POST: John M. Greer –“Problemas Irresolubles y Predicciones en lo Referente a la Energía”

Previous Topic Next Topic
 
classic Clásica list Lista threaded En Árbol
5 mensajes Opciones
Responder | En Árbol
Abrir este mensaje con la vista en árbol
|

POST: John M. Greer –“Problemas Irresolubles y Predicciones en lo Referente a la Energía”

Anselmo
13DE SEPTIEMBRE DE 2006


http://thearchdruidreport.blogspot.com.es/2006/09/energy-predicaments-and-prospects.html

El post (vínculo) de la semana pasada  sostenía que  cuatro tendencias principales-producción de energía declinante, quiebra económica, colapso del sistema sanitario, y agitación política- definen el marco en que nuestro futuro va a ir tomando forma.  Yo prometí que en los siguientes posts trataría estos temas con mayor detalle. Empezaremos con el primero de la lista, la crisis de la energía que se está aproximando. Esta semana, yo trataré de delinear el futuro en ciernes de la energía ; la próxima semana  delinearé respuestas especificas a ese futuro que los individuos pueden poner en marcha de inmediato.

De todos los aspectos del problema irresoluble de la sociedad industrial, el cenit de la producción petrolífera mundial será posiblemente la más dramática en el corto y medio plazo. Ahora es cierto, naturalmente, que la abundancia de otros recursos están también agotándose a nivel mundial,  desde el suelo fértil y el agua dulce  a docenas de menos cuantiosos pero económicamente importantes minerales. En los últimos días de un sistema diseñado y construido para perseguir el engaño del crecimiento material infinito en un planeta finito, las interrupciones de suministro son inevitables,   pero ninguna otra materia prima comerciada a nivel global es tan importante para las economías industriales del mundo como el petróleo, o se enfrenta a un tan inminente e irreversible declive.

Así, el fin de la época del petróleo barato promete  un  cambio general en las economías del mundo tan importante  como el que se dio con el advenimiento de la era del combustible fósil hace unos trescientos años. Su impacto puede ser fácilmente sobreestimado. De hecho, verdaderamente, lo ha sido por solo unos pocos escritores del extremo supervivencialista de la comunidad del cenit del petróleo, quienes insisten que el inevitable resultado del declive de la producción de petróleo será el rápido colapso de la civilización mundial en una incontrolable espiral de de violencia, anarquía y muerte masiva. Y en consecuencia, hay demasiada gente que permanece convencida de que la única respuesta posible al cenit del petróleo es la vieja fantasía  de esconderse en una cabaña en los montes y esperar a que las ruinas terminen de desplomarse. Esa idea es tan equivocada como contraproducente. Es ciertamente posible concordante con escenarios del peor caso  posible, que puede resultar concebible que desemboquen en un colapso súbit. Pero estos escenarios van a contra corriente de un una estridente realidad histórica: declives  en el uso del petróleo iguales a los que nos encontraremos en la pendiente descendente del pico de Hubbert han ocurrido muchas veces en la historia reciente.  Sin producir nada parecido a las consecuencias que la teoría supervivencialista predice. En los Estados Unidos , la Segunda Guerra Mundial  vio racionamientos  y agudas reducciones en el consumo de gasolina para su uso en la economía civil, la crisis de la energía de los años 70 contempló declives sostenidos  en el uso del petróleo que se prolongaron por más de una década. A diferencia del futuro al que nos enfrentamos hoy, aquellos periodos de declinante uso de petróleo probaron ser temporales, pero ellos demostraron que los Estados Unidos pueden usar menos petróleo sin colapsar.

Fuera de los Estados Unidos, mucho más drásticas reducciones en suministro de petróleo y en el uso de la energía  ha ocurrido en una buena cantidad y más a menudo. Los resultados han incluido tiempos duros y sufrimiento humano, ¿ pero  colapso de la civilización ? Difícilmente. Dos guerras mundiales, la mayor depresión en la Historia Moderna, y abundancia de menos globales pero no menos severas crisis ,han forzado a los individuos y a las economías  a hacer más con mucho menos por largos periodos. Excepto en unas pocas situaciones excepcionales y de muy corta duración , el orden social ha permanecido intacto  y las economías se han adaptado a condiciones extremas, asignando sectores intensivos en recursos y en energía  para proporcionar comida y otras necesidades  a aquellos que las necesitan.  Esto más que el colapso total social ,imaginado por las fantasías supervivencialistas es lo que viviremos durante las próximas décadas.

