26 JULIO 2006 http://thearchdruidreport.blogspot.com.es/2006/07/how-not-to-save-science.html Desde hace pocos años,más y más gente en la comunidad científica ha tomado conciencia del inmenso tamaño de la amenaza a la civilización que plantea el cenit del petróleo ,otras formas de agotamiento de recursos, calentamiento global, y el resto de las crecientes espirales de crisis a las que nos enfrentamos hoy en día. Una de las respuestas comunes ha consistido en la búsqueda de maneras para proteger la ciencia y tecnología actuales. En términos abstractos, al menos, esta es una buena idea. Yo no estoy seguro de que todo el mundo en el futur realmente necesite saber cómo construir cabezas nucleares o sintetizar DDT. Pero hay una gran cantidad de ciencia moderna que vale la pena salvar. Sin embargo, casi toda la discusión de esta útil idea se ha centrado en un plan específico de hacer que esto ocurra.La propuesta es que un panel de expertos científicos sea comisionado para escribir un libro bosquejando todas las cosas que la ciencia moderna ha aprendido acerca del universo, y que el libro sea producido en masa en papel duradero, de modo que algunas copias puedan sobrevivir al declive y caída de nuestra civilización y llegar a las manos de las generaciones futuras El ensayo de James Lovelock's en 1998 ,"A Book for All Seasons" (vínculo)(Un Libro Para Todas las Estaciones), describe el libro propuesto, “el equivalente científico a la Biblia”. Este ensayo jugó un papel clave en las discusiones a que acabamos de referirnos, pero Lovelock no fue la única figura importante que respaldó este plan. Es duro pensar en una mejor prueba de que muchos científicos no aprenden bastante sobre la historia de sus propias disciplinas– o una mejor evidencia que ellos necesitan aprender- Un libro del tipo que Lovelock y otros han propuesto, sería una muy ,muy mala idea. Yo no hago esta afirmación simplemente como una cuestión de opinión.El experimento se intentó antes, y los resultados fueron, por decirlo suavemnte , manifiestamente mejorables. En los años crepusculares de la civilización romana en Europa Occidental, a medida que las viejas instituciones de enseñanza clásica fueron dando paso a la Edad Media, Isidoro de Sevilla (560-636)(vínculo)--un Obispo Cristiano y teólogo en Hispania-- Compiló un libro que seguía las mismas líneas que el que acabamos de referirnos. Titulado Etymologiae (Etimologías), esta fue la primera enciclopedia mundial, y tuvo un amplio éxito de acuerdo con los estándares de la época. Fue el trabajo individual de referencia más popular en las librerías medievales, continúo siendo tan ampliamente respetado en el renacimiento que vio diez ediciones impresas entre 1470 y 1530. Durante la Edad Media la Etimología sirvió un propósito general como compendio del conocimiento general. En el largo plazo, sin embargo, sus efectos fueron mucho menos positivos. Debido a que el Libro de Isidoro pasó a ser visto rápidamente como el principio y el fin del aprendizaje, otros libros -- muchos de los cuales habrían resultado mucho más útiles para el renacimiento del aprendizaje -- que se extendió a través de Europa Occidental tras el cambio de milenio fueron permitidos decaer, o terminaron reciclados para la utilización del pergamino de sus hojas para la manufactura de nuevas copias del La Etimología. Peor aún la reverencia concedida al trabajo de Isidoro le dio un gran inercia a la creencia medieval sobre que la mejor forma de aprender sobre la naturaleza. Era el hacerlo a través del estudio de un libro viejo. Esta misma reverencia se aplicó a los trabajos de Aristoteles ,tras la traducción de estos últimos del árabe, en el siglo 12 y así triunfó en machacar la ciencia de la naturaleza durante siglos. Fueron precisas la convulsiones sociales de los siglos 16 y 17 para romper finalmente los carriles de acero por los que circulaba el pensamiento científico en el mundo occidental y hacer aceptable para la gente el aprender de la naturaleza directamente. Esto es exactamente lo que el “equivalente científico” de la Biblia ,preconizado por Lovelock terminaría por conseguir ,como la enciclopedia de Isidoro , un compendio moderno de ciencia inevitablemente contendría información imprecisa--los científicos de hoy en día no son más omniscientes que los de hace 50 años, cuando la deriva continental fue considerada una chaladura seudocientífica, o hace 110 años, cuando Einstein y los físicos de los cuantos no habían aprobado todavía que el espacio absoluto y el tiempo uniforme de la cosmología newtoniana eran tan imaginarios como el Reino de Oz. Igualmente la enciclopedia de Isidoro ,debía enseñar a la gente que el modo de aprender sobre la naturaleza era mirar los hechos en un libro, en lugar de poner atención a lo que estaba realmente ocurriendo delante de sus narices—y