Perdón a todos por mi ausencia de respuestas a los comentarios que se han ido sumando, pero he estado muy ocupado en otros asuntos. En todos los casos, muchas gracias de nuevo por los aportes. Voy a intentar contestar a todos juntos, en base a este comentario de Christian, con quien me identifico en la visión general del asunto… bastante pesimista por cierto, aunque quienes me conocen de hace años, saben que no he dejado de hacer propuestas e intentar divulgar lo que pensamos los “picoleros”… con aciertos y desaciertos, pero con honestas intenciones.
Christian escribió
Hola Demián
Les cuento que yo también caí en la tentación de explicar lo de 2001 por el pico del 98... Nunca encontré los datos que lo probarían o refutarían, pero no parece que haya sido tan relevante (...)
Christian... no vas a encontrar datos que prueben o refuten otras causas para explicar la crisis del 2001. A mi juicio y modesto entender, pasa por comprender la dinámica general de las sociedades humanas en relación a la interdependencia y limitaciones físicas que nos impone la naturaleza y el universo. En general no se ve más allá de los eventos, las decisiones y actores del momento, y es lo que hace que sea tan difícil de explicar y entender el fenómeno de la crisis energética en la que ya estamos inmersos desde hace décadas. Antonio Turiel ya ha hablado claramente de estos temas en su Blog.
Vuelvo a decir que reconozco haber sido exagerado y simplista al relacionar tan directamente una crisis (peakoil 2008) con otra (crisis 2001). Pero sigo convencido que el trasfondo es energético... y si bien en el caso de Argentina tiene su impronta, no deja de estar relacionada con la crisis energética global, como detallaré más adelante. Personalmente trato de abstraerme de lo que nos ha quedado grabado a fuego como causales de la crisis del 2001 y el famoso “corralito argentino”... entre ellas la paridad peso-dólar. Yo las veo como medidas económicas (acertadas o no, bien manejadas o no) que se tomaron ya en un contexto enrarecido y no habitual para los parámetros económicos, políticos, sociales y culturales imperantes. Considero que la mayoría de las medidas económicas y políticas que se vienen tomando en todo el mundo desde los 70 en adelante, son incoherentes con la nueva realidad. Realidad que no se quiere ver, ni aceptar, ni entender en profundidad. Realidad de Rendimientos Decrecientes. Realidad que no deja muchas opciones salvo el cortoplacismo, la improvisación, el rapiñaje, el sálvese quien pueda y como pueda, la corrupción, el engaño permanente, etc. Una realidad que nos hace caer en interminables contradicciones. Contradicciones que nos llevan a reclamar de nuestros gobernantes acciones que no estamos dispuestos a poner en práctica los ciudadanos en nuestras propias vidas. Pretendemos que el Estado no se endeude, que sea austero, que no sea corrupto, etc., pero a la vez que haga obras, nos aumente el bienestar y la calidad de vida en general, etc. sometidos ambas partes a situaciones que obligan a justificar los fines por medios harto cuestionables, corrompiéndose las bases estructurales del sistema en general. Y ello sumado a que ninguno nos queremos “bajar del caballo… o mejor dicho del automóvil”. La mayoría sabemos que hay que cuidar el Medio Ambiente: no hay que contaminar, no hay que derrochar, que hay que consumir menos, etc. pero cada uno en el día a día somos cómplices de seguir pateando la pelota para adelante. Predicamos una cosa pero hacemos otra. Y los gobiernos son fiel reflejo de esta situación. Y considero que la causa profunda de esta situación es puramente energética. Es la energía la que hace posible generar fuerzas y movimientos subyacentes a cada acto y toma de decisiones. Y cuando empieza a faltar ésta, automáticamente empezamos a necesitar suplir la faltante de alguna manera… o con más carga sobre nuestros lomos o sacándola de otro lado o achicándonos a la fuerza. Es la situación de “la frazada más corta y más angosta” que hay que compartir entre cada vez más. E indefectiblemente esta situación conlleva tensiones en toda la Estructura del Sistema, que en términos generales hacen que por algún motivo, históricamente se caiga en las “mismas estúpidas recetas de siempre”. Obviamente que se pueden variar los rumbos del destino hasta cierto punto y que ello depende de la educación, cultura, voluntad, integridad, empatía, cooperativismo y un largo etc. de valores. Pero la regla general es que la historia se repite y volvemos a caer en las mismas trampas. Ante ciertos estímulos, parece que no se pueden esperar efectos y resultados muy diferentes.
Tal vez habrán observado que tanto Luis como Darío también mencionaron como causas de la crisis del 2001 a “la caída en las ganancias de las empresas y a problemas de caja de estas”. ¿Pero hasta qué punto o en qué porcentaje esta situación es culpa de las malas políticas y no de las dificultades que se crean por la energía neta menguante y que no permite el funcionamiento lubricado de todo el entramado económico, político y social?
