POST: John M. Greer –“La Era de las Sociedades Basadas en la Recuperación de Materiales.”

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POST: John M. Greer –“La Era de las Sociedades Basadas en la Recuperación de Materiales.”

Anselmo
24 OCT 2007


(http://thearchdruidreport.blogspot.com.es/2007/10/age-of-salvage-societies.html)

Es un mal hábito de pensamiento, muy común en estos días,  asumir que los cambios económicos y sociales son enteramente un producto de las decisiones y del esfuerzo humano. Este es el pensamiento tras todas las teorías de la conspiración que proveen una forma tan popular de ignorar las realidades ecológicas. Naturalmente, pero esto también revienta en otros contextos no menos populares las entusiásticas proclamas desde varios puntos del espectro político  sobre que tenderemos el mejor futuro que queremos si nos apretamos el cinturón y nos ponemos a trabajar en ellas.

En ninguno de estos problemas es de aplicación  esta fácil asunción, pero el único que me gustaría señalar justo ahora es que,  como en tanto del pensamiento contemporáneo, esto deja a la Naturaleza fuera de la ecuación. Nosotros podemos intentar construir cualquier futura que se nos ocurra preferir, pero salvo que el inventario restante de recursos naturales proporcione las materias primas que el futuro en cuestión requiere, nos encontraremos antes o después que hemos perdido la suerte. Lo que es más, incluso si el futuro que tenemos en mente puede ser puesto a trabajar dentro de los límites de la realidad ecológica, el futuro que queremos  será de nuevo convertido en una quimera si otra forma de sociedad o economía no hace la misma cosa más eficientemente.

La economía industrial está actualmente dirigiéndose a bandazos hacia el cubo de basura de la Historia, después de todo esta no ascendió hasta el dominio mundial debido a que la gente  del mundo decidió que esto ocurriera. Ni las élites mundiales- si es que las élites políticas de varios puntos del mundo merecen tal nombre- tomaron tal decisión; naturalmente hubieron conciliábulos de industrialistas quienes hicieron lo que pudieron para aumentar su propagación, pero también hubieron abundantes grupos de líderes que se opusieron a estos, sociedades competidoras que apostaron todo lo que tenían para resistirse y fracasaron. La civilización industrial tuvo su día bajo el sol debido a que, en un mundo donde abundancia de de combustible fósil estaba a mano gracias a cavar o a perforar, el modo de producción industrial resultó más eficiente que el de sus rivales, y permitió a las comunidades que lo abrazaron prosperar a expensas de las que no lo hicieron.

En correspondencia, a medida que el sistema industrial fue socavando las condiciones medioambientales que le permitieron prosperar,  nuevas formas mejor adaptadas  a la nueva realidad apartarán de un codazo al industrialismo y ocuparán su plaza. En el post de la pasada semana se esbozó la que será la primera de estas formas,  un modo de economía industrial–-el industrialismo de la escasez- que persigue el resurgimiento del nacionalismo en lugar del espejismo de la economía global,  Y trasladada el reparto de la energía y otros recursos escasos desde  el mercado a la esfera política.  Dicha forma ya está tomando forma entorno nuestro  en los conflictos políticos y energéticos  del presente; las naciones que persiguen una forma embrionaria del industrialismo de la escasez estarán prosperando de acuerdo con eso, mientras que aquellas que se aferran al espejismo de las asunciones de la edad de la abundancia están pagando  el precio de su falta de disposición a tratar con la realidad ecológica.

Como sugerí la semana pasada, sin embargó, la era del industrialismo de escasez será auto limitante, debido a la explotación que  da a este su poder también pone un límite a su supervivencia. Una vez aquellos recursos se hayan ido, o agotado hasta un punto a partir del cual deje de ser económico mover una sociedad mediante la explotación de éstos,  otra forma de nuevas formas sociales y económicas reemplazará las estructuras del industrialismo de la escasez.

En este punto podemos encontrarnos  en algo así como un territorio familiar. Los arqueólogos alrededor del mundo han aprendido a reconocer  las trazas distintivas de una sociedad colapsada. Y una de estas es el reciclado de antiguas estructuras para nuevos usos. En las ruinas de la vieja ciudad maya de Tikal, por ejemplo, las excavaciones han desenterrado trazas de gente que vivió allí tras el colapso maya. En este último, tranquilo  epilogó de la historia de la ciudad, los palacios de los señores de Tikal se convirtieron  en los hogares de una pequeña comunidad de granjeros y cazadores  quienes arañaban su modo de vivir de los restos de la ciudad, y encendían sus fuegos para cocinar  y trajinaban con sus simples cacharros de cerámica en medio de un esplendor que se caía a pedazos. La misma cosa puede ser encontrada en las ruinas de ciudades alrededor del mundo, y los escritores de ciencia ficción de nuestra propia civilización  no han sido lentos en escoger el tema. La lógica tras esto, sin embargo, no ha sido reconocida a menudo cuando una civilización se viene abajo las economías más eficientes son casi siempre aquellas que usan su restos como materia prima.

