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"Tendencia neurótica hacia el optimismo extremo al hacer frente a cualquier catástrofe, adoptando una postura que intenta mostrar despreocupación e inacción ante el riesgo o evento, considerando que estos responden a un propósito específico. "
Respuestas al plantear el escenario del Peak Oil : "Eso no puede estar bien. Es simplemente imposible.” – Negación pura. “Seguro que pasaremos algunos momentos malos, pero dudo que llegue a ser tan malo como planteas” – Defensa primaria mediante la minimización del riesgo. “Ya pensaré en ello mañana.” - Estrategia de negación que permite a la persona a compartimentar temporalmente el evento temido y desplazarlo fuera de la realidad o presente. “Claro, que va a pasar, pero va a ocurrir cuando todos nosotros estemos muertos.” - Alejar la preocupación del presente como estrategia de negación. “Ya dijeron que todo se vendría abajo en el año XXXX, y no ocurrió.” - Falacia de consecuencia que permite negar una evidencia con el único argumento de que anteriormente no se ha producido el hecho esperado como prueba irrefutable de la imposibilidad de suceda en el futuro. “¿Qué Colapso? ¿No sé donde ves el colapso? Francamente, me importa un bledo.” - Negación agresiva. “¿Por qué me dices esto? ¿Qué clase de psicópata se centra en este tipo de temas? ¡Tu necesitas ayuda!” - Negación mediante la redirección del problema hacia el mensajero. "El estilo de vida capitalista no es negociable." – La creencia de que el cambio no deseado desaparecerá mediante un simple acto de afirmación de una voluntad de persistir. “Si os pensáis que estáis jodidos, es vuestro problema, yo tengo mi propia solución." – La negación a través de la autosuficiencia. “ÉL (Dios / El Planeta / Gaia) ama el ser humano y no permitiría nunca una extinción masiva” o simplemente "Tengo fe en mi Salvador." – La negación a través de la religiosidad que tiene una variante…. “El mercado lo arreglará." o “Los científicos encontrarán la solución.” – La negación a través de la creencia de que la economía o la tecnología puede superar cualquier realidad o límite (incluyendo los físicos). “Probablemente tengas razón (encogimiento de hombros y continua a lo suyo)” – Negación mediante la sumisión. “"Yo sólo sé que no sé nada. Pero espero que te equivoques. No puedo decir nada más, simplemente no puedo ni planteármelo." – Negación histriónica. “Esto simplemente no me puede pasar a mi” – Negación egoísta, creencia en la salvación mágica individual. “Ellos (gobierno/corporaciones/científicos/empresarios/..) seguro que tienen una solución." - La infalibilidad de las estructuras de la civilización como garante de la persistencia del modelo, y la resolución de cualquier problema, incluso aquellos que ni siquiera han sido aceptados. “¡Eso que dices seguro que es una estafa de XXX para conseguir mayores beneficios!" – Estrategia negacionista que trata de magnificar el control sobre la situación. “La edad de piedra no terminó porque se quedaran sin piedras.” – El progreso continuo y la innovación como factor clave para evitar la crisis. “En cuanto lo necesitemos encontraremos la solución, pero por ahora no lo necesitamos” – La creencia que la necesidad activa todas las posibilidades ocultas en el momento actual. “La energía que nos llega del sol es infinita” “Estamos rodeados de energía solo tenemos que aprender a utilizarla” “El agua será el nuevo combustible” “El reciclaje es la clave del futuro” – La falacia de la consecuencia derivada de una solución sencilla o común sin argumentación, como base para la negación. ------------------------------------------------------------------------------------------------- La adopción de una filosofía panglosiana, es la aceptación pasiva de la realidad como defensa o alineación que pretende evitar asumir las propias responsabilidades personales. No se niega la realidad, sino que se niega la posibilidad de influir en la realidad. Podemos entender fácilmente