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Nuevo post colaboración en el blog de AMT:
http://crashoil.blogspot.com/2015/10/en-el-coche-de-papa.html Ficción distópica con final abierto. Todos a jugar a "La granja de la iaia" (buen título para una novela o cuento largo)! Por lo menos los que la tengan. Saludos |
Detrás de "Carlos Vergara" se esconde el poeta maldito del foro..
El espeleólogo de las palabras... carlos_EM_VLC Un cuentazo para iniciarse en el futurismo postcarbón... |
En respuesta a este mensaje publicado por Mr Mindundi
Gracias Mister por abrir el hilo, mi pudor me lo impedía, el mismo pudor que me hizo tan dificil publicar la primera parte que ahora ya leeis completa.
El final es un final... todo lo bucólico y positivo que he sabido o podido pero lo cierto es que esta historia se me ha "desparramao" por encima de la mesa y, como bién sabeis, han ido derivando en otras más intensas y más dificiles aún de digerir. Hay escritos otros finales mucho más anodinos y sin granja pero ya sabeis, esos en realidad estamos hartos de vivirlos todos los días. Supongo que en la valentía de rendirse ante todo lo que nos dijeron que era triunfar reside el coraje y para colmo en sus dos acepciones. Un saludo y gracias por haberme leido.
Preparándose para lo inevitado.
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Eres un amigo Carlitos !!... cada vez que leo tus historias me queda la sensación de que estuve tragando arena...
Y eso que no mandaste el del anillo de colección que cambiaba por la droga de la esposa... que ese SI te deja de cama ! Eres un GRAN escritor. Queda dicho. |
En respuesta a este mensaje publicado por carlos_EM_VLC.
Muy bueno Carlos,
vas a tener que publicar los relatos!
Querido lector, si caíste por casualidad en este foro ya es demasiado tarde. No te molestes en entender el pico del petróleo, a partir de ahora podrás grabar con tu móvil secuencias terriblemente bellas de la Tercera Guerra Mundial. Sonríe!
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Me uno a las alabanzas, Carlos.
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En respuesta a este mensaje publicado por Mr Mindundi
Perfectamente reconocible su estilo. Fabuloso con las letras al igual que con las ideas.
Con respecto al relato, he de decir que el protagonista de la historia tuvo suerte, pasó por el crash que le hizo volver a vivir. "Subes al coche y te quedas en silencio un momento, esperando algo, un ruido, un grito... el crash." ¿cuántos más continuarían trabajando en esa nave de la empresa internacional día tras día, alimentando el fuego del dragón de la economía? ¿cuántos continuarían sin la posibilidad de escuchar ese crash que les hiciese reaccionar como el protagonista de la historia? Colapsar no es malo, no es importante cuántas veces hayamos de caer, lo importante es que seamos capaces de volver a levantarnos, aunque lo que consigamos sea un nuevo puñetazo que nos vuelva a tumbar. Mientras seamos capaces de levantarnos y no caigamos en la desesperación, la vida seguirá. Un saludo a todos y que el crash nos encuentre completamente preparados, al menos psicológicamente.
Regla de oro:
trata a los demás como querrías que te trataran a ti
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En respuesta a este mensaje publicado por demián
¡Pero metedme caña!, que sinó me lo creeré. Gracias, lo cierto es que esta historia está suavemente posada en mi entorno real mientras lo escribía estaba realmente en pánico, frio y atónito por lo que yo mismo tecleaba, los personajes, las situaciones, los lugares, lástima que no así esa fabulosa catarsis, para colmo en bloque y en familia ¿que bonito y que fácil no? Ojalá.
Por aquí hablamos hace un tiempo de la catarsis, los personajes de las historias que estoy escribiendo las sufren, se enfrentan a su colapso y lejos de culpabilizarse "arrancan por soleares" y deciden por si mismos con todas las consecuencias, por desgracia no sabremos (¿nunca?) si les fué bien o mal. Un saludo y gracias por los halagos pero soy burro viejo y funciono mejor con vara fina de castaño.
Preparándose para lo inevitado.
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La verdad es que estaba en el Metro de Madrid leyendo el relato. Era tarde-noche y la gente iba a sus casas cada uno mirando la pantalla de su cachivache electrónico.
