Al final, después de meses de negociaciones infructuosas España se vio abocada a unas nuevas elecciones, en noviembre, en las que la dura sentencia para los líderes catalanes que promovieron el referéndum independentista se proyectaba ominosamente. Al final, el Partido Socialista se quedó prácticamente igual, Podemos retrocedió, el Partido Popular recuperó terreno, Ciudadanos se estrelló y Vox culminó su irresistible ascenso hasta la tercera fuerza del país. En este caso, el Partido Socialista sí que quiere pactar con Podemos, pero ahora se quedan más cortos que en abril y necesitan llegar a acuerdos con más partidos, y en particular con los partidos independentistas, si quieren evitar pactar con la derecha.Sr Turiel, por favor repase la hemeroteca.
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Espa%C3%B1a_de_abril_de_2019#ResultadosEn las primeras elecciones, los partidos nacionalistas anunciaron que pactarían con el PSOE siempre que hubiera un pacto de gobierno con UPodemos.
Los números no daban para que PSOE+UPodemos gobernaran sin apoyos, y los apoyos no iban a venir ni del PP ni de Ciudadanos. El equipo negociador de Pedro Sánchez decidió que su estrategia sería forzar un apoyo incondicional de Podemos retrasando la negociación todo lo posible, y cuando ya era de vergüenza que no iniciaran conversaciones, fueron poniendo condiciones que pensaban que en UPodemos no aceptarían, como que Pablo Iglesias no formara parte del gobierno, o entregar carteras de ministros con competencias reducidas, todo lo cual es irrelevante porque no había tiempo para negociar con ERC. En lo que se pensaba era en el "relato" que ayudara a ganar las siguientes elecciones.
Sánchez prefería pactar con Ciudadanos, ya que con ellos tendría una legislatura más estable y que no dependiera de los nacionalistas, pero Rivera se creció con sus buenos resultados y pensó que podría sustituir al PP. Hizo saber por todos los medios que nunca daría un gobierno a Sánchez. Como la opción de gobernar con UPodemos apoyados por los nacionalistas independentistas no le convencía, fue a nuevas elecciones. Las primeras negociaciones fueron pura pantomima.
Las segundas elecciones dieron la sorpresa de una caída de Ciudadanos y el ascenso de Vox. El desgaste de UPodemos era previsible. Rivera le vio las orejas al lobo, se volvió histriónico. En UPodemos trataron de recuperar la última oferta de pacto de las anteriores elecciones, pero los resultados de las municipales habían cambiado la proporción de fuerzas y el PSOE dijo que aquella oferta había caducado. A Sánchez le contaban las encuestas que si iba a terceras elecciones Ciudadanos se derrumbaría y accedería a apoyarle con pocas condiciones, UPodemos también, y que por fin lograría gobernar con mayoría, y ahí que se tiró a por las terceras. Que saliera Rivera a última hora dando su apoyo a la desesperada previendo lo que le esperaba, no hizo cambiar de opinión a Sánchez.
El derrumbe se produjo, cayeron Ciudadanos y UPodemos, pero Ciudadanos cayó tanto que dejó de ser útil. También subió el PP, aunque no tanto como para optar a gobernar. Pero la sorpresa fue la fuerza con la que subió Vox, que ahora es la tercera fuerza. Parece que en el PSOE le tienen más miedo a que gobierne Vox que a pactar con independentistas (una de las razones por la que nunca quisieron pactar con UPodemos, pero no la única) y por eso ahora están de negociaciones con ERC.
Para este viaje nos podíamos haber ahorrado las alforjas.
ML;;NL
No es cierto que ahora el PSOE se vea obligado a pactar con independentistas y en las de Abril no. En las de Abril tampoco salían los números sin los independentistas, porque las únicas alternativas eran gobernar con apoyo de Ciudadanos, que Albert Rivera negó tajantemente, o dejar que el PP tratara de lograr una mayoría, cosa que no iban a permitir en el PSOE. Lo del gran pacto PSOE+PP no lo quieren tocar ni con un palo, digan lo que digan los dinosaurios del PSOE, pues sería la semilla para la desaparición de los socialistas, como se ha demostrado en Europa.
Cerrado