por qué aquellos que se enfrentan por primera vez ante el problema del Peak Oil pueden sentirse desesperados, bloquearse, adoptando actitudes de inactividad. Tras un periodo de reflexión es de esperar que el temor al desastre motive la acción constructiva, intente mitigar en lo individual o general los efectos que se prevén. Por el contrario, aquellos que sucumben al trastorno panglosiano, no solo no ven la necesidad de tomar medidas, porque viven en el mejor de los mundos posibles, si no que tratan de convencer a todos aquellos que los rodean que es mejor no cambiar nada. Se niega la necesidad de una acción constructiva, y tiende a buscar la complacencia y, sin a veces quererlo, facilitan el empeoramiento de los problemas de nuestro mundo. El trastorno panglosiano es en realidad una defensa contra el pesimismo que nace de una necesidad natural de evitar la depresión. La depresión en la sociedad actual ha alcanzado proporciones epidémicas, y lejos de mejorar afecta cada vez a capas más amplias de la sociedad, incluso a niños y adolescentes. La depresión es un trastorno en el cual una persona se siente frustrada en la búsqueda de sus objetivos de vida, los deseos se desinflan completamente como en un estallido de una burbuja. Desesperanza e impotencia, son palabras comunes al afrontar por primera vez el Peak Oil. La sociedad en la que vivimos promueve una educación centrada y basada en la promoción de la autoestima injustificada. Se promueve y se cultiva la satisfacción pasiva e interna del individuo, pero es una satisfacción que no tiene relación alguna con las acciones realizadas por el individuo. La potenciación del individualismo por encima de la sociabilización ha formado individuos enfermos, que no están, ni estarán, plenamente integrados en la sociedad mediante sus acciones y reacciones. El fundamento “oficial” de esta doctrina educacional es que si el individuo se siente bien consigo mismo, se preocupará de los demás y a su vez del entorno que lo rodea. La realidad es que este fundamento es falso, pero es el que más conviene para “animar” a los consumidores a comprar productos que los hacen sentirse mejor a ellos individualmente. En las escuelas se forma a los niños en la importancia de sentirse bien consigo mismo, potenciamos el egocentrismo de nuestros hijos alabando sus éxitos individuales por encima de sus acciones y los dejamos frente a televisores que les dicen que es lo que tienen que pedir para sentirse mejor, para sentirse “especiales”. Ese desequilibrio entre el “yo” y el “nosotros” de nuestra civilización actual nos ha alejado progresivamente de las relaciones interpersonales, de nuestro entorno natural y de las responsabilidades que conllevan nuestros actos. Nos hemos convertido en seres aislados, autodirigidos , carentes de "carácter" y /o "alma". En este contexto algunos individuos llegan a culpar a sus familias y su entorno más cercano de frustrar su "potencial". Porque ya no somos parte de nada, nos hemos liberado de las constricciones de haber nacido en un lugar, en un tiempo, en un clima y rodeados de un conjunto de personas. Podemos (o nos venden que podemos) ser lo que queramos. Y si no podemos es que alguien nos lo ha impedido. Ya no tenemos que creer en un creador, porque somos nuestro propio CREADOR. Sin embargo, somos un creador inquieto, ansioso, perfeccionista. Y no tenemos suficiente con nuestra propia vida, y siempre que podemos nos escapamos con un “clic” hacia nuestros “nicks”, nuestras imágenes virtuales, donde en solo uno segundo podemos cambiar de nombre, de imagen, de personalidad y evitar las consecuencias de nuestras dificultades en las relaciones interpersonales de la vida real. Incluso en la vida real nos aferramos a identidades falsas que nos proporcionan un “estilo de vida”, una “imagen profesional” y este “estilo” y esta “imagen” llegan a ser más importantes que nosotros mismos. En realidad, rechazamos la idea de que estamos "atrapados" en un cuerpo físico, sujeto a