones, imágenes y estatuas. Todo aquello que provoca dolor es más difícil de aceptar su recuerdo. El pasado siempre está en conflicto, a no ser que pensemos en el mito. La vida requiere tener capacidad de olvido. Hemos olvidado nuestra historia, pero incluso hemos olvidado el olvido, con lo cual no notamos la falta de esa ausencia. El olvido es una facultad que tiene la capacidad de ocultar lo doloroso. Ese dolor que está presente con la cruz cristiana y en el propio cristianismo. https://es.wikipedia.org/wiki/Damnatio_memoriae |
Seré breve. Somos 8.000 millones de personas en el planeta, la demanda crece y los recursos naturales se están agotando, sobre todo los fósiles que aportan el 80% del consumo total de la energía. Eso significa que a corto plazo los gobiernos tendrán que aplicar medidas de racionamiento de la energía, el agua, el combustible, puede que la alimentación y se intentará controlar la vida cotidiana si es necesario creando un estado policial. A partir de ahí no me extraña que hables de guerras y estallidos violentos por doquier y que recurras hasta a la Bíblia
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