Hola a todos.
Estaba intentando leer el último artículo de Gail, y en él me encuentro con una afirmación con la que disiento completamente: In a sense, the people of the world can expect to become poorer, because the quantity of goods and services that can be made with these resources grows smaller, instead of larger, and each person’s share of the world output becomes smaller. Tengo claro, clarísimo que como ella siempre dice, este mundo es finito, por lo que, por narices (por no decir otra parte del cuerpo) año a año los recursos (y más si hablamos per cápita en la actual situación de crecimiento demográfico) que se pueden extraer van a ser menores, ya sean de tipo energético, mineral o de otro tipo. Es muy posible que las mejoras científicas aumenten las disponibilidades de alimentos (revolución verde), de petróleo (fracking)... o las situaciones puntuales manejando la economía (QE) puedan introducir una cantidad de reservas en el mundo real que de forma "natural" quedarían fuera del mercado; creo que esto tampoco lo dudamos los que por aquí rondamos. Bueno, me centro, mi crítica iba a que lo que tenderá a disminuir "por narices" serán los BIENES, pues estos son finitos, no afectan para nada al apartado de SERVICIOS, pues estos pueden ser infinitos. Si nos ponemos serios, podemos afirmar esto rotundamente, y ésto es lo que se ha venido haciendo a lo largo de este último siglo, traspasando potencial humano del Sector primario (Agrícola y Ganadero), inicialmente al Sector secundario (Industria), y posteriormente al Sector terciario (Servicios).
Regla de oro:
trata a los demás como querrías que te trataran a ti
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Pero Bihor, los servicios descansan sobre una base material. No pueden ser infinitos.
Entiendo que la abundancia de servicios que se ofrecen pueda parecernos infinita, baste ver la ingente cantidad de publicidad que nos bombardea, pero todo tiene su tope. Al fin y al cabo, el publicista tendrá que comer el menú del día o no trabajará y si lo hace un ordenador, en algún lugar habrá un servidor para almacenar la información. Dejo una anécdota simpática del libro Chavs, de Owen Jones: En sus memorias, John Cole, antiguo corresponsal político de la BBC, recuerda haber preguntado a Thatcher cómo funcionaría esa economía «postindustrial» o «de servicios». «Ella citó a un empresario al que había visto la semana anterior, que quería hacerse con la central eléctrica de Battersea y convertirla en lo que ambos conocíamos como “Disneyland”, y que luego aprendimos a llamar parque temático». Al día siguiente contó esta anécdota al agregado económico de la embajada estadounidense. «Me miró con genuina sorpresa, soltó el tenedor con aire pensativo y exclamó: “Pero, caray, John, no podéis ganaros todos la vida abriéndoos la puerta unos a otros”
En proceso de desaprendizaje constante... ¡y subiendo!
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Correcto, parto de la base de que los Bienes son finitos, y que nos vamos a dar de morros contra el límite de esos bienes.
Tan sólo quería hacer notar que, desde mi punto de vista, había un error en la afirmación de Gail, puesto que los servicios pueden ser infinitos; otra cosa será su utilidad o que nos guste lo que de ello se deriva. Los bienes del sector primario están inicialmente para cubrir nuestra necesidad más básica:alimentación (¿que necesita un ser vivo?: comer/cagar/dormir); los del sector secundario están para hacer esa vida lo más cómoda posible: materiales para construir refugios, energía para calentarnos/refrigerarnos/mover bienes, herramientas para que el sector primario sea más productivo, elementos de defensa contra posibles adversidades... Una vez obtenido todo esto, pasamos al sector de Servicios, los cuales se podrían agrupar desde el apartado de muy interesante (educación, sanidad..) hasta el apartado de banal (este saco de basura va en aumento de día en día). En todo ese inmenso trayecto desde lo sumamente útil (y casi indispensable) hasta lo auténticamente superfluo, hay una grandísima variedad de servicios, y hemos dejado pasar una ingente cantidad de servicios que nos harían la vida infinitamente más agradable que el cambiar de par de zapatos cada día (o al menos a mí).
Regla de oro:
trata a los demás como querrías que te trataran a ti
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Tainter, en "El Colapso de las Sociedades Complejas", pone de manifiesto que una de las caraceristicas de este proceso consiste en la perdida de complejidad social.No recuerdo bien , pero esto se manifestaba primordialnente en lo que llamariamos una reduccion espectacular del sector servicios.
Para mi , la forma de verlo con mayor claridad es en el declive de la Roma imperial, hasta terminar convertida en un monton de ruinas entre las que pastaban las vacas y donde tantos oficios relacionados con servicios muy especializados e incluso suntuosos, habian desaparecido por completo. |
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