Traducción del post de 10 de abril de 2013:
Druida_(10-04-2013;_La_religión_del_progreso).doc Druida_(10-04-2013;_La_religión_del_progreso).pdf Greer continúa la serie en que considera el culto al progreso como la nueva religión del mundo industrial. Como administra cuidadosamente sus ideas en pequeñas “diócesis”, continúa en este post con la noción de antirreligión (en el cristianismo, el satanismo; en el comunismo, el objetivismo; en el culto al progreso, el catastrofismo de un final apocalíptico al que aboca el mismo progreso). La próxima entrada del blog creo que también es algo flojilla, pero la siguiente está mejor. Saludos. |
Muchas gracias, es un placer leer las reflexiones de JMG gracias a vosotros
Regla de oro:
trata a los demás como querrías que te trataran a ti
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En respuesta a este mensaje publicado por Abadín
Como siempre, gracias Abadin (y por supuesto también a Anselmo y a otros traductores) por vuestra labor.
Me han encantado estas lecturas de Greer. Me han recordado el formidable libro de Max Stirner "El único y su propiedad", una obra germinal de las corrientes anarco individualistas posteriores. De hecho, cando lees a Nietzche después de leer a Stirner, entiendes que el primero tuvo que conocer la obra del segundo, aunque yo jamás he encontrado una referencia directa en sus textos (en los que yo he leído, quiero decir). Tal vez algún compañero con un conocimiento mas profundo de la obra de Nietzche pueda ampliar información al respecto. En mi opinión, el Súper Hombre de Nietzche tomó algo de la esencia del " Único egoísta" de Stirner. Si no conocéis el libro, os recomiendo encarecidamente su lectura. Dejo aquí un enlace para su descarga, siempre que nuestro administrador no considere una ubicación más apropiada: "El único y su propiedad" Max StirnerStirner.pdf Saludos.
...Así, sobre poco aire,
no podrían sostenerse grandes alas. Por eso Peng se eleva a noventa mil li y apoyado sobre el viento al que cabalga, con el Cielo arriba, a sus espaldas, emprende ya sin demora su marcha hacia el Sur. |
Peng,
empezando con Stirner " Ustedes que saben de Dios tantas y tan profundas cosas; ustedes que durante siglos “exploraron las profundidades de la divinidad” y penetraron con sus miradas hasta lo profundo de su corazón, ¿pueden decirme cómo entiende Dios la “causa divina” que debemos servir nosotros? Y ya que tampoco nos ocultan los designios del Señor. ¿Qué quiere? ¿Qué persigue? ¿Abrazó, como a nosotros se nos pide, una causa ajena y se ha hecho el campeón de la verdad y del amor? Este absurdo indigna; nos enseñan que siendo Dios todo amor y toda verdad, las causas del amor y de la verdad se confunden con la suya y le son consustanciales. Les repugna admitir que Dios pueda, como nosotros, hacer suya la causa de otro. “¿Pero abrazaría Dios la causa de la verdad si no fuera la suya?” Dios no se ocupa más que de su causa, porque al ser él todo en todo, todo es su causa. Pero nosotros no somos todo en todo, y nuestra causa es bien mezquina, bien despreciable; por eso debemos servir a una “causa superior”. Más claro: Dios no se preocupa más que de lo suyo, no se ocupa más que de sí mismo, no piensa en nadie más que en sí mismo y no se fi ja más que en sí mismo; ¡pobre del que contradiga sus mandatos! No sirve a nada superior y no trata más que de satisfacerse. La causa que defi ende es únicamente la suya. Dios es un ególatra. " Joder, no podía empezar mejor, pedazo de obertura. Salud.
Querido lector, si caíste por casualidad en este foro ya es demasiado tarde. No te molestes en entender el pico del petróleo, a partir de ahora podrás grabar con tu móvil secuencias terriblemente bellas de la Tercera Guerra Mundial. Sonríe!
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Jajaja... Salud, compañero
...Así, sobre poco aire,
no podrían sostenerse grandes alas. Por eso Peng se eleva a noventa mil li y apoyado sobre el viento al que cabalga, con el Cielo arriba, a sus espaldas, emprende ya sin demora su marcha hacia el Sur. |
"Nietzsche era lo suficientemente perceptivo, sin embargo, para tomar nota de otros contendientes por
el trono vacío de Dios y lo bastante dispuesto a reconocer la importancia y el valor de la religión teísta para los que todavía creían en ella. En el prólogo de “Así habló Zaratustra”, la primera persona que se encuentra Zaratustra (alter ego de Nietzsche) al descender de la montaña es un viejo ermitaño que pasa sus días alabando a Dios. Zaratustra sigue su camino, teniendo cuidado de no hacer nada para desafiar la fe del ermitaño, y sólo cuando se queda solo de nuevo se pregunta: “¿Cómo es posible? ¡Este viejo santo del bosque no se ha enterado de que Dios está muerto!” Nada como el Ocaso de los Dioses, de Wagner, para acompañar tu magnífica traducción, Abadín
Querido lector, si caíste por casualidad en este foro ya es demasiado tarde. No te molestes en entender el pico del petróleo, a partir de ahora podrás grabar con tu móvil secuencias terriblemente bellas de la Tercera Guerra Mundial. Sonríe!
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