Ruben DK escribió
Al leerlo me dió una sensación de irrealidad, aunque puede ser perfectamente posible o algo peor. [...]
Según el relato iba avanzando, cuantos se ponian en la situación de los más afectados (o fallecidos)?
A mí lo que me dio es miedo.
Me veo medio capaz de aguantar un periodo de guerra civil escondido en las montañas. También de aguantar periodos de escasez y revuelta social a base de prepararme antes con reservas y un huerto de guerrilla, de nuevo en las montañas.
Pero no me veo capaz de no congelarme si las temperaturas bajan demasiado, o si unos vientos de 400 km/h se llevan por delante TODO (salvo a mí escondido en una cueva), o si la sequía se instala para no marcharse.
Y todo esto sin contar con familiares mayores e hijos.
Hacia el 2000 o así vi un documental que si no recuerdo mal se llamaba La Teoría de Venus, en la que contaban lo de los clatratos, ese metano cristalizado en el fondo de los océanos. Decían que quizás, si subía lo suficiente la temperatura del agua, enormes cantidades de metano podrían subir a la atmósfera e incrementar el efecto invernadero de forma radical, hasta llegar a un punto de no retorno, en el que las excesivas temperaturas impedirían la absorción de metano y CO2 en los océanos y la formación de casquetes polares. Con tantos mecanismos a favor del calentamiento y tan pocos en contra el planeta quedaría condenado a ser un horno. Literalmente, como Venus.
Eso de que la vida siempre encuentra un camino es mentira. Tenemos ejemplos en nuestro sistema solar. Porque a mí no me consuela la posible existencia de bacterias o líquenes en Marte. Eso, para mí, no es vida (no la mía).
Cerrado