Aquí en los Estados Unidos, el fin de la energía barata se hará más complejo por otro factor: una gran fracción de electricidad y calefacción doméstica hoy en día viene del gas natural,  y las reservas naturales de gas natural se están agotando rápidamente. En una década o dos las inevitables interrupciones en el suministro golpearán,  el precio del gas natural mismo lo dejará fuera de estos dos mercados. Algunos autores han declarado que esto conducirá al colapso total a de las redes eléctricas a nivel nacional,  pero esto raramente sucede. A medida que el suministro de electricidad decrece, los precios suben, y la demanda desciende a medida que la gente reduce su uso o son desconectados por  impago de la facturas; los economistas llaman a esto “destrucción de la demanda”. A medida que las interrupciones en el suministro se hagan más severas,   los operadores de las redes y los gobiernos tienen  abundantes opciones a mano, que van desde programas de ahorro obligatorios, pasando `por sistemas de racionamiento hasta a poner a sectores enteros fuera de la red para que la energía que consumen pueda ser ahorrada para otros usos.  Ninguno de estos permitirá a las actuales tasas de uso de energía ser mantenidas, pero todas ellas amortiguaran el descenso a un mundo des industrial.

En lo que respecta a la energía eléctrica, de hecho, el siglo 21 va a ser como ver una película del siglo 20 pero a la inversa. Así como los años 30 del pasado siglo fueron la época de la electrificación rural en los Estados Unidos, cuando la electricidad finalmente hizo su camino a todas las familias del campo en toda la nación, la década de 2010 se convertirá en la época de la des electrificación rural, cuando las parte rural de los Estados Unidos saldrá de la red por bien. Bastante antes del 2050 la electricidad será lo que fue en 1900, una comodidad urbana generada por energía hidroeléctrica, eólica, y centrales térmicas de carbón, y usado en su mayor parte por las clases alta y medias. Para el 2100 casi todo el carbón se habrá agotado y los otros combustible fósiles se estarán desvaneciendo en la memoria, pero el viento y la energía hidraúlica permanecerán y las ciudades probablemente tendrán sus propias redes eléctricas suministrando modestas cantidades de luz y energía a las casa y negocios de la gente bien.

El transporte es una materia más compleja . Una red de transporte del tipo de la que tenemos el día de hoy requiere  no solo combustible y vehículos,  sino una extensa e intensiva infraestructura de autopistas, puentes, gasolineras, camiones cisterna para el transporte de combustible, depósitos de almacenamiento, policía de autopistas, y más , todo ello exigiendo soporte económico regular.   A medida que los costos se incrementen y que los recursos se vayan quedando cortos, es de esperar que esa red vaya desvaneciéndose de forma gradual. Las áreas rurales lejos de las rutas principales  ya están viendo el colapso de su infraestructura a medida que las carreteras no vuelven a ser reparadas   y las gasolineras lejos de las vías principales  van siendo cerradas por sus propietarios.
A medida que este proceso se acelere, los recursos se concentrarán en corredores críticos libres de peaje y en regiones urbanas,  la contracción se prolongará a lo largo de varias décadas hasta que  esta caiga por debajo de un valor crítico y el transporte por camión vuelva a ser viable de nuevo.  

En un nivel más local el coche particular nunca tuvo mucho sentido, excepto como una manera de maximizar el empleo en los factores manufactureros y de construcción de la economía. Los precios crecientes de combustible  convertirán casi toda la geografía humana estadounidense en peor que inútil, a medida que la gente no pueda saltar entre núcleos de venta al pormenor, centros de trabajo y comunidades dormitorio en los suburbios, a muchas millas unos de otros . El “urbanismo en donut “ de los centros urbanos estadounidenses con núcleos urbanos en decadencia  rodeados por prósperos suburbios, ya ha empezado a revertirse en muchas áreas a medida que las familias de clase media se mueven a vecindarios urbanos en proceso de aburguesamiento, mientras las antiguas casas suburbanas se hunden en la pobreza. Excepto esta tendencia a acelerar en las próximas décadas  el proceso de transformación de los suburbios de hoy en barrios bajos , como los que actualmente rodean  a las ciudades del Tercer Mundo de hoy en día, la extensión suburbana extendida por la ahora en proceso de desinflamiento, burbuja inmobiliaria,  las transforma en materias primas para los poblados chabolistas de los que son permanentemente pobres.  Los trenes que requieren una mucho más simple infraestructura y usan mucha menos energía que los camiones para transportar cargamentos, serán viables durante mucho más tiempo. El problema inmediato aquí es que la red ferroviaria estadounidense ha estado sujeta a lo largo de muchas décadas a un abandono casi criminal , y a no ser que se destinen recursos en cantidad significativa para mantener y actualizar este sistema pronto, este no será capaz de proporcionar un una red nacional de transporte viable. Incluso si las vías ferroviarias recibieran la energía de emergencia que precisan, es una cuestión abierta si los ferrocarriles continuarían funcionado en el largo plazo sin combustibles fósiles. Si las vías ferroviarias se desintegran del mismo modo que lo harán las redes de carreteras, las consecuencias económicas y sociales serán inmensas. Careciéndose de un transporte transcontinental barato. Es poco probable que los actuales Estados Unidos sean capaces de mantener la unidad política por mucho tiempo.