Completamente en su mundo. El que decías, el que no tiene nada que ver con la realidad. Una gran parte jugando al famoso juego de colocar diamantes ( balones, figuritas...) en filas y grupos. Otro con su libro electrónico... Suben un montón de estudiantes, llenos de energía y ilusiones... Un tipo gordo,peludo y barbudo hablando con una chica con ilusión que alguien se ha metido a trabajar para Defensa y gana un pastizal, otros besándose, escuchando música y charlando... Cuando veo un tipo delante mía, joven, fuerte, delgado mas bien fibroso, con figura de escalador. Esta un largo rato con no saber que decir. Lo de los sentimientos, lo de que tiene que hacer o decir algo, pero le cuesta muchísimo. Lo de “debo hacerlo, porque no me queda otra”, combatiendo con “ Dios mio, yo no debería de estar aquí”... Al final el hombre al no ver otra solución empieza de hablar.. “Hola!... Soy TalyTal de TalSitio... Estoy casado y tengo una hija y un hijo... Con mi mujer no encontramos trabajo, Caritas nos da comida y ( no me acuerdo quien ) de momento nos pagan las facturas del gas, pero no hemos podido pagar la vivienda y nos queda todavía por pagar 200€, nos queda poco tiempo...si nos podéis ayudar...” Mas o menos esto... La gente alrededor sigue en su mundo, protegidos por la luz brillante de su pantalla y su escusa para no levantar la mirada. Casi se me saltan las lagrimas y el tipo me da un fuerte apretón de manos, por lo visto siente un tipo de alivio que alaguen le ve... o quizás algo de esperanza. He visto gente contando películas en el metro para conseguir un chute o unas litronas... Pero hay otros que te parten el corazón En fin... Hay muchísima gente atrapada en “La crisis que nunca acabara”.... Uno de los tipos que respeto mucho dijo “ Da mientras puedas” y “ Lo que das es lo que tienes”... Y escondernos detrás de la pantalla brillante, en nuestro pequeño mundo, en “ a mi no me puede pasar”... no solucionara nada. Negar lo que esta sucediendo no ayudara nada. Y las sistemas de defensa personal que separa la multitud de la realidad no ayuda nada... Las respuestas “Hoy es Lunes ( o viernes ) no me cuentes estas cosas.” “tío no me cuentas esto por la mañana ( tarde)”... no llevan a ningún sitio, pero son defensas potentes y ayudan por el camino hacia el precipicio. |
En respuesta a este mensaje publicado por Mr Mindundi
Es genial el relato, como volver a poner los pies en la tierra.
Sin embargo, me encantaría escuchar la segunda parte ya que es un placer leerte ¿cómo les irá en la granja de al abuela? |
Para sumar, ya que estamos con escritores del Foro...
Hay un cuento de Javier Pérez sobre una mudanza (cosa que muchos seguramene tendremos que hacer en un mundo post urbano), y quizás es la del personaje del cuento de Carlos... aunque me parece que se trata de otro... ----------------- CARIDAD Cuando se ha vivido casi treinta años en la misma casa, poco hay más desolador que una mudanza, y no sólo por las paredes que quedan desnudas, como acusaciones de abandono de un espacio que reclamamos un día y reclama ahora a su vez nuestra protección, o por las pequeñas huellas de nuestra vida, y hasta los viejos olores, tan familiares, vencidos poco a poco, infatigablemente, por el eco y la humedad. Lo peor de todo es desprenderse de todos esos pequeños objetos que hemos querido olvidar por falta de valor para arrojarlos a la basura: los billetes de avión de nuestros mejores viajes, un mechón de cabello de una antigua novia, nuestras primeras botas de fútbol o una desportillada amalgama de tebeos estropajosos que nosotros nunca volveremos a mirar y nuestros hijos esquivan con repugnancia. Decía Chesterton que tres mudanzas equivalen a un incendio, pero yo creo que las mudanzas son mucho peores, porque el incendio se lleva lo que quiere, mientras que cuando te vas de una casa eres tú el que debe acopiar firmeza para desprenderte voluntariamente de todas esas cosas. En ese indeseable Juicio Final de los recuerdos que constituye toda mudanza, a veces florece también alguna satisfacción en forma de agenda con el teléfono de alguien con quien habíamos perdido contacto, o un fajo de fotos de los tiempos en que no regalaban álbumes con los revelados ni se guardaban cinco mil imágenes en un círculo de plástico. En mi caso ni ese consuelo tuve, porque las viejas agendas estaban llenas de nombres emigrados, de amigos muertos en accidentes estúpidos o de malentendidos incomprensibles, arrumbados para siempre en el limbo de las extrañezas. Las fotos eran sólo una versión más viva y dolorosa de lo mismo. Sólo una de ellas me hizo sonreír, pero tan poca cosa bastó para redimir aquella tarde aciaga de patético emperador romano decidiendo con el pulgar sobre la vida o muerte de los objetos que habían lidiado en el circo de mi vida. Se trataba de una foto en blanco y negro, de cuando yo tenía doce o trece años y jugaba en el equipo del fútbol del colegio. Acababa de marcar un gol y me abrazaba Felipe, el capitán del equipo. Eso es lo que tienen las fotos cuando se separan de las personas a las que representan: que se prestan a mentir mejor que mil palabras. Por eso siempre me digo que esas instantáneas antiguas en las que