Para entender estas palabras, Es necesario un pequeño desvió para entender el útil concepto de H.T. Oídium de “emergía” muy aproximadamente  emergía es la cantidad total de energía para producir un  bien o producir un servicio, Incluyendo toda la energía y las materias primas que se utilizaron en el proceso de fabricar un bien o realizar un servicio. Una copa de café situada frente a tu ordenador  por ejemplo, supone el proceso de extraer y procesar la arcilla proveer las materias primas para el vidriado cerámico  y elaborar el compuesto,  encender el horno y embarcar ambas materias primas a la fábrica, y la taza una vez terminada a ti    esta cantidad de energía es el coste de la emergía  de la copa: sin toda esa energía utilizada, tu no podrías tener esa copa- o al menos no la podrías tener de ese modo.

Cuando la energía es barata y abundante, la emergía básicamente carece de importancia. Los señores de Tikal no tenían que preocuparse mucho acerca de la energía  que sus cuadrillas de trabajo gastaban empujando, esculpiendo, colocando en su posición las estelas de piedra, no más que sus equivalentes de hoy tienen que preocuparse sobre  la energía que implican las tazas de café. Y del café que las llena a ellas, procedente del otro medio mundo. En la pendiente descendente del colapso, por el otro lado, la emergía importa mucho y la Fuente más abundante de emergía consiste en los residuos de la civilización colapsada. Para la gente sobreviviente en Tikal, en el periodo subsiguiente al colapso era mucho más eficiente usar los ruinosos palacios   de una edad pretérita como albergue y concentrar sus muy limitados recursos en el duro trabajo de obtener su modo de vida en un entorno dañado,  del que habría supuesto construir sus propias casas en algún lugar en los alrededores de la ciudad arruinada.

Las fantásticas cantidades de energía  arrojadas violentamente con indiferencia por las civilizaciones industriales del mundo  actual harán esta una más que viable estrategia, una vez que los recursos que hicieron posible la civilización industrial sigan el camino de los tiempos de gloria de Tikal. El acero, uno de las más ampliamente utilizadas metas hoy en día, ofrece un buen ejemplo. Una viga de acero de quince metros en un rascacielos contiene una vasta cantidad de  emergía, debido a que la mena-estos días, casi toda   probablemente  taconitas de bajo grado contiene significativamente menos del 5% de hierro  en peso debe que ser extraída, fundida, purificada, moldeada, conformada, y embarcada miles de millas antes de que esta sea puesta en su lugar en una nueva construcción.

Usar esa misma viga en una era des industrial,  por contraste,  toma solo una sierra de arco para trocear esta en partes manejables,  un carro para arrastrar esta  y un martillo de herrero, yunque y una forja de carbón vegetal  para transformar esta en clavos ,cuchillos, arados, sierras, armas de fuego y un millar de otras cosas útiles. Todavía más,  la economía del trabajo de metal en una sociedad no industrial hace esta una muy atractiva proposición, debido a que una viga de quince metros de acero estructural mantendrá la fragua de un pueblo abastecida de materia prima durante un sustancial periodo de tiempo.  

Ahora es cierto que el mismo herrero de pueblo puede fundir su propia material prima de hierro de pantano que es el nombre técnico de los depósitos de sulfuro de hierro depositados  en muchas zonas templadas  y húmedas  por la acción de una bacteria quimio sintética. Hay un montón de hierro de los pantanos a mano, debido a que este no ha sido usado comercialmente en siglos y muchos depósitos en Estados Unidos alejados de la costa atlántica no han sido trabajados en absoluto. Es fácil fundir hierro de los pantanos en una forma trabajable, -la gente en la Edad Media europea y en los tiempos iniciales en las colonias de Norte América hacían esto con sencillos fuegos de carbón vegetal y esto es bastante fácil de hacer lo mismo con herrumbe, que es hierro oxidado, el estándar comercialmente empleado de acero en los días antes de que el vasto  subsidio del combustibles  fósiles hiciera posible el empleo de menas de bajo grado como la taconita.