La red de transporte de último recurso depende del agua. Las vías navegables EU han sufrido tanta desatención como las ferroviarias, pero pueden ser mantenidas y reconstruidas con un nivel mucho más bajo de tecnología y varios enlaces que son cruciales-sobre todo el canal Erie y la vía marítima de  St. Lawrence, conectando los Grandes Lagos y la Costa Este- permanecen intactos. Si los ferrocarriles fallan, a región económicamente viable de EU se contraerá en más de la mitad, a medida que la zona interior del oeste pierde cualquier manera efectiva de importar o exportar sus propios productos. No obstante, la red de vias fluviales y marítimas une la Costa Atlántica, Los grandes Lagos, el Valle del Misisssipi, extendiéndose al Note hacia el Este de Canadá y al Sur  a la Costa del Golfo de Méjico. La dura topografía de la Costa Oeste  ofrece muchas menos opciones para el transporte marítimo; las divisorias de aguas de Columbia y Sacramento  conectan las regiones agrícolas  en el Lejano Oeste con los puertos costeros, pero una red de canales queda fuera del alcance de la maquinaría moderna y la regional y local desvinculación política de estas regiones con los EU será difícil de prevenir.

El fin de la energía barata así promete transformar completamente la geografía humana de EU  y remodelará completamente los estilos de vida de casi todo aquel que viva en esa región.   La transición a la nueva sociedad des industrial, sin embargo tendrá lugar a lo largo de décadas, no de la noche al día, a medida que gobiernos empresas  e individuos se embarullen para hacer frente  a los menguantes suministros  de combustible fósil. Así  tanto tiempo ha sido desperdiciado y tan poco ha sido hecho para prepararse, que una gran cantidad de sufrimiento y privaciones serán inevitables en este punto. No obstante, se puede hacer mucho, y mucho de esto puede hacerse por individuos y familias trabajando por su propia iniciativa. En las próximas semanas, hablaré sobre algunas de las opciones disponibles.
Responder | En Árbol
Abrir este mensaje con la vista en árbol
|

Re: POST: John M. Greer –“Problemas Irresolubles y Predicciones en lo Referente a la Energía”

Dario Ruarte
Esta percepción de declive y retroceso con el sabor de los finales de ciclo civilizatorio que ya ha vivido la Humanidad es lo que hace tan interesante leer al Archidruida.

Algunos sólo son capaces de imaginar finales abruptos. Sin transición. Del orden al caos en un paso.

Otros, son incapaces de imaginar finales y, prefieren llenar su mente y sus hipótesis de "hadas del bosque" -en general tecnológicas- que les permiten imaginar que no hay cierre ni parada para el crecimiento continuo.

Pero, la más de las veces las civilizaciones han envejecido con este estilo, el que pinta Greer. Como nuestros cuerpos se van llenando de achaques, de dolores, de carencias y avanzan hasta el final a los trompicones y saltos.

Nos resulta casi imposible imaginar que los caminos vayan quedando sin mantenimiento, que los pueblos languidezcan, que la presencia omnisciente del Estado se vaya diluyendo, que la economía formal empiece a desaparecer, que muchas artes técnicas y científicas se vayan olvidando... esa sensación de teatro abandonado donde las polillas van haciendo su lento trabajo de destrucción con los cortinados y las rojas moquetas y las arañas van llenando de telas los rincones no forma parte de nuestra cultura y por ello nos resulta tan difícil siquiera entender el proceso.

