No obstante, la cita de Fred Doyle, aunque insta a reflexionar sobre nuestra estupidez, sólo es cierta en escala humana, en tiempo geológico es erronea.
La tectónica de placas puede hacer que donde hay mar haya montañas, y nuevas minas...
El calentamiento global puede dar lugar a una nueva propagación de organismos cuya muerte masiva de lugar a nuevos yacimientos de hidrocarburos explotables dentro de 20 0 40 millones de años, tiempo más que de sobra para que desaparezcamos y una nueva especie, desarrolle un nivel de inteligencia suficiente.
Quizá esa especie tenga la ventaja de poder leer en el estrato geológico correspondiente al antropoceno todas las cosas que no hay que hacer si se quiere sobrevivir como especie.
Claro que a nosotros no nos ha servido de mucho poder leer la historia de la Isla de Pascua. Aunque algúnos individuos puedan efectivamente ser inteligentes, la masa social no lo es. Quizá, eso que creemos que es la inteligencia en realidad no existe.
El límite en el que estamos inmersos nos va a acorralar ante la necesidad de elegir entre suicidio o consciencia.
El colapso no es el problema, es la solución.