aparecen familias enteras endomingadas mirando a la cámara con los ojos muy abiertos pueden haberse sacado diez minutos antes de una separación definitiva, o puede ser que uno de los niños que aparecen en ella sea en realidad el hijo del fotógrafo que sustituye para el libro de familia a un niño enfermo, o incluso a uno inexistente. Las fotos no cuentan historias: somos nosotros los que las contamos, y cuando ya no estamos para hacerlo es mejor que las fotografías ardan o desaparezcan, no sea que surja el desaprensivo que invente sobre nosotros lo que nunca imaginamos. O peor aún, lo que no imaginaron los demás y nunca quisimos que se supiera. En esta que encontré, como decía, aparecía vestido de futbolista y abrazado con Felipe. Si alguien la hubiese encontrado después de morir yo, de viejo o en el naufragio de un submarino, por ejemplo, hubiese pensado que había marcado un gol y que Felipe y yo éramos amigos. Pues no. Y como no me he muerto, lo cuento. Felipe era un perfecto hijo de puta que se burlaba de todos con bromas crueles y aprovechaba su corpulencia para repartir patadas y manotazos a cualquiera que discutiese su autoridad. Normalmente me consideraba una de sus víctimas favoritas, pero en aquel momento estaba contento porque yo acababa de meter un gol y me abrazaba. Más adelante, pocos meses después, tuve un encuentro serio con él por una broma que se pasó de la raya y de aquello resultó la nariz torcida que he lucido toda mi vida. Con Felipe no quedaba más remedio que aguantar las humillaciones o aguantar los golpes: la elección era sencilla. Recuerdo que cuando acabé el instituto para ir a la universidad, lo primero que pensé fue que no tendría que volver a verle, y me alegré más por eso que por la reválida recién aprobada. Por suerte, así fue. Yo me marché a estudiar fuera y él empezó a trabajar mientras preparaba unas oposiciones que no exigían más titulación que el bachillerato. Ceo que quería ser policía, guardia civil o algo así, y todos los que lo conocíamos nos aterrorizábamos pensando lo que podía ser encontrárselo un día vestido de uniforme y con un arma al cinto. Un compañero común me dijo tiempo después que se había enfadado mucho porque le habían suspendido en la prueba psicotécnica y a mí me hizo gracia el asunto: era normal que a un energúmeno como aquel le encontrasen alguna pieza desquiciada si lo miraban un poco de cerca. En diez o doce años no volví a saber nada más de él. La memoria tiene la virtud de borrar las heridas, los dolores y los miserables. Luego supe que se metió en líos, no sé bien si de drogas, proxenetismo o de otro tipo, pero el caso es que hirió de gravedad a un hombre y pasó una temporada en la cárcel. No fue mucho tiempo, seis o siete meses, creo, pero cuando salió de prisión ya no era el mismo. Allí seguramente había aprendido que no era único, y que su viejo procedimiento para hacer vida social podía costar muy caro según con quien se tratara. Lo aprendió tarde, pero estoy seguro de que lo aprendió. Después de salir de prisión tuvo dos o tres trabajos, todos en la construcción, pero como bebía más de la cuenta no tardaban en despedirlo. De ahí a quedarse en la calle mediaron solo unos cuantos años, los justos para que sus malos negocios y un par de traiciones de antiguos compinches le demostraran que estaba ya demasiado viejo para aquella clase de trapicheos. Hace tres o cuatro años lo vi aquí en Madrid, en el metro de Tirso de Molina, tratando de protegerse de la lluvia y encendiendo una colilla. Lo llamé por su nombre y le estreché la mano, pero creo que no me reconoció. Ahora, cada vez que paso por su lado le doy diez euros. ¿Por compasión?, ¿porque me apiado de él? Debería decir que sí, pero el caso es que se los doy para que no se le pase por la cabeza salir de su abandono y tratar de empezar una nueva vida en otro lado. Se los doy para clavarlo a su esquina, para que esté allí hasta que reviente. A veces creo que los demás que le dan una monedas también lo conocen y piensan lo mismo que yo. En cuanto a la foto, pensé romperla, pero al final preferí tirarla por la ventana para que la calle acabase con ella a su manera. Simbolismos o vudús de cada cual. |
+10 Carlos
+10 Javier
Ahora tiro yo , porque me toca. (El Indio Solari)
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En respuesta a este mensaje publicado por demián
Me ha recordado a lo que escribe Arturo Pérez-Reverte (o escribía, hace la tira de años que no leo prensa) en XL Semanal...
La noche es oscura y alberga horrores.
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Que tremendo par de escritos.
Que ganas de llorar, que hermosa esperanza. Que amargura contenida, que dureza. Que tonto estoy coño. Me ha gustado leer, veo talento. |
Jua!, qué cuentazo el de Javier !!, mi más elevada consideración para ese autor !!
Estamos rodeados por genios literarios (Parroquiano no se queda atrás tampoco !) |
A mi la historia no me ha gustado y que lo publique en su blog, que esta en su derecho, tampoco, pierde toda la seriedad, como cuando el 15M en las manifestaciones de la tele solo se veian gentes cantando y riendo y cuando hacian una entrevista otra gente haciendo el payaso detras.