límites genéticos y por ello rechazamos el envejecimiento y la muerte. Y nuestra sociedad nos sigue bombardeando con mensajes sobre “la verdadera alegría”, “la satisfacción” de aquel producto, de aquel estilo, de aquella terapia, de aquel coche,…. Porque en el fondo seguimos siendo niños asustados, solos, aislados, incomprendidos, que distraen su ansiedad e insatisfacción individual con televisión, películas, música, internet, sexo,…. Buscamos y buscamos fuera aquello que se acomode más a nosotros, no nos acomodarnos a la realidad que nos rodea. Buscamos una comunidad de adoración que se "ajuste" a nosotros y lo que necesitamos, y esperamos de nuestros líderes y de nuestros “Dioses” que sean simpáticos y poco exigentes, nos valoren y nos muestren el paraiso. Si no los encontramos, seguimos buscando. Nos hemos convertido en una sociedad de "descontentos", de buscadores de satisfacción personal. No buscamos a participar en el mundo, porque el mundo no nos ha dado nada, lo que tenemos lo hemos conseguido nosotros y si no lo hemos conseguido es porque, el mundo, nos lo ha impedido. El mercado nos muestra, mediante libros que han pasado a ser best-sellers, cómo “yo” obtendré el amor que quiero, cómo “yo” superaré las relaciones tóxicas, como “yo” triunfaré. El enfoque de todos esos eslóganes, es el “yo”. Nuestros problemas actuales para aceptar cualquier situación futura también están relacionados con ese “yo” educado por nuestra civilización. Nuestra cultura ha idealizado un entorno (familiar o planetario) amoroso, paciente, confiable, seguro y amable que tiene la obligación de acogernos. El mundo nos ama, y solo si somos unos locos no creeremos en ello. Nosotros no podemos tener la culpa, somos víctimas de las circunstancias, y cuando las circunstancias llegan la respuesta es desde el “yo” (“¿Por qué a mi?”) por ahí se entra en el pozo de la depresión. Este autoenfoque obsesivo genera personas patológicas que reaccionan defensivamente contra aquellos que quieren cambiar la realidad calificándolos de: - "gente enojada", con un "complejo paterno", que tratan de resolver sus problemas obligando al resto del mundo a cambiar. - "complejo de salvador". Porque nadie trabaja tan duro para sanar y reparar el mundo a menos que tengan algún tipo de trastorno psicológico o pretenda conseguir algo. La noción de compromiso para el bien común es algo distante, un concepto pintoresco, propio solo de aquellos aquejados de ciertas "neurosis". Y después de ver los últimos programas de “Gran Hermano” o “Supervivientes” todos tenemos “claro” que los chicos/chicas buenos/buenas terminan en último lugar. Aquellos afectados por el Trastorno Panglosiano, sienten la desesperación. Esa primera respuesta es sensata ante un terrible destino, o incluso ante la ruina total. El Peak Oil no es una visión que se abrazan con alegría. Pero lo peor es tener que asumir que no existen soluciones individuales, porque ellos no están preparados para las soluciones colectivas. Se siente mal equipados, con sus “yo”. Ya no se ha sacudido la realidad que los rodea si no que se les ha sacudido en su “yo”, en su esencia. Pues si son un elemento de su entorno, tienen que ser plenamente responsables de su futuro y en buena parte de su pasado. Se produce el choque. No, no hay una solución única que puedan comprar, para eliminar el Gran Cambio, nadie va a rescatarlos. Sentirse vulnerable, ciego, asustado, inepto,.. ; para muchos, es retrotraerse y miran hacia adentro, afligirse durante meses o incluso años. En el mejor de los casos, al cabo del tiempo, el duelo se desploma. Después de algunos intentos por conseguir la cooperación de los que le rodean para evaluar el problema y/o reflexionar sobre las soluciones. Pero muchos ven que para sus seres queridos y para ellos, no pueden dejar más espacio para la desesperación y el pesimismo, se sienten abrumados y recurren de nuevo a las defensas panglosianas. De ahí se pasa a la negación. Si el mundo real se derrumba a nuestro alrededor, no es culpa nuestra y no es nuestro problema. “Si, la sociedad está viciada de manera dramática, pero no es su culpa, y no es su problema.” “Estamos de acuerdo, y el mundo no está bien pero puede mejorar.”