debería asegurarse bien que , en un tiempo con recursos limitados para la preservación de libros, las copias de un libro de doctrinas científicas podría ser preservada a expensas de, digamos, la última copia de los Principia Matemática de Newton, El origen de las especies de Darwin, o algunos otros clásicos de la ciencia que deberían ofrecer mucho más en el futuro. Un libro de doctrinas científicas también podría asegurar que la más importante dimensión de la ciencia podría perderse. La Ciencia, es crucial recordarlo, no es un conjunto de doctrinas sobre el universo. En su núcleo la Ciencia es un sistema de lógica práctica , un conjunto de reglas lógicas que permite que las hipótesis sean testadas reiteradamente para que puedan ser descartadas si son falsas. Aquel set de reglas no perfecto o carente de defectos ,pero es con todo el merecimiento el mejor método de investigar la naturaleza que nuestra especie ha inventado, y vale muchísimo más que cualquier compendio de opiniones científicamente aceptadas hoy en día. En su ensayo, Lovelock imagina aun superviviente en una sociedad post colapso enfrentado a una epidemia de cólera, y equipado con nada más que un libro sobre aroma terapia. Es una imagen convincente que, aunque, si el superviviente se tuviera que enfrentar a una nueva enfermedad – ¿ una que todavía no ha saltado a los seres humanos de su huésped animal original,digamos? Un libro de texto enfocado en los conocimientos entorno al 2006 sería de poca ayuda. La naturaleza está constantemente cambiando. La ciencia tiene un método de indagación que puede seguir estos cambios; la ciencia como un conjunto de doctrinas no puede. Un libro que puede realmente tener éxito en preservar la ciencia para el futuro ,debería ser un libro distinto del que Lovelock y los otros han previsto. En lugar de proyectar la omnisciencia que una frase como el “equivalente científico de la Biblia” sugiere, debería plantearse al método científico como un camino abierto y carente de final de cuestionar la naturaleza, y proveer bastantes consejos prácticos y ejemplos para ayudar a los lectores cómo crear sus propias experimentos y formular sus propias preguntas. Esto debería tratar a sus lectores en el presente y en futuro de un modo parecido a participantes en el proceso de ciencia, no como simples consumidores de sus productos . El papel de participante no es uno de los que muchos científicos de hoy en día están cómodos con que sea conferido a la gente llana, pero si la ciencia actual debe ser salvada para el futuro, dejar a un lado esta disconformidad es una de las primeras y menos negociables requerimientos. |
Lo primero es lo primero: creo que es prácticamente imposible agradecer la labor de Anselmo al acercar al Druida y sus escritos a la gente que no entiende el inglés. Labor encomiable y nunca suficientemente agradecida.
Lo segundo: básicamente viene a decir que no hay que dar un pescado al hambriento: hay que enseñarle a pescar, y a hacerse la caña si hace falta. Tampoco está muy lejos del ejemplo (fácilmente malinterpretable) de Asimov en La Fundación. No buscaba que se hiciese un compendio de ciencia: era la excusa para que los de ciencia, los que saben pescar, se tuviesen que espabilar y empezar ellos la nueva sociedad, basada en esos principios. La Enciclopedia era la excusa para arrejuntar a los científicos que sabían pescar, en un lugar donde tenían que reaprender el arte, el embrión de lo que tenía que ser la nueva sociedad. |
a mi el concepto "biblia de la ciencia" me aterra.
una de las cosas que nos ha puesto en este lugar, es considerar a la ciencia la nueva religión que todo lo puede a través de la tecnología. tengo que releer la fundación, el trasfondo espiritual que le dio Asimov a la cosa, fue brutal, aun siendo ateo. la leí de muy chico, a los 15. Ahora 25 años después, creo que es muy buen momento para releerlo, ahora que algunas cosas las entiendo mejor. |
Yo también leí a Asimov a los 15 años:) pero el primer libro suyo que cayó en mis manos fue Introducción a la Ciencia, luego vinieron los de Historia, y por último los de Ci-Fi.
El peor golpe de que se dió a la Ciencia fue en el siglo VI d.C. con la quema de la Biblioteca de Alejandría, por un obispo cristiano. San Cirilo. Casi todo el saber de los primeros científicos de la Humanidad, antes de Platón y Aristóteles, se perdió ese día. Yo hoy he pedido una edición en libro del Blog de AMT, pero está muy liado el hombre. Anselmo, a dónde te enviamos el jamón estas Navidades, te lo has ganado!
Querido lector, si caíste por casualidad en este foro ya es demasiado tarde. No te molestes en entender el pico del petróleo, a partir de ahora podrás grabar con tu móvil secuencias terriblemente bellas de la Tercera Guerra Mundial. Sonríe!
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