Entiendo un poco a Antonio, supongo que por muchos datos que da esto no cambia ni un apice y ahora aburrido y cansado tira de ficcion. Bueno, el relato, esta bien dejar volar la imaginacion y esperar que el mundo en, supongo el campo, sera mejor, eso despues de la correspondiente patada en el culo en el trabajo y la inmediata frustracion, ahora rompe con todo, a tu mujer con la niña enferma por la polucion te la llevas al campo pero cerca de un hospital, eso te dira la madre, el trabajo ya te estas buscando uno y de esos que dan dinero, esto a lo mejor tarda un poco mas en decirlo, a tus vecinos amigos y familiares cuentales que la niña enferma te ha hecho cambiar de vida pero no hables mucho de la polucion y la mala vida que proporciona la ciudad que te etiquetan de loco, y en el futuro puede ir contra ti, y ahora, cuando ya por fin estes en el campo, espera que seais muchos los que estais alli buscandoos la vida y no cuatro perroflautas y sus doce caniches, por que entonces quizas tu te quedes pero muy probablemente tu mujer y tu hija se vuelvan a la ciudad con la suegra.... y con la ayuda de un juez. Moraleja, hay que estar loco o forrado para dejar la sociedad e instalarse en el campo lejos de artificio y la industria. Ser un loco no esta tan mal siempre que consideremos la definicion que dio el padre de la antisiquiatria Thomas Szasz ¨loco es todo aquel que malinterpreta la realidad", por cierto un gran hombre de enorme lucidez. No importa cuan lucidas y realistas sean tus argumentaciones, si todo el mundo interpreta un papel, el del crecimiento, el de el trabajo-coche-hipoteca-hijos, el de "lo que hay que hacer por como son las cosas" y tu interpretas otro papel, el loco siempre seras tu, y para tus familiares tambien. Publicar historias como estas sensibleras y soñadoras no hace mas que quitar prestiguio y en mi opinion seriedad a un blog que se manejaba muy bien con datos y daclaraciones de personajes relevantes en una industria en declive como por ejemplo en el articulo el fracking se fractura. Por publicaciones como estas, este relato apoyado por el, es facil llamarlo" ecologista que quiere vivir una utopia" y creo que eso al menos viendo el tono de sus intervenciones es algo de lo que trataba de huir, le coloca en el lugar de los locos, de quienes malinterpretan la realidad. Personalmente el tema este de la locura de consumo de recursos en cosas innecesarias y con nula consideracion sobre el impacto real en el plano medioambiental soy mas de Theodore Kaczynski, no hay punto medio, no alcanzamos a industrializarnos para unas cosas si, y otras no, no creo que no estemos preparados mentalmente para teniendo una ventaja inmediata no tomarla, el crash sera o no sera, mas bien sera y cuando sea poco dejara tras de si, el verdadero problema es la industrializacion y todos sabemos que no hay nada mas de "locos" que abandonarla voluntariamente. |
Creo que te equivocas de pleno. Contar una historia vivida en primera persona es la forma más fácil de convencer a la gente. Eso es de primero de psicología.
El mundo está gobernado por personajes que no pueden ni imaginar aquellos cuyos ojos no penetran entre los bastidores.
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No esta contada en primera persona, se hace una reflexion de ciertos topicos de la sociedad y de nuestra forma de vida, que si el coche, que si la musica, la multinacional, la distancia al empleo, una sensacion de seguridad y control inexistente, que si los acuerdos y leyes que lo articulan todo, por otra parte es una ficcion por lo tanto no es una historia vivida, ademas cuenta con un final incierto que el escritor trata de mostrar como algo esperanzador ante una situacion sin salida.
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En respuesta a este mensaje publicado por jose1024
Jose,
Sobre la opinión literaria, cada uno tiene la suya, y es algo muy libre. Sobre la crítica a utilizar elementos de ficción en el blog de Antonio, la cosa no es nueva, hace años que viene haciéndolo, por tanto no rompe la línea del blog. Y por otra parte, intercalar historias ficticias en la argumentación que se esté haciendo es algo tan viejo como el mundo, desde el punto de vista científico lo hacían ya los griegos (precursores de lo que terminaría convirtiéndose en la ciencia), lo han hecho científicos desde hace más de cinco siglos y se hace hoy en día, y además es un fantástico modo de acercar lo que se quiere decir a planos más tangibles para el destinatario del mensaje, no mensaje en el sentido religioso, sino menaje en el sentido de contenido a comunicar. Porque, al fin y al cabo, y poniéndonos un poco más técnicos, toda comunicación tiene emisor, mensaje, código, canal y receptor (los cinco básicos de la teoría de la comunicación), y la difusión que hace Antonio no es la excepción. También en teoría de la comunicación un básico es la premisa de que el código en el que se cifra el mensaje es tan importante como el mensaje en sí, permitiendo superar las dificultades del canal o de acceso al receptor. En este caso tenemos un "metacódigo" que es la forma de narrar el mensaje: contenido más técnico o más literario. Si la narrativa literaria no te gusta, probablemente no es el código adecuado para ti, pero eso no significa que carezca de valor. Por otra parte, te puedo asegurar que un mensaje de carácter puramente técnico o científico puede ser comprendido por buena parte de los que estamos en este foro y probablemente la mayoría de los lectores del blog de Antonio, pero no me veo a mi madre, por ejemplo, o a su pareja, entrados ya en la séptima y octava décadas de su vida, pero con un nivel de estudios básico, poniéndose