Como siempre, les sugiero que lean un buen libro sobre el final del Imperio Romano de Occidente y el inicio de la Alta Edad Media y se sorprenderán de las características del proceso.

Greer lo ha relatado muchas veces también. Roma por los costos en su estructura dejó primero de avanzar y estableció sus murallas... luego estableció los limes para permitir que los legionarios se sostuvieran siendo productores. Los equipos militares cambiaron y, de los caros uniformes de la época próspera, cada vez más se redujo la calidad y materiales de los escudos y armaduras personales.

En algún punto los caminos dejaron de repararse y lo mismo ocurrió con los acueductos y las termas... al final las mismas ciudades empezaron a ser abandonadas.

Pero, como el descenso es catabólico, algo de menor valor ocupa en la percepción el lugar que dejan las cosas más importantes y, mientras las fronteras romanas se hacían porosas a los pueblos bárbaros, los juegos en Roma ocupaban más tiempo y dinero que nunca... desde la óptica del romano nunca hubo tantos oropeles en el circo... aunque en realidad el Imperio estaba desapareciendo.

Del mismo modo, como civilización vamos cambiando viajes a la Luna y aviones Concorde por bonitos iPhones llenos de colorines en las pantallas y nos parece que estamos de puta madre.
Responder | En Árbol
Abrir este mensaje con la vista en árbol
|

Re: POST: John M. Greer –“Problemas Irresolubles y Predicciones en lo Referente a la Energía”