“Ya tenemos suficientes quebraderos de cabeza, muchas gracias.” “Pero, ¿ a ti qué te pasa?” Y a medida que nuestra economía se tambalea, los suministros de petróleo se reducen, y el clima cambia de manera caótica, nuestros panglosianos se hacen aún más firmes en negar el cambio. Nuestra pérdida del empleo, los escándalos políticos o bancarios, impagos de hipotecas, son todos "los problemas individuales," que tienen soluciones individuales. Como las condiciones empeoran, el miedo, la pereza, o la falta de hábito, los aíslan,less impide llegar a los que nos rodean. Tanto en la discusión de soluciones individuales, como en el intercambio de ideas que van más allá de sus problemas individuales. Hay demasiado dolor en afrontar el tema. El Panglosiano se mantendrá en la posición de niño maltratado, convencido de que estamos abusando de él. Se autoconvencerá que el proceso es evitable cambiando las bombillas, comprándose un híbrido o no pulsando el botón del inodoro. Si no tiene trabajo, ya lo encontrará (si no lo encuentra el culpable es sólo él) y tarde o temprano todo volverá a la “normalidad”. No está en su mano realizar ningún cambio, luego de que sirve preocuparse. En definitiva el Panglosiano no es un optimista si no un pesimista que reacciona a la defensiva. El optimista afrontar cualquier situación negativa y planificar soluciones sobre ella ya sea pasada, presente o futura, un Panglosiano, no puede, está bloqueado. Su posición es rígida, enojada e inflexible, es una reacción impotente y la vulnerable. Al final, lo importante no es si la persona es optimista o pesimista sobre su futuro o sobre el futuro de la humanidad. Lo importante es que acciones emprende y como le benefician a él en particular, a los que le rodean y a su entorno más extenso. En el contexto actual las acciones de la mayor parte de la humanidad “civilizada” están orientadas hacia la Panglosía (a la inacción) y esa reacción defensiva es la peor, tanto para el individuo como la humanidad. Los individuos deben tomarse su tiempo de agitación y de duelo, y desarrollar su propio camino para afrontar los grandes cambios de la vida, ya sean los del pico del petróleo, el cambio climático, o el colapso económico. Si el individuo no ha sido capaz de evaluar su situación, sus riesgos y diseñar y planificar su futuro ante los principales escenarios que se le planeen, no vale la pena que intente que sus hijos, familiares y amigos sean capaces de hacerlo. Como dicen en los aviones en caso de descompresión, primero te tienes que poner tu propia máscara de oxígeno, antes de intentar que los demás se la pongan. |
Excelente texto ; claramente puedo ver como alguna de mis actitudes se enmarcan en esa definición. Hay que seguir trabajando.
Saludos.
Ahora tiro yo , porque me toca. (El Indio Solari)
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En los ochenta, los que éramos adolescentes despiertos, no teníamos ese transtorno.
Sabíamos del SIDA, del holocausto nuclear, de las bandas urbanas, temíamos el Día Después. Y del Mad Max. Los neocons adormecieron a la gente, con el Columbia, y la caída del muro de Berlin. Pero todo sigue igual o peor. Cómo hacerte prepper sin arruinar tu vida.
Querido lector, si caíste por casualidad en este foro ya es demasiado tarde. No te molestes en entender el pico del petróleo, a partir de ahora podrás grabar con tu móvil secuencias terriblemente bellas de la Tercera Guerra Mundial. Sonríe!
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En respuesta a este mensaje publicado por Rafael Romero
Rafael, un texto exquisito. Últimamente estáis sembrados. En los últimos días he leído algunos conceptos y reflexiones que valdría la pena enmarcar, de Parroquiano, de Kambei, de Juan Carlos, de Darío, de ti y de algunos otros más.