a desgranar el contenido técnico de un artículo, por muy claro que resulte para mí. Lo mismo reza para mucha gente que, por ventura diversa, está muy alejada de haber recibido una educación técnica. Todas esas personas cuentan, al menos, tanto como tú o como yo, y deben ser tan destinatarias del menaje como tú y como yo, si es que se pretende que la sociedad tome conciencia. Y no vas a llegar a ellos con un artículo sobre estadística, física o electrónica, probablemente tengas que bajar de tus divinas alturas científicas y poner lo que quieres decir en palabras más llanas y comprensibles, y tienes varias opciones para hacerlo. La ficción no es la peor de las herramientas que pueden ser usadas, es simplemente una más. Desde el punto de vista del mensaje la transmisión es clara: el sistema se hunde y hay que buscar alternativas. En eso no se aparta demasiado de la línea del blog. El código es literario, no técnico. La calidad del relato puede discutirse (para eso están los análisis y comentarios de texto, en mi época eso se estudiaba en el bachillerato), pero no hablamos de un escritor profesional, sino de alguien que se ha tomado el trabajo de escribir el mensaje que probablemente a él le hubiera gustado recibir, y de la forma en que le hubiera motivado más recibirlo, y sólo por eso ya merece al menos la consideración que se le debe al que ha tenido el valor de hacer algo que nosotros no hemos hecho. Me parece que hay algo que Carlos ha sabido ver, y ha plasmado en su relato, y tú no ves. Hay una tercera razón para salirse del sistema: no tener otro remedio. No sé dónde vives, tampoco es que importe mucho, si caminas de noche por una ciudad de tamaño mediano o grande (y yo he vivido ya en varias de esas), vas a encontrarte a mucha gente durmiendo en bancos, parques y cajeros, debajo de los puentes, malviviendo como pueden. Esas personas, con toda probabilidad, no eligieron salir del sistema, fueron echadas de él. A veces no hay elección. Tal vez puedas elegir si dormir sobre cajas de cartón debajo de un puente o sobre un banco del parque, y vivir de caridad disfrazada de solidaridad de los demás vecinos de la ciudad, o tal vez puedas tratar de buscar tu camino fuera, tirar de la familia o los amigos que te puedan quedar en otro lugar, o quizás marchar y tratar de encontrar un hueco en las labores del campo, si tienes suerte y tal vez lo encuentres o tal vez no, lo que es seguro es que si el sistema te echa a patadas, pocas opciones te van a quedar. Si el relato trata de dar una salida esperanzadora a un protagonista que ha sido echado del sistema, yo no culparía al autor, más que nada porque estoy harto de ver la norma general: los excluidos del sistema convertidos en parias sociales. Pensar que pueda haber otra forma de resolverlo, puede ser ingenuo, no lo discuto, pero al menos trata de abrir brecha. Sabido es que no comparto la cuasi-fobia tecnológica de Carlos, y por Dios que las hemos tenido de todos los colores en este foro, pero entiendo su punto de vista y aunque yo no lo expresaría de la misma manera que él, ni construiría una alternativa seguramente de la misma forma que él, comparto su visión de que es necesario abrazar el colapso y no tratar de apuntalar el edificio hasta que se derrumbe y nos atrape dentro. Un saludo de alguien que desearía estar tan loco como para tener el valor de hacerse al monte. D. |
En respuesta a este mensaje publicado por jose1024
Gracias Jose por tan descarnado contrargumento, me has hecho descubrir lo loco que estoy y realmente lo he disfrutado. Lo primero que noto es que eres un lector sincero y así lo expresas, en efecto es dificil que el texto te haya podido gustar, no está escrito para gustar y como bien se ha dicho por aqui, acabas de leerlo "tragando arena".
Por otro lado, quizá aún no lo sepas, ya empiezas a ver la realidad de otra forma. En ningún momento el personaje abandonará la sociedad, simplemente cambiará de entorno y no precisamente a uno más bonito, fácil o saludable, simplemente a uno más real, más auténtico y en el que reconoce que reside la verdadera supervivencia como lo ha sido desde que el mundo es mundo. Me ha encantado leer estas lineas tuyas, no sabes cuantísimo las he disfrutado. Tratando de librarte de mi texto te has enredado en él, te has enzarzado con la realidad que he construido y has forjado tus propios personajes, tratándo de encontrarle tu propio final, enfrentándote a tus propios miedos: ¡BRAVO! Terminando he de decir que por limitaciones económicas (aunque haya viajado y conocido a muchísima gente, ha sido en los 400 kilómetros que me rodean) no conozco realidades mucho más lejanas. En España un mundo rural, desdibujado por la agroindustria, maltratado y olvidado existe a poco más de 50 kilómetros de cualquier ciudad, en algunas como la mia está inscrito en la misma urbe. El personaje de la Iaia (abuela en Valenciano) es 100% real en un 90% de las familias, una persona mayor que, arrancada o no de su tierra, recuerda a la perfección todo detalle de la vida y supervivencia que llevó durante una de las postguerras más cruentas, largas y solapadas para colmo con la 2ª guerra mundial, si hay alguien que sabe de esa resiliencia necesaria, si tenemos que coger la mano sabia de alguna persona para salir de esta, esa es la Iaia. Un saludo y gracias de nuevo.
Preparándose para lo inevitado.
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En respuesta a este mensaje publicado por Demóstenes Logógrafo
El problema de que te tachen de ecologista que anhela o sueña con irse de la ciudad, que no digo que sea algo malo, es que el termino esta tan manido que practicamente pierdes toda la atencion del lector.