Estuvimos con mi familia un par de días en Chile y en línea con lo que dije más arriba, me resulta llamativo que el gobierno de Bachelet, ícono de buen gobierno en su primer gestión pocos años atrás y para una gran mayoría (los argentinos la observábamos con envidia), hoy es denostado por su inoperancia, corrupción y causante de muchos de los problemas que nuestro vecino país está empezando a vivir. Yo ya hace unos 2 o 3 años que veo los primeros síntomas de resquebrajaduras. Y para muestra basta un botón… la hostería donde nos alojamos en la ciudad de Temuco, hace 2 años que ha empezado a recortar su calefacción. En este viaje, si bien es una época de calor pero con noches frescas, ya no tenía calefacción pero sí unas cuantas mantas más en cada cama. No pasamos frío, pero ya no son las habitaciones climatizadas todo el año, en las que sin importar la época, con una sábana y cubrecamas se estaba sobrado de abrigo. Otro ejemplo trivial… en Argentina hay problemas de escases de tampones, ¿qué encontramos en Chile?... un cartel en un supermercado que manifestaba al público femenino…”Hay tampones”. En fin… se pueden observar varios detalles e indicios por el estilo, pero obviamente, para mayor parte de la ciudadanía la culpa es del gobierno inoperante y corrupto… pero a nadie se le ocurre pensar que pueden ser los rendimientos decrecientes y la menguante energía neta disponible per capita, que afecta los cimientos de nuestro complejo, frágil y adicto sistema.
Brevemente hago el siguiente análisis histórico y paralelismo cronológico, que considero es la causa primigenia de todas estas manifestaciones locales y que se van declarando “por barrios”… cada una con su impronta.
El primer peakoil lo tuvo EEUU en 1970… nada más ni nada menos que la potencia mundial, que succiona el 25% de la energía. En 1971 este mismo país rompe el pacto de Breton Woods, desconectando las monedas del oro físico como limitante y equilibrante de la masa monetaria respaldada en riquezas reales y tangibles, y así disponer la libertad de “crear riqueza de la nada” para tapar los crecientes agujeros. En 1973 se produce la primera crisis petrolera (en EEUU) que lleva a modificar –por informe de la CIA- su política externa y geoestrategias en todo el globo, con el fin de asegurarse la savia vital que les permita sostener el “sueño americano que Dios les asignó como derecho a los ciudadanos estadounidenses”. Quiero decir, que este evento acecido en 1 país, tuvo repercusiones históricas en todo el mundo (en unos más que en otros –países petroleros especialmente- pero en general, en todo el mundo). En un mundo de rendimientos decrecientes y energía disponible per capita en caída, obligó a empezar a pedirle prestado al futuro… deudas, impresión de billetes a destajo (sin el oro como referencia), dinero fíat, bonos, futuros, especulaciones, casino financiero, etc. Esto comenzó en los 80-90, en simultáneo con el boom tecnológico, que permitió “hacer más eficientes” y efectivos los procesos industriales y globales, con lo cual “los peces grandes comenzaron a comerse a los peces chicos”. Surgen las multinacionales y las megafusiones de empresas, que por economía de escala logran sobrevivir a los márgenes de ganancia en caída. Ello es a costa de cambiar mano de obra humana por la robotización y automatización de procesos. Pero esa creciente masa de desocupados y subocupados hay que reubicarlos… ¿Dónde van a parar? A aumentar las filas de empleados estatales y de subsidiados, que obviamente pagamos con el esfuerzo de los que todavía producen algo, vía impuestos, tasas y retenciones que frenan más aun las economías. Y llegamos al punto en que “el perro se muerde la cola” porque si se estimulan las economías se requiere de más energía… energía que empieza a escasear de forma creciente. Así que para no hacerlo largo… además de las corrupciones que siempre están y han estado (en las crisis se notan más), los gobiernos se abocan a ver cómo “atajar bandadas de moscas…”, a sostener lo insostenible, a inventar obras para sostener economías artificialmente, etc.
Me gustaría ver que van a hacer los países cultos y desarrollados del primer mundo, cuando no puedan aspirar la riqueza de los brutos del tercer mundo y los emergentes. Me temo que no va a ser muy diferente a lo que países bananeros como los nuestros venimos viviendo desde hace décadas. De hecho la historia está llena de atrocidades cometidas por quienes se supone que nunca habrían cometido tales barbaridades. Pero como se dice por ahí… “la Edad de Piedra está a la vuelta de la esquina”. Solo falta que las condiciones se vuelvan ásperas para ver lo que aflora de cada uno de nosotros… tanto bueno como malo.
Espero haber dejado más clara mi visión del asunto. Y reconozco que en mi análisis termino simplificando mucho y dando por sentado que todos tienen que entender mi “obvio” punto de vista, cosa que en realidad está lejos de mi intensión, salvo promover un sano debate (¡aunque me van a tener que demostrar lo contrario, jejeje!).
Por último, quiero aclarar también, que a pesar de mi pesimismo, no pienso que no hayan alternativas y formas de hacer las cosas mejor y en beneficio de todos. Pero para ello es importante entender bien qué pasa y porqué, y además tener la voluntad de trabajar con ello y en ello, despojados de todo interés particular, egoísta y puramente materialista. Y sin una masa crítica ciudadana que lo tenga claro y marque el rumbo en otra dirección, es muy difícil, salvo que por la fuerza de los Estados se impongan. Pero soy pesimista porque no lo veo… ni en los gobiernos de turno ni en las oposiciones, ni en Argentina ni en el mundo. Apenas parches marketineros y simpáticos que distraen de lo gordo del asunto, mientras la cruda realidad avanza con su paso arrollador, ante la vista de unos pocos espectadores.
Un abrazo a todos.
Cerrado