Sólo hay algo que me rechina es ese texto y es esta frase: "El fundamento “oficial” de esta doctrina educacional es que si el individuo se siente bien consigo mismo, se preocupará de los demás y a su vez del entorno que lo rodea. La realidad es que este fundamento es falso, pero es el que más conviene para “animar” a los consumidores a comprar productos que los hacen sentirse mejor a ellos individualmente." Estoy de acuerdo y, sin embargo, hay algo que falta en esta frase. El fundamento es falso porque, si bien es cierto que si una persona se siente bien consigo mismo se preocupará por los demás, el sistema pone el foco de esa búsqueda en soluciones externas (consumiendo, vamos). Además el sistema parte con ventaja porque nuestra sociedad se organiza desde la carencia y no desde la abundancia, por lo que ocurre como en el casino, que la banca siempre gana. El sistema provoca una carencia (organiza un problema), se lava las manos como responsable y lo que sí hace es aparecer en el escenario con la solución de el problema que él mismo creo. Y la solución siempre nos deja insatisfechos porque no alcanza a la raíz del problema, no alcanza a tocar lo que lo causó, porque entonces el verdadero responsable tendría que ser señalado. Ante este panorama, lo que queda para cada uno de nosotros es atravesar el dolor de la carencia, ése dolor que nos aterra porque nos conecta con lo que alguna autora ha llamado la vida/muerte/vida. El peak oil en muchas ocasiones se me asemeja a un parto. Después de una gestación enfrentamos algo ineludible que es el nacimiento de algo nuevo. Sin embargo todas las fibras musculares internas que envuelven el útero no están preparadas, no son flexibles porque la gestación de ese ser se hizo con rigidez, con tensión. Llegado el proceso del parto sentimos contracciones cada vez más fuertes y cada vez más dolorosas. Y sentimos miedo y pensamos " no lo conseguiré" o "quiero que ésto pare" o " se me van a romper los huesos" o cualquier otra cosa por el estilo... pero no importa qué pensemos o qué sintamos al respecto porque la realidad no cambia y seguimos en proceso de parto...¡ y cada vez duele más! Y puedes maldecir tu condición femenina, y puedes maldecir al que te puso en esa situación, y puedes maldecir al mundo entero porque ahí estás, y no puedes huir hacia ningún lugar porque lo que te provoca tanto dolor lo llevas dentro y hay un momento en el que piensas " ¡me voy a morir! Ahora lo sé y ya no tengo forma de escapar. Y noto que me estoy muriendo y cuando llegue la próxima contracción exhalaré un profundo suspiro y mi vida acabará. Y sin embargo, hay un punto de inflexión que las mujeres pasamos durante un parto y es ese punto en el que sientes que vas a morir, sientes la muerte a tu lado, a punto de tocarte y algo dentro de ti se revuelve... y gritas con un grito desgarrador y animal "¡no me importa! ¡ya no me importa morirme!" (si hay alguien junto a ti lo que oirá posiblemente no sean estas palabras, pero el grito y su significado están ahí) y entonces y sólo entonces cede el dolor, éste desaparece y el bebé nace, con rapidez, como empujado por una cascada. Lo mismo sirve para aquellas madres que paren por cesárea. Hay un momento en el que te da lo mismo que te corten en dos, te da lo mismo que se acerca una persona con un bisturí y sepas que va a desgarrar todas las fibras de tu vientre. El gran problema es que crecemos desde la carencia y vivimos el resto de nuestras vidas para llenar ese vacío. |
lo que sigue ... es magnífico. Si a los hombres les pudieran poner una droga para experimentar ese parto... .
Querido lector, si caíste por casualidad en este foro ya es demasiado tarde. No te molestes en entender el pico del petróleo, a partir de ahora podrás grabar con tu móvil secuencias terriblemente bellas de la Tercera Guerra Mundial. Sonríe!
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En respuesta a este mensaje publicado por sorella
"El peak oil en muchas ocasiones se me asemeja a un parto..."
Oh Dios , mi madre tuvo a 7 hijos... está de cumpleaños el 20 de este mes... le regalaré un gran abrazo. Saludos.