Por otra parte si entiendo lo que leo, se relata el entorno artificial muy propio de las ciudades conducido e hipnotico en el que un individuo normal de cualquier ciudad normal y bastante estereotipado hace su vida, se levanta temprano corre a su empresa mas o menos lejana en su coche mientras escucha una cadena de radio que conduce sus pensamientos dentro su vehiculo que lo aisla del exterior, llega a un trabajo que no le aporta nada salvo un bien economico para mantener una vida que no le satisface y que en ultima instancia no le beneficia, para de golpe y porrazo ser despedido y arrancado sin piedad de esa situacion de vida que si bien le es insatisfactoria y claramente desventajosa le ofrece un entorno de seguridad, ante lo que frustrado como elemento de la sociedad y mas bien fuera de ella decide volver a una vida mas rural que sospecha que sera mejor y de la que con torno bastante paternalista, obviamente es el padre, trata el tema con su hija. El texto estaria bien, sin mas, en otro sitio, en este foro por ejemplo pero no en un blog serio que trata el tema de peak oil, que la vida industrial ya sea en el pueblo o en la ciudad sea insatisfactoria, injusta, insana, dictatorial y manipulada tiene mas que ver con cuestiones relativas a la forma de sociedad que los intereses han creado que con el hecho de que el petroleo abundante y barato este llegando a su fin. Y respondiendote y pensando un poco en el tema, no, no veo familias durmiendo en la calle ni bajo puentes, y si, vivo en una gran ciudad, no se el motivo supongo que habra ciertos sistemas bien familiares bien institucionales que funcionan, aun funcionan para que lo que vea en parques y calles no sean familias completas. |
Generalmente las redes sociales tratan de parar el golpe como pueden, por ejemplo, la hija y un nieto con los abuelos, el yerno con los otros abuelos (que ya tienen acogidos a otro de sus hijos y la mujer), y la otra hija del matrimonio con una hermana de la madre. El ejemplo no es por azar, es un caso cercano. Eso no significa que esa familia no haya quedado excluida del sistema, quiere decir que su familia intenta parar el golpe como puede, convirtiéndose en el sistema alternativo. Y que no falle la pensión de los abuelos, o que los hermanos no se queden en paro... pero sí, todavía hay lugares donde la gente sigue viviendo de la tierra, y ya conozco un par de casos que han liado el petate y se han ido a la casa del pueblo, donde tienen tierras y al menos no se van a morir de hambre. La familia mediterránea es extensa, a diferencia de los modelos familiares más propios del norte de Europa, donde siglos de destrucción de las estructuras sociales minaron el modelo social del clan o la familia extensa. Las familias con padres, tíos, primos, abuelos, primos segundos, tia-abuelas solteronas y demás parentela, han sido el sistema de seguridad social de toda la vida, y el que a la postre sigue mostrándose como el más eficaz. Probablemente no encontrarás muchas familias bajo un puente porque, cuando falla la familia, la alternativa es, en primer lugar, pegar una patada en la puerta y ocupar un piso vacío, de esos que abundan en España. No hay un caso, ni dos. Y si aún eso falla, entonces la "solución" pasa por la comunidad autónoma haciéndose cargo de los menores y abandonando a los mayores a su suerte, así que no, no verás familias con niños debajo de un puente, lo que no significa que no queden excluidos. Si revisas los periódicos no tendrás que buscar mucho para encontrar casos de familias que han sido abandonadas a su suerte completamente. Por cierto, si crees que el pico del petróleo es un tema independiente de la gran exclusión, y que los temas sociales asociados a ello son ajenos al tema del blog, supongo que tenemos opiniones muy diferentes. En cualquier caso, la opinión es libre... Saludos, D. |
En respuesta a este mensaje publicado por jose1024
CONTENIDOS ELIMINADOS
El autor ha borrado este mensaje.
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En el primer mensaje que participo en este hilo dejo claro que el blog es suyo y puede publicar lo que quiera.
El blog hace relativamente poco tiempo que lo leo, llegue a el por un video de decrecimiento que vi en Youtube, en ese primer mensaje, para mi, y en los textos de su blog escrito por el me parecio que mantenia una distancia prudente y comedida con el asunto del medioambiente y lo asocie a la pobre capacidad de penetracion que tiene el tema de la ecologia, no por poco importante, mas bien por manido, poco productivo, muy manipulado y en definitiva degradado. Era solo una opinion y lo dejo claro en el primer mensaje, el que lea el texto como primer contacto no dudo que se pueda sentir identificado ya sea con el mismo o con alguien cercano pero tambien entiendo que en su imagen de apocaliptico y rupturista tambien puede ser entendido como fruto de una mente enferma, no comparto esa opinion pero como digo no acabo de llegar. |
En respuesta a este mensaje publicado por Demóstenes Logógrafo
No creo que el tema del petroleo sea independiente de la exclusion ciudadana o rural, tampoco de los problemas del medioambiente, ni de la salud, ni de la corrupcion, ni de los gobiernos, ni de la especulacion financiera, ni de los problemas geo-politicos, ni de las guerras que suceden ni que sucederan, ni de la implicacion en la produccion de alimentos y productos que hoy consideramos imprescindibles, ni la movilidad, ni la distribucion y un largo etcetera, y que sin duda acabara dibujando una realidad dura en un futuro que no considero muy lejano.