Parroquiano
La Estatua de Piedra

Las circunstancias que provocan el fin del Imperio Romano en modo alguno son azarosas. Previsibles a la luz del tiempo, son los síntomas de una enfermedad que poco a poco va haciendo presa de un cuerpo debilitado. Mientras Roma fue fuerte pudo resistir la acción de las enfermedades que la acosaban, y que se incubaron quizás con su nacimiento; pero el paso del tiempo, “el único verdugo”, firmó el destino de la esplendorosa Roma, porque en último término Roma muere porque debe morir, porque nada es eterno.
          Vistas de un modo concreto, las causas de la caída del Imperio Romano fueron múltiples, unas más preponderantes que otras, unas consecuencias de esas otras. La mas evidente de esas causas es la decadencia de la elite gobernante romana, de su Aristocracia. Quienes fueran en los primeros días de la Republica impulsores del espíritu cívico, fiel expresión moral del ciudadano romano, que impregnaría y fundamentaría los primeros siglos de grandeza latina, mutaron, junto con la grandeza romana, en una crápula social. Con la Oligarquía, y efectivamente en el Imperio, la aristocracia ya no defendería los valores propugnados por la Republica; Catón, Cincinnato, Scévola, o Tarquino, quien hizo ajusticiar a sus propios hijos por conspirar contra la Republica, ya no son ejemplo para los Tiberios, Catilinas, Caligulas y Cómodos, que devendrán en rapaces y carroñeros, sin ninguna de las virtudes de sus mayores, pero con todos sus defectos.
Si los romanos fueron grandes conquistadores, es porque en su estrategia militar volcaron una de sus mayores virtudes… el orden. Hasta en los castigos el romano era impulsado por ese orden; cuando una legión se sublevaba o retrocedía, se la diezmaba o quinteaba, se ejecutaba a uno de cada diez o cinco hombres, ni uno mas ni uno menos, no había lugar en el ejercito para la venganza, como en el servicio publico no había lugar para los intereses privados. Entendía el romano que la justicia era, en último termino, el justo equilibrio entre lo que cada ciudadano debía entregar a Roma, y lo que Roma debía entregar a cada ciudadano; cuando ese equilibrio fue roto los soldados no fueron uno en el campo de batalla, ni los ciudadanos romanos velaron ya por la grandeza de Roma, tanto como por sus propios intereses.
 Los romanos, sobre todos los romanos con dinero y fortuna, eran amantes de los placeres de esta vida, pero claros en el hecho que el disfrute de esos placeres no era gratuito, y así pagaban su tributo de tiempo, preocupación e interés en los asuntos públicos, en la Judicatura, el Foro o la Curia; los aristócratas romanos de los primeros tiempos entendían que para disfrutar de la grandeza de Roma era necesario mantenerla; fueron sus abuelos y padres quienes conquistaron, palmo a palmo, todo el territorio en donde ahora reinaba la pax romana. Mas, con el advenimiento del Imperio, los defectos del romano poco a poco se impusieron por sobre sus virtudes; las nuevas generaciones de aristócratas romanos, que no habían conocido el esfuerzo de sus mayores, entraron a la escena publica con un único interés…el propio. El poder, que significó en principio una obligación y deber para con el Estado, se convirtió en la forma más expedita de ganar dinero y favores sin esfuerzo. Pero ¿quien los podía culpar? Si todo estaba conquistado ¡ahora era el momento de disfrutarlo! ¿No encontraban acaso en cada esquina de Roma, placeres, deleites y vicios venidos de todos los confines del mundo?, ¿para que estaban ahí si no era para dejarse embriagar por ellos? Al trabajo siguió el goce, y al goce el hedonismo; de esta manera las virtudes fueron desapareciendo del ciudadano romano. En definitiva, fue la molicie del romano la que provocó el nacimiento del Imperio; porque lo que Augusto hizo fue simplemente tomar en sus manos lo que ya nadie quería tener en las suyas…el aparato publico del Imperio, que para los ciudadanos honrados se había transformado en una carga.
 En la misma medida en que el romano se desentendía de los negocios públicos, la economía romana fue cayendo en una espiral de declinación. La agricultura romana, que había sido clave en su grandeza, estaba ahora en bancarrota; los antiguos agricultores, agobiados por los impuestos, preferían dejar sus campos y marchar a Roma donde el tirano de turno entregaba gratis pan y circo; así los campos, antes fértiles, se convirtieron en cueva de ladrones. Los esclavos, que no tenían ninguna obligación de labrar la tierra con eficiencia pues no ganaban nada, paradójicamente tornaron de fuerza de trabajo a una masa inerte que consumía gran parte de los propios productos que las pocas tierras cultivables rendían. Los grandes latifundios que se formaron, merced a que los pequeños agricultores libres entregaban sus campos a los grandes poseedores de tierras, hicieron de estas vastas extensiones de heredades estériles, toda vez que sus dueños se divertían en Roma mientras que sus administradores, libertos sin lealtad a Roma, apenas si hacían producir las tierras de las que estaban a cargo. El romano con fortuna, que durante los tiempos de la Republica rendía culto al ocio, “Ostium”, entendida originalmente como “la forma de vivir noblemente”, no tardó mucho tiempo en hacer que este culto degenerara en abierta antipatía por las responsabilidades, el trabajo y las armas.
La despoblación surgida producto del abandono de las tierras que causa la crisis agrícola, y el hacinamiento de las muchedumbres en Roma donde debían ser alimentadas gratuitamente, fue el comienzo de las consecuencias económicas visibles de esta decadencia. A ella siguieron, lógicamente, los dispendios del erario público; cuando muchos de los hombres ricos acababan sus fortunas se hacían cargo de los intereses públicos, como una forma de restituirlas rápidamente. Así se fue construyendo una de las más de las odiosas instituciones de la  Roma Imperial…el impuesto. Oro para pagar la complacencia y comodidad aristocrática, oro para pagar los mercenarios que cuidaban las fronteras del Imperio, y, en último termino, oro para pagar a los funcionarios que recaudaban el oro. Fue este el círculo vicioso el que terminó por convertir a Roma en una gigantesca ventosa que succionó, inclemente, las últimas energías del Estado Romano, las riquezas producto del legítimo trabajo y esfuerzo. Roma era un cuerpo exánime que habia perdido su vitalidad; imposible de curar, el oro se transformará en la morfina que aplaca los dolores de la agonía mientras espera su muerte. Faltan ciudadanos en el Foro, soldados en el ejército y campesinos en el campo; y si faltan es por el temor a procrear familias numerosas, reflejo cruel del miedo a los impuestos, y cargas, con que los habitantes del Imperio estaban gravados
 Aun mas, advertidos de estos problemas los romanos, creyeron siempre, y pregonaron, que se trataba de una crisis momentánea, algo pasajero que se podía revertir fácilmente. Si a Roma le había sido entregado el mundo, y con él un destino de grandeza, entonces necesariamente Roma evolucionaba hacia un estado mejor, hacia una nueva edad de oro. Ninguna otra vida era concebible fuera de la forma romana de vida, siendo así el optimismo política oficial de gobierno. De esta manera, y fiel a su falta de imaginación, el funcionario romano vio siempre en reglamentos y decretos, en instrucciones y reorganizaciones tanto administrativas como militares, la única formula para salvar los problemas que aquejaban a la Administración y al Estado; no podía  ver que no eran las medidas las que fallaban, sino los principios en que estas se fundaban.
La misma religión romana contribuyó a acelerar este fenómeno. La religión oficial era solo una excusa para las fiestas que ella misma instituía. Nada hubo que hacer, esa religión hundía sus raíces en un politeísmo prestado de una civilización ya muerta, no tenia ni fe ni moral. Las mismas filosofías que intentaron mal cubrir ese vacío en Grecia, sucumbieron, asimismo, en Roma. Aun así, ni el neoplatonismo ni el estoicismo hubiesen dado una fe comparable a la fe cristiana, pues el principio espiritual romano era pobre a la vez que débil. Así como la estructura organizacional de la ciudad se perdió en la medida en que esta se convirtió en un Imperio, así el estrecho sistema espiritual de la Roma provinciana le hizo bien a Roma cuando esta también era estrecha. Sin embargo, para un Imperio universal era necesario una moral universal, la que solo estaría dada por el cristianismo
Así las cosas, el Imperio se disgregó en todos los ámbitos, social, cultural, económico; pero de fondo, la gran causa de la decadencia romana fue su decadencia moral; la esclavitud, la arbitrariedad de los detentadores del poder, los fiscalizadores y el aparato estatal de recaudación de impuestos que era una maquina pulverizadora para el trabajo honesto. La corrupción generalizada, el libertinaje de las clases dominantes, cuyos vicios terminaron también por reflejarse en los habitantes de clases bajas; el terror al trabajo y las responsabilidades, el individualismo y, en último termino, una falta de humanidad que no se condijo con los sufrimientos que padecía gran parte de la población, propiciados para que unos pocos siguieran conservando privilegios que ya el estado romano no podía costear, terminó por disolver el Imperio Romano. Fue en medio de esta tensión vital que el romano, pobre y olvidado por todos, a excepción del recaudador de impuestos, abre su corazón al cristianismo y entrega sus tierras a los bárbaros. Roma necesita una nueva moral y una nueva sangre, es por ello que el romano cede, sin luchar, el despojo de su civilizacion a estas nuevas influencias. En último término, Roma se descree tanto de si misma, como para ayudar a su propia muerte.

