Se veía venir de lejos que la situación tenía que reventar por algún sitio. No puedes dedicarte a poner pasta en circulación, con una inflación rampante, y luego, en un año, subir los tipos de interés un 4%... la hostia que viene de camino va a ser de dimensiones importantes. No sé si llegará a los niveles épicos de 2008, porque es un tipo de crisis diferente, pero va a ser importante.
Eso sí, lo que no conviene perder de vista es que en 2008 la cosa nos pilló con la despensa llena, y este leñazo nos pilla después de la pandemia, con las cuentas públicas tiritando, y una deuda pública disparada. Aunque la crisis sea menor que entonces, estamos en peor situación para afrontarla.
Panta rei kai oudén ménei