Los datos frios, duros, las cifras,las declaraciones o movimientos de ciertos actores importantes de la industria del petroleo dibujan una realidad, unos hechos, datos como los Rockefeller abandonan la industria del petroleo, un alto directivo de tal compañia declara que con el fracking perdieron hasta la camisa, tal o cual pais pasa de ser un exportador de petroleo a tener que importarlo, el rendimiento de un torre de fracking tiene una curva de rendimiento que a los dos años de media mas o menos ha tocado techo y asi suma y sigue. Mi critica con respecto a lugar donde se ha publicado el texto y creo que constructiva iba por ahi, mientras los datos te colocan en un plano impersonal y por lo tanto poco tendensioso este tipo de textos hacen justo lo contrario, creo que dibujan a la persona y por lo tanto se presta a interpretaciones que los datos puros y duros no permiten, se prestan al ataque personal, a la etiqueta y al ninguneo, que no creo y puedo estar equivocado es justo lo contrario de lo que pretende Antonio. Obviamente todo esta relacionado y quienes leemos y participamos aqui ya mostramos nuestros anhelos, deseos y soluciones, y nuestros pensamientos y creencias pero mientras en estos diagnosticos, pocimas y recetas podemos diferir unos de otros los datos describen una situacion sin sentimentalismos o filtros de personalidades. |
Es muy atendible el comentario de José.
De todos modos habría que separar varias cuestiones: 1) El cuento, como tal, es una delicia. Carlos -nuestro autor de historias de futuros aterrorizantes- es un maestro en el arte de dejarte hecho papilla. 2) Antonio, habitualmente ha usado "narrativas" para completar el mensaje. En su blog siempre se han mezclado notas con datos, notas con análisis, notas con prospecciones y meros cuentos o historias. Desde ese punto de vista no está modificando el perfil del blog. 3) También es cierto que los mensajes pueden transmitirse de muchos modos. Datos y cifras pueden ser lo valioso para algunos, mientras que otros pueden sensibilizarse a partir de historias humanas. Pensemos, sin ir muy lejos, que uno de los autores predilectos de esta Comunidad es el Druida Greer y, éste, usa la narrativa como una de sus principales herramientas de comunicación. 4) Sin embargo, es muy atendible -como señala José- que, para cierta gente, ese enfoque puede no ser el ideal o más buscado o respetado. Muchos pueden valorar los datos -o los análisis- pero no las historias como modo de transmitir el mensaje. De hecho -y volviendo a mi ejemplo anterior- muchos que llegan por primera vez a los textos de Greer no se sienten satisfechos con el enfoque... eso si, si repiten el tiempo suficiente se hacen adictos pero, si buscaban un texto "puro y duro" pueden verse defraudados. === Así que, en general diría que no está mal usar la narrativa como parte del mensaje PERO atendería la observación de José porque, un mensaje basado TOTALMENTE en narrativa puede no ser atractivo para las personas que buscan datos puros y duros. |
En efecto, por eso me parece genial el blog de Antonio.
Si quieres datos, los tienes, si quieres análisis, los tienes, si quieres historias, las tienes... Antonio es un crack! Cada cual puede leer la entrada que le parezca. Si uno comienza una lectura, y ve que no es eso lo que busca, puede muy bien pasar la hoja y leer la siguiente, y así hasta que da con aquélla que le satisface. Así, si a ello vamos, la entrada destacada por Antonio tiene más de narrativa que de datos fríos y duros, el "Mensaje en una botella", él es el compendio y la razón de ser de este blog y este foro. Si se desea, se puede hacer un apartado en este foro en el que se recojan todo tipo de datos, desde económicos, pasando por extractivos, comparativas, especulaciones, etc... a lo largo de todos los años disponibles. Esto, de todos modos, es algo que ya se encuentra en la red hecho, y es información que día a día los comentaristas van trayendo al foro, pero que suele ir quedando diluida a lo largo de las entradas, dejando incluso alguna información obsoleta, y otra modificada. Como decía, en el blog de Antonio puedes encontrar un poco de todo, y es nuestra elección el leer una cosa u otra, lo mismo que en el foro puedes encontrar un poco de todo, desde filosofía hasta física, desde economía a política, todo está relacionado y todo tiene su campo de interés. Esto es lo más cercano que podemos llegar a estar del origen de los foros romanos, un lugar donde conversar e intercambiar ideas. Antonio tiene su propio escenario a la entrada del foro en el que cada día nos presenta la realidad, en ocasiones bajo los ropajes de comedia, otros de tragedia y otros de fábula, unos con palabras, otros con números y otros con mímica, todo sirve para contar una realidad que nos está abofeteando. Salud para todos y una sonrisa, que es el mejor remedio para casi todos los males
Regla de oro:
trata a los demás como querrías que te trataran a ti
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En respuesta a este mensaje publicado por Mr Mindundi
Gracias a todos por las felicitaciones. Es un cuento escrito, creo, en 1999.
