Traducción de la entrada del blog de Ugo Bardi de 29 de mayo.
Bardi_(29-05-2015).docBardi_(29-05-2015).pdfAl hilo de las declaraciones de las autoridades económicas de India sobre la necesidad de mantener la minería del carbón, Bardi nos invita a un buceo en la historia, mostrándonos la peripecia vital de Claudio Rutilio Namaciano, alto funcionario en las etapas finales del decadente Imperio Romano, degradación que fue incapaz de comprender.
Se atribuye a Mark Twain la siguiente frase “la historia no se repite, pero rima”. A lo mejor podríamos aprender algo de ello.
Aunque hay mucha tela que cortar en esta entrada. Empezando por el primer mundo, nosotros que hemos contribuido tan intensamente a agotar el planeta, ¿cómo podemos erigirnos ahora en guardianes del universo? ¿Cómo podemos nosotros, que somos incapaces de renunciar a nuestras comodidades (derroches), sugerir que el resto del mundo tiene que ser cuidadoso? ¿Cómo podemos defender nuestro nivel de vida a costa de mantener en la miseria al resto? ¿Cómo podemos impedir que la mayor parte de los seres humanos aspiren a lo que nosotros ya tenemos? Como poco, insolidaridad, revestida de hipocresía. En realidad, directamente, ciego ecocidio.
En segundo lugar, y apuntando a la historia de Namaciano, tampoco es tan extraña. Hay numerosos ejemplos. La oleada de desánimo nacional en España tras la crisis de 1898 no fue tanto económica, pues para entonces Cuba, Puerto Rico y Filipinas no creo que fueran fundamentales para el PIB de España, como moral. Lo brutal fue darse cuenta de la realidad, de que España ya no pintaba absolutamente nada en el mundo industrial y comercial dominado por una Inglaterra de capa caída y unos Estados Unidos emergentes, mientras los españolitos seguían pensando que eran la potencia imperial de hacía tres siglos.
El hecho de sesgar la información que se recibe para sólo filtrar los datos que avalan nuestros supuestos previos y desechar los contrarios no es nada nuevo, por eso se aparejó la Empresa de Inglaterra (o Armada Invencible), produjo la “invasión” en bahía Cochinos, por eso Hitler invadió Rusia, por eso se fomentó desde EE.UU. a Al Qaeda o ISIS en sus comienzos. No creo tanto en teorías de conspiración (los gobiernos lo saben todo y nos tienen sedados por nuestro bien; los grandes magnates nos mantienen en la inopia mientras nos sacan hasta el último céntimo) como de simple incompetencia en las elites, tristemente fomentada por la democracia (si un partido político propusiera un duro programa decrecentista y pikoilero, ¿cuántos votos recibiría?).
Saludos.
Cerrado