Ahora tiro yo , porque me toca. (El Indio Solari)
Responder | En Árbol
Abrir este mensaje con la vista en árbol
|

Re: POST: John M. Greer –“Problemas Irresolubles y Predicciones en lo Referente a la Energía”

juliano
En respuesta a este mensaje publicado por Anselmo
 Saludos
 No es necesario irnos a Roma para entrever cual es el camino al desplome, en el próximo futuro iremos viendo circunstancias  y realidades  como las expone Fernando Ferfal  Aguirre, ciudadano Argentino naturalizado  Norteamericano ,está mucho mas cercano a nosotros que los emperadores Ilirios o la tetrarquía.

http://www.themodernsurvivalist.com/archives/3760.

Salud y Felicidad.
Responder | En Árbol
Abrir este mensaje con la vista en árbol
|

Re: POST: John M. Greer –“Problemas Irresolubles y Predicciones en lo Referente a la Energía”

Bihor
En respuesta a este mensaje publicado por Parroquiano
He aquí el auténtico problema irresolube y el origen de todo mal.

Parroquiano escribió
... pero de fondo, la gran causa de la decadencia romana fue su decadencia moral; la esclavitud, la arbitrariedad de los detentadores del poder, los fiscalizadores y el aparato estatal de recaudación de impuestos que era una maquina pulverizadora para el trabajo honesto. La corrupción generalizada, el libertinaje de las clases dominantes, cuyos vicios terminaron también por reflejarse en los habitantes de clases bajas; el terror al trabajo y las responsabilidades, el individualismo y, en último termino, una falta de humanidad que no se condijo con los sufrimientos que padecía gran parte de la población, propiciados para que unos pocos siguieran conservando privilegios que ya el estado romano no podía costear, terminó por disolver el Imperio Romano.
Personalmente creo que podremos tener todo lo que queramos, ser los mejores en nuestros campos de trabajo, tener el mayor coeficiente intelectual, pero, como queda reflejado en la mayoría de las religiones "Si no tengo amor, no soy nada.", caeremos una y mil veces tropezando con la misma piedra, desde el mismísimo origen de la civilización.

Un saludo a todos
Regla de oro: trata a los demás como querrías que te trataran a ti