Hoy me apetece compartir otro con vosotros. Espero que os guste: Lo que hay que saberYa lo decía Quohelet: donde hay mucho conocimiento hay mucho dolor. Y donde no, también. Eso olvidó añadir. ¿Es mejor saber o no saber? Es mejor saber lo que hay que saber. Saber, por ejemplo, que nuestro hijo tiene dos años, que está cada día más guapo y que ya dice algunas palabras. Saber que de pronto empieza a comer peor que de costumbre y que parece que se ha puesto enfermo. Eso es saber algo importante. Saber que después de recorrer centros y hospitales, de hacer análisis y más análisis, de ponerle todas las vacunas contra los virus infantiles de guardería, y de probar todos los remedios modernos y caseros de que nos han hablado, sigue enfermo. Saber que hay que alegrarse cuando el pediatra decide al fin examinarlo a fondo, porque parece que no es una de esas enfermedades sin importancia que contraen los niños. Saber llorar cuando te dice el médico que el niño tiene una cardiopatía congénita. Sabes que es grave. Sabes que puede ser incluso muy grave y palideces como si la piel fuese alérgica a la sangre. Saber llorar y saber tener esperanza. Porque hay esperanza y hay que saber creer en ella, aunque sea escasa. Aprender a creer en algo: eso sí que es tarea difícil. Pero lo necesitas a toda costa y aprendes. Y crees con la furia de los conversos, con el fervor de los alcanzados por el rayo. Saber que no responde al tratamiento. Que la enfermedad es grave, que el médico tuerce el gesto cuando revisa la analítica y la radióloga mira a otro lado cuando buscas su mirada, que el niño se seguirá apagando hasta encontrarlo frío un día en la cuna. Hay que saber eso. Saberlo de veras es asumirlo. Saber es interiorizar, poner dentro lo que está fuera. Pero poner dentro algo así es como tragarse una granada de mano después de quitarle la anilla. Y sonriendo, además, porque no quieres que el niño te note nada. Te tragas la granada y dices “mira qué rica la golosina que se ha comido papá”. Y finalmente lo sabes. Te ha costado, pero al fin lo sabes. Juegas con él sabiendo que cada día puede ser el último, y lo abrazas más de la cuenta, como si lo quisieras más porque se vaya a morir que si estuviera sano. Es una tontería, pero, ¿desde cuando los abrazos saben lógica? Y te dicen que existe aún una esperanza. Y entonces cambias el saber por el esperar. Si saber ya era difícil, esperar es tarea de héroes. Porque se trata de esperar. Esperar que muera algún niño de su edad. De otro mal cualquiera. En un accidente de tráfico. En un accidente doméstico. De uno de esos tumores infantiles que se disgregan y subdividen a dos veces la velocidad de la luz. Lo que sea. Da igual. Y te conviertes en un buitre esperando que se muera el hijo de otro y te quiera ceder un corazón. Y sabes que lo deseas. Te lo niegas. Pero sabes que es así. Lo deseas. Entonces es cuando sabes demasiado y quisieras ser un ignorante. Pero pasa el tiempo y el corazón no llega. Maldices en voz baja porque no te atreves a quejarte de que no se muera otro niño. Y entonces un día te enteras de que quizá no sea preciso esperar. Alguien te informa de un par de cosas que no deberías saber y te pones al corriente. Quisieras no saberlo, pero preguntas, y haces unas cuantas llamadas. No quieres saberlo pero crece la avidez de conocimiento. Y sabes al fin que en algún lugar de Centroamérica te venden un corazón. Te horroriza pensar que se puedan vender esas cosas. Te parece espantoso mientras preguntas el precio aunque no lo quieres saber. Te dicen cuanto costaría con absoluta frialdad. Y lo puedes pagar. Y sabes que los corazones de niños de dos años no crecen en los árboles como las manzanas. Ni son bulbos como las cebollas. Ni tubérculos como las patatas. Los corazones de niños de dos años crecen en niños de dos años, por supuesto, pero esa es una evidencia a la que no eres capaz de llegar. Lo intentas pero no puedes. No consigues saberlo. Prefieres ser ignorante. Y creer que lo sacarán de la tierra con una azada. Llegas a creerlo. Lo crees de veras, con toda el alma. A veces incluso lo imaginas: un corazón palpitante saliendo de la tierra y un campesino moreno que te lo ofrece con una sonrisa reluciente. Y compras el billete de avión convencido de que así es: saldrá de la tierra y lo sacarán con una azada. No puede ser de otro modo. Es impensable que sea de otro modo. No sería lógico. Y pagas. Y le hacen el trasplante a tu hijo en una clínica privada, aparentemente imposible en un sitio así. No puede existir tal cosa en semejante sitio, pero sí que es posible. Y sabes por qué es posible. Y prefieres no saberlo, pero pagas, y lo sabes. Y estás un mes allí, casi dos. Y no miras a la gente. Y te dices que el menor de doce hermanos ha salvado del hambre a los otros once, pocos segundos antes de que se lo llevase el tifus. Un minuto antes de que lo atropellara un autobús. Justo cuando iba a destrozarlo un meteorito. Cualquier cosa te vale. Te vale lo que sea. Y tu hijo te sonríe cuando vuelves a casa. Y con el ronroneo de los motores del avión se queda dormido. No puedes apartar los ojos de él mientras duerme. Y sabes que has hecho lo que tenías que hacer. Tu hijo está contigo y te sonríe: sabes lo que tienes que saber. Y te gustaría no saber más. Sólo falta encontrar a quien te venda la ignorancia. Sólo eso.
Es hora de devolver la llama a los dioses.
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que se yo.
has logrado que tenga tantos sentimientos distintos que realmente no se que siento. pero por otro lado... PD: en realidad... soy bastante de la idea de sobrevivir, mas que de ser justo. mis prioridades son: sobrevivir, luego ser justo. y si puedo, prefiero ser manga ancha que justo. la verdad que lo tuyo es escribir. |
En respuesta a este mensaje publicado por JavierPerez
Puff... qué cuento!
Desnuda la parte que no queremos ver pero que todos llevamos adentro en algún oscuro lugar. La vida a veces es como las salchichas... prefieres disfrutarlas pero que NUNCA te muestren cómo las hacen. |
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