Ahora tiro yo , porque me toca. (El Indio Solari)
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En respuesta a este mensaje publicado por sorella
Totalmente de acuerdo Natalia, aunque lamentablemente no podré vivir nunca la experiencia de un parto de forma consciente (si que realizé ese tránsito desde el interior hacia fuera) tal como lo describes.
Y tal vez esa descripción, desde interior hacia fuera, es lo que falta en el texto. El problema de ese adoctrinamiento de nuestra civilización es que el estar "bien consigo mismo" se busca a través de los éxitos individuales, de los beneficios individuales, es una mirada hacia el interior, es el "intentar" estar "bien consigo mismo" sin que este "estar bien" tenga nada que ver con lo que se hace hacia el exterior. Si alguien llega a "sentirse bien consigo mismo" por sus acciones hacia fuera, a través del dar o del amar, por ejemplo, difícilmente se encontrará aislado. Porque todo eso te vuelve sin haberlo buscado. En resumen, funciona al revés. Cuando te preocupas más por los demás que tí mismo, cuando las acciones van más enfocadas hacia fuera que hacia tu interior es cuando se logra percibir el estar "bien consigo mismo" sin desasosiego, sin ansiedad. Es lo mismo que el símil de plantar un arbol en cuya sombra no te vas a tumbar. No lo haces para tí, y sin embargo te sientes bien hacíendolo. |
En respuesta a este mensaje publicado por Kanbei
procastinación y panglossismo, voy a adoptarlas como filosofía de vida !
Al fin una corriente filosófica que se puede seguir con entusiasmo !! Además, queda "re-high" decir: "Yo soy panglossista procastinado". Es como la diferencia entre quebrarse la pierna esquiando y acomodando el sillón del living... no hay color. |
"La procrastinación: una epidemia de nuestros días"
"Hay personas que "procrastinean" de resultas de un estado depresivo (la depresión conduce a estados de letargo). Otras en cambio son amantes del perfeccionismo, y ésto las priva de empezar a realizar proyectos porque temen que no podrán hacerlo tan perfecto como ellas desean, y por lo tanto pierden la motivación."
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El texto es canela en rama, de verdad genial pero... no es lo que necesito ahora mismo. Se más o menos el tipo de excusas que se ponen, reconocidas algunas de las aberraciones sociales que expones y lo mucho que deberían de ser combatidas pero ahora mismo estoy en:
He captado el mensaje, me encaja y entiendo que las cosas tal y como están no van ni iban hacia ningún lado. No sé cuanto tiempo tengo ni me importa, a partir de ahora el día que no haya hecho nada por mitigar, preparar o evitar situaciones realmente malas en un futuro será un día perdido. En el fondo espero este golpe como una liberación, como soltar ese lastre que no me permitía vivir mi vida al 100%, se esperaba de mi obediencia, sumisión, saber encontrar un trabajo tras otro, cumplir leyes, pagar lo que se me ordene y llegado el momento morir ordenadamente en un hospital con la dosis justa de morfina como para que no sea considerado eutanasia. Muchas serán las carencias, lo perdido, lo olvidado pero no habrá quién me diga llegado el momento que es lo que tengo que hacer y menos a la fuerza, si llega ese momento entonces si que habrá llegado mi hora pero me marcharé con las botas puestas. Puede que el peak no tenga que relacionarse exclusivamente con la anarquia pero lo repetiré una y otra vez: Ni dios, ni patria, ni rey.
Preparándose para lo inevitado.
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En respuesta a este mensaje publicado por Kanbei
"lo que sigue ... es magnífico. Si a los hombres les pudieran poner una droga para experimentar ese parto... . " -- kambei
Dicen que un cólico nefrítico es igual de "divertido". Sin analgésicos modernos, se entiende. |
Tras el alumbramiento pasan más cosas en el cuerpo de la mujer, y hay muchas endorfinas. Nunca, un hombre podrá ni imaginar la experiencia.
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