No obstante, el acero almacenado para el futuro por la civilización actual  hizo una mucho más económica fuente una pequeña proporción de ella consiste en aleaciones de alta temperatura que requieren tecnología moderna con la que trabajar, pero la gran mayoría- vigas, tuberías, carrocerías de automóviles, planchas de acero, y mucho más- pueden ser forjadas a temperaturas muy inferiores que las que se precisan para fundir  la mena,  y proporcionan mejor metal. Ellos serán la obvia Fuente de metal en la Edad de las Sociedades de Recuperación de Materiales que seguirá la época del Industrialismo de la Escasez.   Lo que es más, hay millardos de toneladas de material por todas partes de lo que ahora es el mundo industrial, suficientes para mantener las culturas des industriales del futuro abastecidas por un muy largo tiempo.

Aunque te parezca que el acero es solo uno de los cientos de materias primas que será accesible en las ruinas de las ciudades y pueblos de hoy.   Mucha  gente ya se ha dado cuenta de la cantidad de cobre y aluminio en las casas hoy día, hasta el punto de que algunas de las no vendidas parcelas  arrojadas en la última burbuja inmobiliaria ya han sido despojadas de su cableado de cobre y marcos de ventanas  y aluminio por ladrones, Quienes vendieron el metal resultante a buen precio. A este propósito he sugerido, en uno de mis  relatos sobre el futuro de industrial,  que la vajilla y otro utillaje doméstico  dejado detrás por la civilización industrial será lo bastante abundante para que las comunidades locales puedan crear uno o dos almacenes para almacenar dicho material,   de forma que los miembros de la comunidad puedan tomarlo de acuerdo con su necesidad. Indudablemente habrán muchos hábitos similares  en la época que nos seguirá.

No todos los legados materiales de la Edad Industrial tomarán a la forma de materias primas. Muchas tecnologías que no podrán ser fabricadas bajo las condiciones des industriales continuarán siendo utilizables, justo como tantas ciudades medievales dependían de agua transportada por acueductos romanos,  que ellas mismas no habrían podido construir. Una Buena parte de esto depende de hasta qué punto y con que rapidez se pierda el conocimiento tecnológico; las localidades que son capaces de mantener algún tipo de generación eléctrica en funcionamiento, por ejemplo. Estarán en posición de reutilizar equipamiento que necesite electricidad para funcionar.  Los motores de combustión interna continuarán siendo viables aquí y allí funcionado con diésel o etanol; en un mundo en desindustrialización, la capacidad  para aprovecharse de estas tecnologías será probablemente una potente Fuente de poder económico y político-y de todo lo que por sí mismo garantice que estás serán usadas.

Del mismo modo  que lo fue la era del industrialismo de la escasez  antes que esta, sin embargo, la era  de la reutilización será auto limitante .Porque la economía que hace esto trabajar también garantiza el agotamiento de los recursos que la hacen posible. Eventualmente no importa cuántas veces son remendadas y reconstruidas. Las ultimas máquinas de los viejos tiempos terminarán dejando de funcionar; no habrá más sobre crecidos centros de almacenamiento ni suburbios abandonados para despojarlos de sus aparatos eléctricos y en su momento-aunque este último puede tomar milenios- incluso las arruinadas ciudades de los antiguos entregarán el último de su metal a lo largo del curso de este largo proceso de agotamiento  las sociedades eco técnicas  del futuro lejano empezarán a tomar forma.  En el post de la semana que viene exploraremos algunos de los temas envueltos en esta última transición.
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Re: POST: John M. Greer –“La Era de las Sociedades Basadas en la Recuperación de Materiales.”

Dario Ruarte
Ahora que gracias a Anselmo leemos (o releemos) las viejas notas del Druida, vemos que SIEMPRE escribe sobre las mismas cosas y va reciclando el mensaje.

Estos trabajos del 2006-2007 los está reciclando en 2014  

Lo interesante -y valioso- del asunto, es que su enfoque y filosofía es muy congruente y homogénea y no la ha cambiado. Además, cada año que pasa resulta más "entendible" para todos.
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Re: POST: John M. Greer –“La Era de las Sociedades Basadas en la Recuperación de Materiales.”

Anselmo
Si, es cierto que los temas del Archidruida se van repitiendo. A mi me da la sensación de que sigue un ciclo anual. Es como si estuviera pintando un cuadro en diferentes capas.

Me pregunto si  esta forma de proceder puede estar relacionada con sus creencias religiosas, de la antigua religión celta.